Cosas que fluyen
Fluent es un espacio en Santander centrado en la investigaci¨®n art¨ªstica y en la apuesta por diversificar formatos
![Exposicio?n de Fernando Garci?a-Dory en fluent.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DYGMECHIFIK32R4LZ7NMOKZS6A.jpg?auth=c5c08d0e947a98bed3baff2dcb9262d5e376937ee2b5eece1462d35f1204c71f&width=414)
No es habitual encontrar un proyecto como fluent, en min¨²scula, en un contexto como Santander, ni siquiera ahora que la cosa aflora y abre, por fin, el tan may¨²sculo Centro Bot¨ªn y todo atisbo de atenci¨®n parece pasar por la ciudad. Este espacio independiente trabaja m¨¢s all¨¢ del paraguas de lo p¨²blico y hoy valida la regeneraci¨®n de un sistema art¨ªstico que necesita sanearse no s¨®lo de la crisis econ¨®mica, sino de la falta de madurez generalizada en la que est¨¢ inmerso el sector institucional. Ocupa el tercer piso de un edificio semidecadente con decoraciones modernistas en la avenida Reina Victoria, un barrio apartado del centro, con vistas al mar, en una de las zonas m¨¢s caras de la ciudad. Hay tiendas de lujo y clubes de vela, que refuerzan a¨²n m¨¢s la idea de extra?eza de este espacio independiente centrado en la investigaci¨®n art¨ªstica y abierto en 2016. ¡°Obviamente es un paisaje social en el que no encajamos, y precisamente por eso nos gusta tanto. No hay ning¨²n espacio ideal para mostrar arte, por eso quer¨ªamos huir de cualquier ilusi¨®n de neutralidad, y de todo aquello que recordase al cubo blanco. Fluent se inscribe en un contexto cultural precario y nuestras actividades y modos de trabajar surgen de manera natural a trav¨¦s de invitaciones a artistas, comisarios y pensadores.¡±, dice Alejandro Alonso D¨ªaz, comisario e ide¨®logo de este espacio, su casa cuando no est¨¢ en Barcelona, ciudad en la que vive.
Aunque no es un espacio independiente al uso. El ritmo es fluctuante, el acceso es bajo cita previa y se trabaja mucho en estado de ¡°letargo¡±, al margen de las exposiciones y tanteando el formato n¨®mada. En fluent el conocimiento se canaliza en seminarios, grupos de lectura, ciclos de cine, publicaciones y una colaboraci¨®n estrecha con otros espacios y proyectos afines, cercanos a The Green Parrot, en Barcelona, y Sal¨®n, en Madrid, y con colaboraciones internacionales que van de Jupiter Woods en Londres a Syntax en Lisboa. Artistas como June Crespo y Diego Delas han pasado ya por all¨ª. Tambi¨¦n comisarios como Sabel Gavald¨®n o Benjamin Weil.
El nombre viene de la idea de fluidez, adem¨¢s de esa proximidad con la bah¨ªa de la ciudad y nace con la voluntad de ocupar un espacio casi inexistente en las texturas culturales de Espa?a y propone reorganizar los ritmos de trabajo, proporcionar un lugar para la reflexi¨®n, la incertidumbre y el potencial de lo especulativo en momentos de inestabilidad social. Tras lanzar uno de los proyectos de Fernando Garc¨ªa-Dory por varias zonas rurales del norte de Espa?a, entre sus pr¨®ximas actividades est¨¢ la exposici¨®n del trabajo de Laida Lertxundi y el programa p¨²blico Aesthetics of Contamination, expandido a toda la ciudad. El movimiento, explica Alonso D¨ªaz entre l¨ªneas, no se genera en la superficie si no en el subsuelo. Aunque aqu¨ª da m¨¢s pistas de esa creatividad subversiva.
?Por qu¨¦ es necesario un proyecto como fluent en un momento como ¨¦ste?
La necesidad de dar forma a un espacio como fluent nace de una insatisfacci¨®n con las estructuras culturales y los modelos institucionales de Espa?a, as¨ª como del agotamiento de la ¡®¡®cultura del proyecto¡¯¡¯ impuesta al comisariado independiente, que desemboca en una pr¨¢ctica en la que es dif¨ªcil generar continuidad entre los proyectos, cayendo a veces en lo inconexo e incluso en lo superficial. Esto no quiere decir que no nos interese lo superficial, por supuesto un proyecto que se articula a trav¨¦s de pr¨¢cticas art¨ªsticas contempor¨¢neas presta atenci¨®n a la superficie; sino que, m¨¢s bien de lo que huye es de una programaci¨®n meramente nominativa, acumulativa y en cierto sentido banal.
