Camar¨®n: una discograf¨ªa esencial
En tan solo 23 a?os, de 1969 a 1992, el cantaor entreg¨® en vida 16 discos de estudio, uno en directo y una antolog¨ªa
Las portadas de los discos de El Camar¨®n de la Isla con la colaboraci¨®n especial de Paco de Luc¨ªa, que as¨ª hab¨ªa de constar, viajan desde aquellos a?ejos retratos de P¨¦rez de Le¨®n, de car¨¢cter inequ¨ªvocamente kitsch, que ilustraron sus primeros discos, hasta la pintura de Miquel Barcel¨®, que define la ultim¨ªsima entrega del artista, poco antes de su muerte. La evoluci¨®n est¨¦tica del envoltorio resulta descomunal. La del contenido que encerraba es tambi¨¦n remarcable: su cante crece de manera pareja a su breve e intensa vida, aunque ¨¦l siempre hiciera el flamenco que le apasion¨®. Otra cosa es la forma en que Jos¨¦ Monge trat¨® los estilos tradicionales, la manera en que sus productores lo fueron presentando y, sobre todo, el hecho irrepetible del encuentro entre dos genios, el cantaor y el guitarrista, Jos¨¦ y Paco, que constituyeron un t¨¢ndem m¨¢gico que supo ¡°desobedecer la tradici¨®n sin traicionarla¡±, como dej¨® sentado F¨¦lix Grande.
En tan solo veintitr¨¦s a?os, los que van de 1969 (primer disco en Philips) a 1992 (Potro de rabia y miel), el cantaor entreg¨® en vida 16 discos de estudio, uno en directo y una antolog¨ªa. Tras su muerte, se edit¨® otro doble con registros en vivo (Camar¨®n nuestro, 1994) que, junto a uno de rarezas, complet¨® la primera Integral de Camar¨®n de la Isla (Universal). Su discograf¨ªa, sin embargo, no se agota ah¨ª, como comprobaremos. Tras su fallecimiento, se ir¨ªa incrementando con m¨¢s directos, registros rescatados o revisiones de dudoso gusto, en alguno de los casos.
Para que el aficionado inadvertido navegue placenteramente en este oc¨¦ano discogr¨¢fico, se hacen convenientes algunas acotaciones. Es preciso, as¨ª, saber que de 1969 a 1977, Camar¨®n impresiona nueve LP¡¯s bajo la tutela y producci¨®n del padre de los Luc¨ªa, Antonio S¨¢nchez Pecino. Se trata de una etapa fundamental¨ªsima. Dos artistas en un permanente crecimiento. Los nueve ¨¢lbumes, tomados como un todo, pero tambi¨¦n de uno a uno, ofrecen un notable car¨¢cter antol¨®gico. El cantaor toca (casi) todos los estilos: tiene querencia por su tierra, por las buler¨ªas, los tangos y los fandangos, pero no desde?a soleares, seguiriyas ni los cantes de Levante, que tanto le gustaron. Un flamenco luminoso y fresco (Al verte las flores lloran/ Detr¨¢s del tuyo se va, 1969) va dando paso a una prematura madurez en Arte y majestad (1975) o en Rosa Mar¨ªa (1976).
El punto de inflexi¨®n llegar¨¢ en 1979 con La leyenda del tiempo. Camar¨®n deja a S¨¢nchez Pecino y se encomienda al productor Ricardo Pach¨®n, que va a cumplir el viejo sue?o de poner a un cantaor gitano liderando una gran banda. El artista se va a encontrar con Lorca, Omar Kayam, Villal¨®n y Kiko Veneno (Volando voy). Dentro de un irrenunciable e impecable comp¨¢s flamenco, arreglos rockeros junto a las guitarras flamencas de Tomatito y Raimundo Amador. Un disco legendario, pero todo un fracaso de ventas en su momento.
Hab¨ªa que volver a la senda tradicional, aunque ya nada volviera a ser lo mismo. Dos a?os despu¨¦s de La leyenda, regresar¨ªa Paco de Luc¨ªa, que traer¨ªa a su hermano Pepe, y con ¨¦l sus letras, important¨ªsimas en un tiempo en el que el cantaor incrementar¨¢ su popularidad de manera notable. Tambi¨¦n se ir¨ªan incorporando a las grabaciones los componentes del sexteto de Paco (Jorge Pardo, Carles Benavent, Rubem Dantas) y hasta Joan Albert Amarg¨®s aporta arreglos, entre ellos a unas seguiriyas compuestas por Pepe de Luc¨ªa. Renovados trajes para los viejos estilos o, sencillamente, nuevas formas de expresi¨®n de lo flamenco, sin que se perdiera un ¨¢pice de su naturaleza original. Una segunda etapa en su carrera, que produce casi ¨ªntegramente Pach¨®n. En una sucesi¨®n de discos capitales -Como el agua (1981) Calle Real (1983), Vivir¨¦ (1984)- el cantaor genera ¨¦xitos, y lo que crece ahora es la propia leyenda del artista.
