Cal¨ªgula, el hombre que quiso tocar la luna
Mario Gas estrena en M¨¦rida la obra de Albert Camus, interpretada por Pablo Derqui y que indaga en el existencialismo y la arbitrariedad del poder
Solo tres d¨ªas de ausencia y el emperador Cayo reaparece como el tirano Cal¨ªgula. Hay un empe?o colectivo por creer que esa transformaci¨®n surge del dolor ante la muerte de su gran amor clandestino, Drusila, hermana y amante. Cal¨ªgula est¨¢, sin embargo, noqueado por otros dolores. Es de noche cuando por fin aparece abstra¨ªdo y conmovido. ¡°El amor no es nada. Quiero la luna en mis manos¡±, grita. Es el alarido de un hombre poderoso pero infeliz y desesperado, que siente la necesidad de lo imposible y la b¨²squeda de lo absoluto, que quiere tocar con sus manos la luna y que se debate en una melancol¨ªa extrema que le llevar¨¢ a desear y cumplir con su propia muerte.
Mario Gas indaga con Cal¨ªgula, una de las piezas teatrales clave de Albert Camus, en el existencialismo, la finitud de la existencia y la arbitrariedad del poder. Protagonizada por Pablo Derqui, Cal¨ªgula es uno de los grandes montajes que acoger¨¢ este a?o el Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida que se inaugura el pr¨®ximo mi¨¦rcoles. El espect¨¢culo se representar¨¢ en el escenario romano del 12 al 16 de julio para viajar luego al Festival Grec, de Barcelona, a finales de mes. A Pablo Derqui le acompa?an en el reparto M¨®nica L¨®pez, Borja Espinosa, Pep Ferrer, Pep Molina, Anabel Moreno, Ricardo Moya, Bernat Quintana y Xavier Ripoll.
Es el primer d¨ªa de ensayos en el Teatre Nacional de Catalunya, antes del desembarco a cielo abierto en M¨¦rida, y director y actores se van adaptando y midiendo en el nuevo escenario, una hermosa plataforma inclinada, inspirada en un edificio de la ¨¦poca fascista italiana, en la que se reflejar¨¢ ese gong del que hablaba Camus y el enorme espejo en el que cada uno ir¨¢ enfrentando su propia imagen.
Siete montajes en el gran teatro romano
La 63? edici¨®n del Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida, la sexta que gestiona y dirige Jes¨²s Cimarro, acoger¨¢ entre el 5 de julio y el 27 de agosto un total de siete montajes teatrales que se representar¨¢n en el teatro romano de la ciudad extreme?a, un majestuoso escenario al aire libre de 50 metros de embocadura y un aforo para 3.000 personas.
La Orestiada, dirigida por Jos¨¦ Carlos Plaza. Esta tragedia de Esquilo, en versi¨®n de Luis Garc¨ªa Montero, contar¨¢ en el reparto con Ana Wagener, Roberto ?lvarez y Amaia Salamanca, entre otros. Del 5 al 9 de julio.
Cal¨ªgula. La obra de Albert Camus est¨¢ dirigida por Mario Gas y protagonizada por Pablo Derqui junto a M¨®nica L¨®pez . Del 12 al 16 de julio.
Troyanas. Carme Portaceli, actual responsable del Teatro Espa?ol, dirigir¨¢ esta obra de Eur¨ªpides en versi¨®n de Alberto Conejero. En el reparto figuran, entre otros, Aitana S¨¢nchez Gij¨®n y Ernesto Alterio. Del 19 al 23 de julio.
S¨¦neca. Obra de Antonio Gala, en versi¨®n y direcci¨®n de Emilio Hern¨¢ndez. Interpretada por Carmen Linares, Antonjio Valero, Diego Garrido y otros. Del 26 al 30 de julio.
La Bella Helena. De Jacques Offenbach. Dirigida por Ricard Reguant y protagonizada por un largo reparto, en el que figuran, entre otros, Roc¨ªo Madrid, Cata Munar o Pablo Romo. Del 2 al 6 de agosto.
La comedia de las mentiras. Inspirada en la obra de Plauto, este montaje cuenta en la direcci¨®n con Pep Anton G¨®mez y en la actuaci¨®n con Pep¨®n Nieto, Mar¨ªa Barranco o Paco Tous. Del 9 al 15 y del 18 al 20 de agosto.
