Julia Louis-Dreyfus, presidenta de la televisi¨®n

En 1983, Julia Louis-Dreyfus se sent¨ªa la ni?a fea de Saturday Night Live. Nadie le daba un sketch. Estaba frustrada. Sin el capo Lorne Michaels all¨ª, nadie anticip¨® que esa mujer en un mundo de hombres, bajita y de pelo imposible, estaba llamada a coronarse como reina de la televisi¨®n, presidenta de la comedia.

Este jueves se anuncian los Emmy. Y all¨ª volver¨¢ a aparecer Julia. La protagonista de Veep quiz¨¢s no sea el rostro m¨¢s conocido internacionalmente o la humorista m¨¢s venerada, pero sumar¨¢ la friolera de 18 nominaciones como actriz. Y no es su ¨²nico r¨¦cord. Si este a?o se hace con el galard¨®n, ser¨¢ su s¨¦ptimo (seis consecutivos por Veep y otro por Las nuevas aventuras de Christine) como protagonista. Por encima de leyendas como Candice Bergen o Mary Tyler Moore. Adem¨¢s, suma otro como secundaria por su inigualable y rompedora Elaine de Seinfeld. Algunos se atreven a pedir que deje de presentarse ?Qu¨¦ culpa tiene ella de su timing perfecto??Qu¨¦ culpa tiene de que nos riamos con su insoportable Selina Meyer??Qu¨¦ culpa tiene de haber triunfado en tres comedias tan distintas como relevantes?

A Louis-Dreyfus nunca le hizo falta triunfar en el cine ni atreverse con el drama. Es una actriz de televisi¨®n de las que ya no se esculpen, una que logr¨® escapar de la sombra de una serie ic¨®nica. Y todo aunque su carrera comenzara en SNL, donde solo un guionista igual de frustrado vio su potencial. Se llamaba Larry David y cuando logr¨® que le aceptaran una serie ocho a?os despu¨¦s, se acord¨® de su carism¨¢tica compa?era. As¨ª naci¨® Seinfeld. Juntos hicieron historia.

Al contrario que sus compa?eros, Louis-Dreyfus no qued¨® encasillada en el super¨¦xito. Ella quer¨ªa seguir trabajando. Lleg¨® Arrested Development, su reuni¨®n con David en Curb Your Enthusiasm y la tradicional Las nuevas aventuras de Christine, a la que su personalidad insuflaba alma y carisma, y el caramelo que le regal¨® Armando Iannucci en 2012. En Veep era una vicepresidenta inepta sin un atisbo de calidez. Pero era Julia. Era imposible no quererla.

Aunque ya no sea presidenta en la ficci¨®n, sigue siendo la reina de la televisi¨®n. Cuando acabe Veep, habr¨¢ otra serie esper¨¢ndola. La tele no r¨ªe sin Julia.