A partir del imprescindible Vivir¨¦, las cosas parecen complicarse en la vida del artista. Pach¨®n da un paso atr¨¢s y no volver¨¢ hasta 1987 con un disco en directo. Entre tanto, un cantaor ensimismado, en fase de reconstrucci¨®n bucal, graba con Antonio Humanes Te lo dice Camar¨®n (1986),un disco extra?o, deficiente t¨¦cnicamente, pero que no por ello esconde el rajo y el talento de un artista en el que se aprecian ya estragos vitales evidentes, aunque mantiene su tensi¨®n flamenca.
Dicen de m¨ª que me amenaza el tiempo / dicen de m¨ª que si estoy vivo o muerto. Resulta curioso que fueran dos jerezanos, Diego Carrasco y Rafael Fern¨¢ndez ¡°El Nene¡±, los que pusieran m¨²sica y versos al pulso que Jos¨¦ manten¨ªa con la vida. Es una extra?a buler¨ªa por seguiriya que se incluye dentro del disco Soy gitano (1989). Seg¨²n Ricardo Pach¨®n, su productor, ¡°otra vez el ambiente experimental y transgresor, pero ahora con la Royal Philarmonic Orchestra de fondo¡±. Hasta los estudios Abbey Road de Londres fueron a grabarla. Se trata de una producci¨®n grandiosa, su mayor ¨¦xito de ventas en vida y, en cierta manera, un canto del cisne en la obra de un cantaor que empieza a acusar la enfermedad que le terminar¨ªa venciendo.
Quiz¨¢s para aprovechar el tir¨®n de Soy gitano, en 1990 se publica Autorretrato, una antolog¨ªa con algunas versiones y mezclas nuevas. Por fin, en 1991, de nuevo con Paco de Luc¨ªa, se comienza a grabar Potro de rabia y miel (1992), con un artista ya seriamente enfermo. La grabaci¨®n llev¨® casi un a?o y fue tan potente como esforzada, dado el estado de salud de Camar¨®n. Sorprendentemente, el resultado fue brillante: el artista sac¨® fuerzas de flaqueza o su productor, que fue el propio Paco, logr¨® extraer lo mejor de ¨¦l. Sali¨® a la venta apenas dos meses antes de su muerte.
Jos¨¦ Monge Cruz, Camar¨®n de la Isla, falleci¨® con 41 a?os, quiz¨¢s de forma demasiado prematura para un artista que aunaba mucha afici¨®n y unas cualidades excepcionales. Imposible imaginar lo que su cante nos hubiera deparado en una edad madura, ¨¦l que dec¨ªa que Juan Talega no hab¨ªa empezado a cantar bien hasta despu¨¦s de los cincuenta. Nos leg¨®, sin embargo, un cancionero largo, superior a los 200 cantes. M¨¢s de la mitad de ellos son buler¨ªas, tangos y fandangos. Tambi¨¦n gust¨® de las canti?as, de la solea y la seguiriya y de los cantes de Levante.
Los discos p¨®stumos
Adem¨¢s del citado Camar¨®n nuestro, editado dos a?os despu¨¦s de su muerte y que recoge actuaciones del cantaor con Tomatito en festivales andaluces de los a?os 1978 y 1979, se han ido sucediendo en el tiempo una serie de discos que llamar¨ªamos p¨®stumos. En casi todos los casos se trata de rescates de actuaciones en directo o en fiestas junto a versiones y tomas alternativas de temas conocidos. El primero en aparecer en 1999 fue Par¨ªs, 1987 que recoge grabaciones in¨¦ditas en directo en el Cirque d¡¯Hiver parisino.
Inmediatamente despu¨¦s llegar¨ªa Antolog¨ªa in¨¦dita (2000) y, un poco m¨¢s tarde, Venta de Vargas (2005), dos discos de gran inter¨¦s para el aficionado por los documentos que re¨²nen. En el primero de ellos, por ejemplo, se recogen tres cantes registrados en una fiesta en Sevilla en 1967. El cantaor contaba 16 a?os y se acompa?aba a la guitarra. No existe acuerdo sobre la edad de Camar¨®n en el segundo de los dos, pero parece por su repertorio que ya hab¨ªa pasado por Madrid. Sea como sea, los cuatro primeros cortes del disco, registrados por el magnetof¨®n de Juan Vargas una noche de verano en la puerta de su venta, constituyen un regalo de una frescura impoluta.
Finalmente, producidos por el entorno de su familia, en 2008 aparecer¨ªa Reencuentro, entrega que incluye, adem¨¢s de un disco desigual con medleys y remezclas, un DVD con actuaciones del artista en RTVE. Ya en 2010 lleg¨® San Juan Evangelista, 1992 la grabaci¨®n del ¨²ltimo concierto del artista en enero de ese a?o. Cuentan que lleg¨® sin fuerzas y se neg¨® a actuar hasta el ¨²ltimo momento. La grabaci¨®n muestra, sin embargo, c¨®mo el artista era capaz de transfigurarse en el directo para llegar a ofrecer lo m¨¢s cercano a cualquiera de sus actuaciones. No cabe duda de que la escucha resulta emocionante por razones obvias.
Babelia
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