Todos quieren su tumba en el cementerio burgal¨¦s de ¡®El bueno, el feo y el malo¡¯
La asociaci¨®n que resucita el camposanto de Sad Hill, en Silos, recibe una avalancha de peticiones para inscribir nombres de particulares en las l¨¢pidas de la pel¨ªcula
Sad Hill, aquella colina triste con su falda sembrada de tumbas polvorientas donde se desarrolla el largo duelo a tres del final de El bueno, el feo y el malo, va camino de convertirse en Bien de Inter¨¦s Cultural. Lo ser¨¢ estrictamente por sus valores cinematogr¨¢ficos, a diferencia del Desierto de Tabernas (Almer¨ªa), el paradigma espa?ol de los escenarios de western, que est¨¢ protegido bajo un concepto m¨¢s amplio, como Paisaje de Inter¨¦s Cultural de Andaluc¨ªa, Paraje Natural o Zona de Especial Protecci¨®n para las Aves (ZEPA).
La Asociaci¨®n Sad Hill, el grupo de enamorados y vecinos que emprendi¨® desde 2015 la resurrecci¨®n de aquel falso camposanto militar que hab¨ªa sido borrado del paisaje burgal¨¦s despu¨¦s de 49 a?os de abandono, asegura que ha conseguido m¨¢s que buenas palabras del director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y Le¨®n, Enrique Saiz. En unos d¨ªas, tendr¨¢ lugar la reuni¨®n con los t¨¦cnicos tras la que el propio gobierno auton¨®mico, seg¨²n el colectivo, incoar¨¢ el expediente para la declaraci¨®n de BIC. Ser¨ªa el primero aprobado como puro patrimonio cinematogr¨¢fico y con la mitad de tiempo, solo medio siglo, del que se aplica a inmuebles y conjuntos hist¨®ricos en la comunidad como requisito para iniciar los tr¨¢mites. Se hace la salvedad "porque el cine es un arte todav¨ªa nuevo", comenta Montse Moneo, responsable de estas gestiones en la Asociaci¨®n Sad Hill.
En el sofocante verano de 1966, Sergio Leone traslad¨® el rodaje de la tercera entrega de su Trilog¨ªa del d¨®lar a la sierra de la Demanda y el valle del Arlanza. En la pel¨ªcula aparecen cuatro escenarios clave separados por 30 kil¨®metros: el monasterio de San Pedro de Arlanza, reconvertido en hospital de la Misi¨®n San Antonio; el afluente del Pisuerga a su paso por Hortig¨¹ela, transformado en R¨ªo Grande, lugar de la batalla entre confederados y unionistas; las inmediaciones del pueblo de Carazo, como fuerte y campo de concentraci¨®n de Betterville; y el funerario paraje de Santo Domingo de Silos, adonde se sigue llegando por el camino de tierra que lleva a Contreras.
Este ¨²ltimo lugar es Sad Hill Cemetery. Hoy recuperado por el esfuerzo de un grupo de particulares. Para el rodaje se hab¨ªan montado entre 4.000 y 5.000 tumbas. Desde 2016, la asociaci¨®n ha reconstruido 1.500 gracias a una campa?a de mecenazgo. Por 15 euros, quien quiera puede tener su nombre escrito en una l¨¢pida. Las solicitudes vienen de todo el planeta, en especial de Francia, Italia y Estados Unidos, pero tambi¨¦n de Rusia o Belice. "Ha habido incluso alg¨²n fan de EE UU que nos ha preguntado si podemos depositar aqu¨ª sus cenizas cuando se muera", cuenta David Alba, portavoz del colectivo. "Si hace falta bendici¨®n de la Iglesia, podemos hablar con Domingo Contreras, un cura de la zona que de chico aparec¨ªa en la peli", bromea.
La necr¨®polis de pel¨ªcula no para de crecer. "Hace 10 d¨ªas colocamos las ¨²ltimas 100 tumbas y ya tenemos otras 40 en lista de espera, todas solicitadas en junio", asegura Alba. Para trasladar el material al lugar y organizar unas jornadas de trabajo esperan siempre a llegar al centenar. Creen que el aluvi¨®n de estos ¨²ltimos d¨ªas tiene algo que ver con el anuncio de la pel¨ªcula que estrenar¨¢ en oto?o el director vigu¨¦s Guillermo de Oliveira. Sad Hill Unearthed (Sad Hill Desenterrado) naci¨® como un modesto documental de las labores de rehabilitaci¨®n del falso camposanto perdido y se ha convertido en un largometraje en el que Oliveira ha logrado la participaci¨®n del ¨²nico protagonista vivo, Clint Eastwood; del autor de la banda sonora, Ennio Morricone; y de miembros del equipo de rodaje. Tambi¨¦n de fan¨¢ticos del filme, como ?lex de la Iglesia o James Hetfield, vocalista de Metallica, que cuenta por qu¨¦ empiezan todos sus conciertos con la sinton¨ªa de la escena final. La etapa de posproducci¨®n se est¨¢ llevando a cabo contra reloj, y buscando apoyos a trav¨¦s del crowfunding, para aspirar a los grandes festivales este a?o.
Cuando empezaron a recuperar el cementerio, en 2016, los voluntarios cre¨ªan que all¨ª no quedaba nada, pero lo que se encontraron fue algo parecido a un yacimiento arqueol¨®gico. Efectivamente, el paso del tiempo y el expolio hicieron su trabajo: hab¨ªa gente que se hab¨ªa llevado piedras para levantar muros, vecinos que reconoc¨ªan que hab¨ªan cogido cruces para "reforzar el tejado". Pero bajo un estrato de apenas 15 cent¨ªmetros de sedimento aguardaba bajo tierra la gran plaza empedrada central, un c¨ªrculo de unos 40 metros de di¨¢metro en torno al que Sergio Leone hab¨ªa concebido la organizaci¨®n de las tumbas (hasta los 300 metros de di¨¢metro). Adem¨¢s, una sucesi¨®n de mont¨ªculos alineados se?alaban la ubicaci¨®n de las sepulturas. El relieve de los supuestos enterramientos se hab¨ªa hecho con cajones cubiertos de tierra, y estos cajones segu¨ªan ah¨ª criando, si no malvas, s¨ª mucha vegetaci¨®n baja y arbustos que ahora ha habido que podar. Hay visitantes todos los fines de semana. El cementerio de Sad Hill, reconvertido en fetiche del s¨¦ptimo arte, est¨¢ m¨¢s vivo que nunca.
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