El caos de lo incomprensible

El argentino afincado en Espa?a Lucas Figueroa dio hace casi una d¨¦cada con esa entelequia tan buscada como poco vista, e incluso indemostrable a posteriori, llamada f¨®rmula del ¨¦xito: una presumible fusi¨®n entre tem¨¢tica, estilo y tono, que conflu¨ªa en una peque?a pieza titulada Porque hay cosas que nunca se olvidan, asentada en el f¨²tbol, y a¨²n m¨¢s en la nostalgia de la infancia, que, acompa?ada de un engranaje formal de gran vistosidad cercana a la grandilocuencia, fue inscrita hasta en el Libro Guinness de los r¨¦cords: casi 300 premios en cert¨¢menes nacionales e internacionales de cortometrajes.

Sin embargo, el cine nunca fue cuesti¨®n de n¨²meros y, en los a?os siguientes, Figueroa no acab¨® de despegar en el largometraje. Tard¨® cinco a?os en poder debutar, y lo hizo con Viral, una vulgar pel¨ªcula de terror de bajo presupuesto, con m¨¢s pinta de operaci¨®n comercial publicitaria de una famosa empresa especializada en venta de cultura y tecnolog¨ªa que de verdadero producto de fuste creativo. Y han debido pasar otros tres para llegar a la coproducci¨®n entre Espa?a y Argentina Despido procedente, comedia de acci¨®n con ilustre reparto, que aspira a retratar el estado de histeria social provocado por los desmanes de las grandes compa?¨ªas y la crisis econ¨®mica y laboral, de la que solo sale indemne su reparto, con viejos zorros como Imanol Arias y Dar¨ªo Grandinetti, capaces de aterrizar de pie en una pel¨ªcula que nace resquebrajada por su desastroso guion.

Poco o nada se comprende de la trama empresarial que mueve a los personajes, una especie de mcguffin al que Figueroa, tambi¨¦n escritor, dedica demasiado tiempo y esfuerzo, giros y revueltas, con los que ni siquiera logra hacerse entender. De modo que, si acaso, hay que quedarse con el relato de hostigamiento del alto ejecutivo al que le ha salido un grano en el culo en forma de acosador social, como un cabo del miedo con derivaciones c¨®micas.

Sin embargo, con gags que no pasan del chascarrillo entre argentinos y gallegos, dos convencionales tramas sentimentales, y una perenne banda sonora de Federico Jusid, excelente m¨²sico, aqu¨ª desatado, sin dejar a la pel¨ªcula una m¨ªnima rendija de silencio, Despido procedente es un continuo subid¨®n sin tempo c¨®mico ni altura social. Una obra que puede se?alar a Figueroa como un t¨¦cnico pero nunca como un narrador.