?Qu¨¦ lo hace singular? ?Qu¨¦ aporta?
Me gusta pensar en objetivos en lugar de resultados, y por ah¨ª la respuesta se vuelve mucho m¨¢s clara: observar el mundo e intentar cambiarlo a nuestra escala desde un proyecto dedicado al pensamiento art¨ªstico. El compromiso es hacia ciertas cuestiones sociales y pol¨ªticas que determinan, en primer lugar, la toma de decisiones curatoriales. No es simplemente una cuesti¨®n de canalizar los recursos disponibles para visibilizar artistas emergentes o con falta de visibilidad, o la elecci¨®n de mostrar artistas extranjeros cuyo acceso al p¨²blico espa?ol sea dif¨ªcil. La l¨®gica de trabajo est¨¢ definida por una negociaci¨®n constante con las pol¨ªticas de la representaci¨®n. Es decir, intentar programar, crear debate y distribuir ideas teniendo en cuenta problem¨¢ticas concretas y la relevancia que invertir, contrarrestar o enfatizar ciertas l¨®gicas de representaci¨®n pueda llegar a tener.
![Exposici¨®n inaugural en fluent, 'Overture', en 2016.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ACFIGNTL7676FKLFSVLCFUUUPA.jpg?auth=1a64c9886139aaa833b3e6d791c707e901eddac08076c8089529c67127035537&width=414)
El punto de partida parece romper con bastantes estigmas asociados al mundo del arte. ?Tambi¨¦n con la etiqueta, tan sobrevalorada, de ¡°arte emergente¡±?
El sistema del arte no existe fuera del aceleraci¨®n en el que vivimos, y ese sistema siempre intenta incorporar lo que es m¨¢s atractivo o lo que puede generar m¨¢s beneficio. Y quiz¨¢s mucho de lo que rodea al ¡®¡®arte joven¡¯¡¯ tiene que ver con eso. Bajo las l¨®gicas del neoliberalismo el arte contempor¨¢neo es una especie de campo magn¨¦tico que lo absorbe todo: coreograf¨ªa, cine, ciencia son susceptibles de convertirse en profit econ¨®mico y de espectacularizarse. Es imagen, producto, espect¨¢culo y publicidad a la vez, algo bastante perverso porque ha hecho que ciertas etiquetas como la de ¡®¡®arte joven¡¯¡¯ vac¨ªen de contenido muchas obras para convertirlas en un espejismo.
?De qu¨¦ otros proyectos est¨¢ cerca?
Me interesa mucho Castillo/Corrales en Par¨ªs, un espacio non-profit articulado como cooperativa que incluye un espacio expositivo, una librer¨ªa y una editorial. Tambi¨¦n Kunsthalle Lissabon en Lisboa, La Salle de Bains en Lyon o Extra City en Amberes.
?Qu¨¦ relaci¨®n establece este espacio con el contexto en Santander?
Es parad¨®jico observar la construcci¨®n urban¨ªstica de Santander en relaci¨®n a su sociedad, una especie de fachada frente a la bah¨ªa detr¨¢s de la que todo es mucho m¨¢s precario de lo que pueda parecer a simple vista. Operar desde una ciudad desconectada del pensamiento art¨ªstico contempor¨¢neo y alejada de los discursos art¨ªsticos actuales permite asumir una serie de riesgos que ser¨ªan impensables en otros contextos. Hace poco, hablando con el artista asturiano Fran Meana, coincid¨ªamos en que desde la entrada de Espa?a en la Uni¨®n Europea y la reestructuraci¨®n de la mayor parte del sector primario en sector servicios, muchas zonas del norte de Espa?a han desarrollado una temporalidad extra?a. Los comportamientos sociales, el avance tecnol¨®gico y la relaci¨®n con la naturaleza se ha modificado tan r¨¢pida y dr¨¢sticamente que ha generado una sensaci¨®n de tiempo desplazado. No es lo habitual encontrarse un proyecto dedicado a pr¨¢cticas experimentales en un contexto como Santander, y de alguna forma esto refuerza esa idea de extra?eza y desplazamiento que es muy interesante a muchos niveles. Prestamos especial atenci¨®n a pr¨¢cticas que imaginan otras formas de existir, no s¨®lo en el contexto espec¨ªfico de nuestra actividad, sino en el amplio panorama del mundo en el que vivimos.
?Hay buen pulso art¨ªstico en la ciudad?
