¡°Mi libro es un mensaje de esperanza para todos los ni?os frikis¡±

En la ¨²ltima novela gr¨¢fica de Bef aparece una Mary Shelley con enaguas escuchando post-punk. Su criatura, Frankenstein, es un monstruo de autoayuda que rescata a una ni?a del acoso de unas matonas de colegio. Y la ni?a, ensimismada en los dibujos, termina convirti¨¦ndose en una ilustradora profesional tan exitosa y cool que no usa ni Facebook.

Con El instante Amarillo, editada por la editorial Oc¨¦ano, Bernardo Fern¨¢ndez, Bef, (Ciudad de M¨¦xico, 1972), la punta de lanza de una generaci¨®n de pujantes novelistas gr¨¢ficos mexicanos, ha querido hacer un libro con el que pudieran sentirse identificadas su hijas, Sof¨ªa, de un a?o, y Mar¨ªa, una ni?a de 8 a?os enamorada de los c¨®mics y que padece autismo.

¡°Apenas hay historietas dirigidas a ni?as y j¨®venes¡±, cuenta el autor en un caf¨¦ de la capital mexicana. ¡°Quer¨ªa reflejar esa sensaci¨®n de aislamiento y alienaci¨®n que tienes en esa edad¡±. El instante amarillo es sobre todo una novela de iniciaci¨®n. Desde el t¨ªtulo, que est¨¢ prestado de un verso de Sylvia Plath: el instante amarillo ¡°es la calma que antecede lo atroz¡±.

Pregunta. ?Ya ha le¨ªdo el libro su hija? ?Le ha gustado?

Respuesta. Le he le¨ªdo partes. Le gustan los dibujos. Mar¨ªa es muy visual. Pero siento que es un poco chiquita todav¨ªa. Quiero esperar un par de a?os. No porque no la pudiera entender, sino porque quiz¨¢ la historia le sea demasiado cercana. Quer¨ªa contar eso com¨²n a todo el mundo pero sobre todo a la gente creativa, esa sensaci¨®n de aislamiento y alienaci¨®n que tienes cuando eres joven. Es un mensaje de esperanza para todos los ni?os frikis.

P. ?Usted tambi¨¦n se consideraba un ni?o friki?

R. Por supuesto. Yo fui a un colegio de curas, viv¨ª ese infierno. Fui un ni?o acosado por otros ni?os y tambi¨¦n acosador. Entiendo esa din¨¢mica, todo ni?o bully originalmente es un ni?o hostilizado. Es una cosa de supervivencia, en mi caso magnificada por el hecho de estar entre puros hombres, lo que lo volv¨ªa a¨²n m¨¢s violento. Yo dibujaba, no me gustaba el f¨²tbol, no me gustaba la m¨²sica infantil. A m¨ª me gustaban Kiss, porque parec¨ªan superh¨¦roes. Ahora est¨¢ muy asimilada la subcultura de los c¨®mics. Pero en los 90 en M¨¦xico era absolutamente marginal. Yo ten¨ªa una playera de Batman y me hac¨ªan burla en la calle.

Todo ni?o bully originalmente es un ni?o hostilizado. Es una cosa de supervivencia

P. ?Por qu¨¦ decidi¨® usar a Frankenstein para esta historia?

R. Es mi monstruo favorito. Con seis a?os mi t¨ªa me regalo un audiolibro de Frankenstein. Era una adaptaci¨®n muy libre pero diferente de la pel¨ªcula. A partir de ah¨ª me enamor¨¦. Adem¨¢s me parece una met¨¢fora de adolescencia: eres la obra maestra del pap¨¢ y al mismo tiempo cuando te ves adolescente, te has convertido en algo diferente que te horroriza.

P. En cada cap¨ªtulo va cambiando el estilo del dibujo. ?Por qu¨¦?

R. Quise hacer un juego de espejos entre lo que dibuja la protagonista y lo que a ella le va sucediendo. El estilo visual va cambiando seg¨²n la narraci¨®n. Desde mi dibujo m¨¢s tradicional, de l¨ªnea clara, muy limpio y con colores poco saturados, hasta por ejemplo cuando ella es ya adulta, que est¨¢ hecho en digital, sin usar l¨¢piz y papel.

P. El germen de este libro es antiguo.

R. Originalmente iba a ser un cuento de horror en un colegio de monjas. Pero hace 20 a?os, cuando empec¨¦ con la idea, no exist¨ªan las condiciones editoriales necesarias. Ahora me alegro de no haberlo hecho. Se habr¨ªa perdido. Ahora s¨ª tengo una editorial grande que apuesta por este g¨¦nero y adem¨¢s tengo la beca del Fonca en narrativa gr¨¢fica.

P. ?C¨®mo ve el panorama de la novela gr¨¢fica en M¨¦xico?

R. Cuando empec¨¦ a hacer c¨®mics era imposible que una editorial grande publicara una novela gr¨¢fica y menos a un autor mexicano. Ahora ya est¨¢ pasando con nombres como Edgar Clement, Patricio Betteo, Cecilia Pego, Alejandra G¨¢mez y Augusto Mora. A diferencia de Europa o EE UU, en M¨¦xico hay c¨®mics en las librer¨ªas desde hace s¨®lo cinco a?os. La historieta no estaba legitimada, era considerada un g¨¦nero menor, cuando no basura.