Viriato. De Flori¨¢n Recio. Dirigida por Paco Carrillo e interpretada por Fernando Ramos, Jes¨²s Manch¨®n o Juan Carlos Tirado. Del 23 al 27 de agosto.
¡°Ojo¡±, advierte Mario Gas, ¡°este Cal¨ªgula no es solo el retrato de un tirano y un d¨¦spota, de un emperador que gobern¨® desde el a?o 37 hasta el 41. Es evidente que es la encarnaci¨®n de un poder qu¨ªmicamente malo, pero no es un d¨¦spota en s¨ª mismo. Es el reflejo de la sociedad que le rodea. Lo f¨¢cil es decir que Cal¨ªgula era un loco o un esquizofr¨¦nico. Lo que late debajo de este personaje es un estado de ¨¢nimo profundo, una melancol¨ªa que le lleva a reconocer su equivocaci¨®n absoluta¡±. Estrenada en 1945, Cal¨ªgula recoge, en palabras de su director, todo el compromiso y la especulaci¨®n sobre el poder, la caducidad del amor, la corrupci¨®n y las castas, la insatisfacci¨®n humana y la reflexi¨®n sobre el existencialismo que invade la literatura de Albert Camus. ¡°Con el Cal¨ªgula de Camus se da paso a toda una serie de arquetipos de tiran¨ªa, monstruosidad y arbitrariedad que hemos conocido a lo largo de la historia¡±, a?ade Gas (Montevideo, Uruguay, 1947).
No es una cr¨®nica hist¨®rica, sino un exhaustivo recorrido en torno a la reflexi¨®n de la existencia. El propio Camus sugiri¨® en sus acotaciones que no aparecieran tocas romanas y que la obra se pudiera representar bajo cualquier contexto hist¨®rico, excepto con el Imperio Romano. Es as¨ª un montaje que se despega de los hechos reales para establecer un arquetipo de una actitud existencial, vital y torcida muy determinada. ¡°No olvides que su voluntad es la de cambiar el mundo¡±, advierte el director a Pablo Derqui, en pleno combate en el escenario con ese energ¨²meno e iluminado emperador que somete al terror a sus patricios y a su pueblo. Es la segunda vez que Derqui trabaja con Mario Gas, tras su encuentro hace ocho a?os con La muerte de un viajante, de Arthur Miller. Se ten¨ªan ganas. Derqui asegura que Mario Gas es un hombre de teatro ¡°con may¨²sculas¡±, y este asegura que un personaje como Cal¨ªgula ¡°necesita de un actor muy vers¨¢til, capacidad de cambio y potencia interpretativa¡±.
Pablo Derqui (Barcelona, 1976) se estrena con este montaje en el teatro romano de M¨¦rida, todo un icono en la dramaturgia cl¨¢sica, en el que Cal¨ªgula ha sido representado seis veces desde 1963. La inquietud del actor por el escenario va a la par de las ganas y la fascinaci¨®n. Las mismas con las que se enfrenta a Cal¨ªgula, un personaje m¨ªtico por el que han pasado grandes actores. ¡°Es verdad que la lupa puede ser algo m¨¢s cruel, pero los miedos a la hora de hacer un papel de estas dimensiones m¨¢s que bloquearme me alientan¡±, asegura el actor en un descanso del agotador ensayo. Ha salido a fumar a la calle y a beber agua antes de explicar que la felicidad para Cal¨ªgula es solo un velo. ¡°Ante la disfunci¨®n de que el amor no es nada, de que todo es mentira, que nada dura y que la muerte llega cuando llega, este emperador poderoso se va encaminando a un lento suicidio. Su gran error fue que acab¨® negando al hombre y al mundo y eso le llev¨® a negarse a s¨ª mismo. Es su final¡±, reflexiona el actor.
Y si no puede alcanzar la luna, ?para qu¨¦ sirve la existencia? Para nada, como el amor. Cal¨ªgula, convencido de que ha escrito su vida con renglones torcidos, busca as¨ª a gritos a su propio verdugo, a alguien que acabe con ¨¦l. ¡°Todav¨ªa estoy vivo¡±, advierte ya herido de muerte. Una clara advertencia vital de que todo sigue.
Babelia
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