Fandi?o super¨® un paro cardiaco antes de morir en el hospital
Los partes m¨¦dicos constatan la extrema gravedad de las heridas del diestro tras ser corneado por un toro en Francia
El torero Iv¨¢n Fandi?o falleci¨® en un quir¨®fano del hospital de Mont de Marsan, adonde fue trasladado veinte minutos despu¨¦s de la cogida (un miembro de su cuadrilla, conmocionado a¨²n por lo ocurrido, manifest¨® en un principio que el diestro estuvo casi una hora sedado en la plaza)?por una UVI m¨®vil, seg¨²n fuentes m¨¦dicas francesas que participaron en la atenci¨®n al paciente. En el trayecto desde la localidad de Aire sur l¡¯Adour al centro hospitalario, que dista 33 kil¨®metros, recibi¨® una transfusi¨®n de sangre y super¨® un paro card¨ªaco. Lleg¨® con vida al hospital (en un primer momento se dijo lo contrario), donde fue atendido inmediatamente por un equipo de cirujanos, dirigidos por el doctor Mathieu Poirier, que nada pudieron hacer por salvarlo. El propio m¨¦dico explic¨® despu¨¦s que el diestro ten¨ªa el h¨ªgado reventado y la vena cava seccionada, y que los da?os en los pulmones, h¨ªgado y ri?ones eran irreversibles. La muerte de torero en la mesa de operaciones explica que no se le practicara la autopsia al fallecer en el curso de un acto m¨¦dico.
Fandi?o entr¨® en la enfermer¨ªa de la plaza a las siete y media de la tarde, seg¨²n recogen los partes redactados por los dos enfermeros anestesistas que lo atendieron. El equipo m¨¦dico estaba formado por el cirujano taurino Jean Claude Darracq, especialista en urolog¨ªa, un m¨¦dico anestesista, los dos enfermeros citados, dos enfermeras y dos ayudantes. La herida sangraba poco, lo que evit¨®, en primera instancia, que se pensara en una cornada muy grave, hasta que la palidez del rostro del torero, la p¨¦rdida de conocimiento, una tensi¨®n arterial de 7-5 y el hecho de que el cirujano comprobara manualmente que la cornada ten¨ªa una trayectoria de 15 cent¨ªmetros en el costado derecho del abdomen, en el espacio entre las costillas bajas y la pelvis, hicieron temer lo peor.
Diez minutos despu¨¦s de la llegada a la enfermer¨ªa, el equipo procedi¨® a estabilizarlo con ventilaci¨®n, intubaci¨®n traqueal y distintos medicamentos contra el dolor. La tensi¨®n a las 19.45 era de 6.9-4.9. Era evidente para los m¨¦dicos presentes que solo pod¨ªan preparar al herido para su traslado a un centro hospitalario.
Cinco minutos despu¨¦s (19.50 horas) lleg¨® la ambulancia medicalizada, que se dirigi¨® a toda velocidad y por una buena carretera, con muchas rectas, al hospital de Mont de Marsan, y el m¨¦dico que acompa?¨® a Fandi?o ya llevaba en sus manos el primer parte m¨¦dico, que dice textualmente:
"El maestro Iv¨¢n Fandi?o ha sufrido una cornada en el costado derecho [el cirujano se equivoca y escribe gauche?¡ªizquierdo¡ª]. Exploraci¨®n: una trayectoria de 15 cent¨ªmetros con rotura muscular a nivel de las ¨²ltimas costillas que alcanza al peritoneo. Se le coloca un drenaje que da poca sangre. Reanimaci¨®n, intubaci¨®n traqueal y traslado en SAMU a Mont de Marsan. Pron¨®stico: muy grave".
El documento est¨¢ firmado por el doctor Jean Claude Darracq. De la lectura del parte se deduce que los facultativos solo pudieron hacer una inspecci¨®n ocular de la herida, adem¨¢s de la intubaci¨®n, ante la supuesta gravedad de la misma.
Las mismas fuentes m¨¦dicas consultadas han se?alado que los da?os que presentaba el torero eran ¡°irreversibles¡±, y solo se pueden afrontar en un servicio de cirug¨ªa cardiol¨®gica en el que sea posible utilizar la circulaci¨®n extracorp¨®rea que reemplace al coraz¨®n parado y permita la reparaci¨®n de la vena cava. El hospital de Mont de Marsan no cuenta con este servicio, pero fue imposible plantear un nuevo traslado a un hospital de Burdeos ante la extrema gravedad del paciente.
El cirujano jefe de la plaza de Zaragoza, Carlos Val Carreres, ha se?alado a este peri¨®dico que, seg¨²n las informaciones que conoce, la herida sufrida por Fandi?o era ¡°sever¨ªsima¡±, agravada por la rotura de la vena cava, ¡°lo que hace muy compleja una soluci¨®n satisfactoria¡±. ¡°Si hubiera sido posible intervenirlo de inmediato¡±, a?adi¨®, ¡°en una enfermer¨ªa con todos los medios t¨¦cnicos posibles, habr¨ªa que haberse encomendado a la divina providencia¡±.
El apoderado del torero, N¨¦stor Garc¨ªa, ha declinado hablar para este peri¨®dico, y mediante un mensaje telef¨®nico se ha limitado a se?alar que ¡°en la enfermer¨ªa se le trat¨® [al torero] lo mejor posible y la cornada era irreparable; Iv¨¢n muri¨® porque ten¨ªa que morir; porque el toreo es muy grande y muy de verdad¡±. Aclaradas algunas de las inc¨®gnitas sobre la muerte de Iv¨¢n Fandi?o, llaman la atenci¨®n otras circunstancias que rodearon el fatal suceso.
En primer lugar, y seg¨²n se puede comprobar en las im¨¢genes de televisi¨®n sobre la cogida, ninguno de los presentes se percata de la gravedad instantes despu¨¦s de que el toro empitonara al torero. Los compa?eros recogen el cuerpo de Fandi?o con diligencia pero con serenidad, y tardan en introducirlo en el callej¨®n ante la tardanza del operario que debe abrir la puerta de entrada. El propio callej¨®n es estrech¨ªsimo y a duras penas pueden andar las dos personas que transportan al herido; su apoderado les acompa?a detr¨¢s y su cara es de aparente tranquilidad.
No hab¨ªa una ambulancia medicalizada en la plaza porque los empresarios no est¨¢n obligados a ello por la normativa francesa (se autoriza la corrida, pero nada m¨¢s). De todos modos, lo cierto es que no hubiera servido para el traslado al carecer del imprescindible acondicionamiento sanitario.
Por otra parte, la legislaci¨®n francesa no permite que las enfermer¨ªas cuenten con bolsas de sangre, de modo que los equipos m¨¦dicos deben solicitarla a los centros especializados en caso de necesidad. Por regla general, las instalaciones sanitarias taurinas del pa¨ªs vecino suelen contar con medios sanitarios b¨¢sicos, porque la norma no escrita y aceptada por todas las partes es que la mejor soluci¨®n es un traslado inmediato al hospital m¨¢s cercano.
Sobre la publicaci¨®n o no del parte m¨¦dico, no existe en Francia esa costumbre espa?ola de facilitar por escrito los pormenores de una cogida, que s¨ª se entregan a la familia de la persona herida.
Babelia
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