A pesar de que la apertura del Centro Bot¨ªn y la futura sede asociada del Reina Sof¨ªa puedan ser un punto de inflexi¨®n que ha tra¨ªdo consigo cierta atenci¨®n sobre la ciudad, la escena cultural tiende a ser muy local, r¨ªgida y marcadamente comercial. La universidad carece de cualquier formaci¨®n en humanidades, a la vez que tiene una s¨®lida y potente oferta cient¨ªfico-t¨¦cnica, lo que en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha dado lugar a una sociedad extremadamente pragm¨¢tica y mercantilista. Esta situaci¨®n hace m¨¢s relevante un proyecto comprometido con expandir temas, est¨¦ticas y modos de debate perif¨¦ricos, en referirse a modelos institucionales disidentes y en generar no solo pensamiento cr¨ªtico, sino tambi¨¦n capacidad imaginativa.
Ahonde en los sistemas de investigaci¨®n que propone, expl¨ªquenos algunos ejemplos.
Al buscar formas de investigaci¨®n art¨ªstica m¨¢s complejas es fundamental atender a los discursos te¨®ricos que desencadenan los proyectos. Habitualmente acompa?amos las exposiciones de una lista de lectura, adquirimos publicaciones o simplemente ponemos a disposici¨®n del p¨²blico una serie ensayos y art¨ªculos que creemos relevantes. Un ejemplo de esto es el material que adquirimos sobre Piero Gilardi, uno de los artistas que form¨® parte de Deviance Terra, la ¨²ltima exposici¨®n colectiva que hemos organizado. A pesar de ser un artista fundamental del movimiento Povera, su trabajo en Espa?a es muy poco conocido. Tambi¨¦n a trav¨¦s de nuestras propias publicaciones, como la primera monograf¨ªa sobre el trabajo de la cineasta Laida Lertxundi, en la que estamos trabajando y que saldr¨¢ a finales de a?o. Pero por recursos te¨®ricos no s¨®lo me refiero a publicaciones especializadas, sino a generar una estructura de intercambio entre ideas o agentes que aparentemente no tendr¨ªan por que entrar en contacto. En esa b¨²squeda por generar contenidos alternativos, el a?o pasado organizamos un seminario entorno al concepto de incertidumbre material en colaboraci¨®n con los estudiantes del master en cultura visual del Museo Reina Sof¨ªa. El objetivo era generar un ecosistema donde un grupo de estudiantes entrase en contacto con las propuestas y las teor¨ªas de algunas personas que est¨¢n pensando sobre esas cuestiones como Sonia Fern¨¢ndez Pan, Jochen Volz (comisario de la ¨²ltima bienal de S?o Paulo), B¨®orbala Soos, Sabel Gavaldon o Jo?o Laia, buscando formas de intercambio que permitiesen articular un espacio de disenso.
![Fotograma de un vi?deo de Laida Lertxundi, la pro?xima artista en ocupar el espacio de fluent.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KHRIJ7CABPYUMUCBSVLJF26ZCI.jpg?auth=144ffca9624d84fde36fe91b40022048ade6680d19facc7f15e727160059ce53&width=414)
?Qu¨¦ estructuras de trabajo faltan en el contexto nacional?
Yo trabajo con el contexto nacional, pero no sabr¨ªa decirte si necesariamente ¡®¡®dentro¡¯¡¯ de ese mismo contexto, precisamente por una necesidad de interdependencia. Los contextos son porosos y obviamente se filtran a cualquier estructura, y hay cosas buenas y cosas malas de esto. Por un lado, tiene que ser as¨ª para poder generar una actividad real e involucrada con lo que te rodea, pero por otro, no hay que dejar que ciertos l¨ªmites geo-pol¨ªticos definan tu proyecto. Obviamente Espa?a no se caracteriza por un gran apoyo al arte contempor¨¢neo, y algo que falta es un programa de financiaci¨®n que se interese por lo que pasa m¨¢s all¨¢ de las instituciones. Para desarrollar nuestro programa tenemos que buscar financiaci¨®n no solo en Espa?a, apoyarnos en ayudas espec¨ªficas, aplicar a becas o inventar nuevos tipos de colaboraci¨®n.
?Hay demasiado centralismo en el mundo del arte?
Creo que el arte en s¨ª es un sistema que resiste al centralismo, pero la forma en la que el mundo del arte se articula es profundamente centralista. La tensi¨®n entre centro y periferia ha definido muchos de los discursos art¨ªsticos del siglo XX, pero no creo que ahora mismo sea tan relevante pensar esto como una dualidad. Las periferias son regiones muy ambiguas, con relaciones muy diversas respecto a un supuesto ¡®¡®centro¡¯¡¯, y lo que define ese centralismo no es tanto un sistema espacial sino de relaciones de poder que est¨¢n cambiando. Las din¨¢micas del arte actual tienen una capacidad de transformaci¨®n enorme, vinculada a la revoluci¨®n digital, a como consumimos las exposiciones hoy en d¨ªa y a la forma en la que circulan las ideas.
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