La balada de Corto Malt¨¦s cumple 50 a?os
Ofrecemos un avance de 'Equatoria', el nuevo ¨¢lbum del personaje de Pratt
Charles de Gaulle, el presidente que refund¨® la Rep¨²blica francesa tras la II Guerra Mundial, afirm¨® una vez que su ¨²nico gran rival era Tint¨ªn. Preguntado sobre el asunto, Fran?ois Mitterrand, el m¨¢s maquiav¨¦lico, le¨ªdo y poderoso de los presidentes franceses, se decant¨® por otro h¨¦roe de tebeo. "Yo tengo una debilidad por Corto Malt¨¦s. No es que me parezca al h¨¦roe de Hugo Pratt, pero no me aburrir¨ªa en la piel de este aventurero lac¨®nico, solitario, esp¨ªritu libre en el que confluyen numerosas culturas". Aquel marino que tuvo la capacidad para saltar de las vi?etas a la sociedad cumple hoy 50 a?os: un 10 de julio de 1967 se public¨® la primera entrega de La balada del mar salado en la revista Sergent Kirk, en la que Corto aparec¨ªa abandonado a la deriva en el Pac¨ªfico. Medio siglo despu¨¦s, el viaje contin¨²a y el pr¨®ximo septiembre se publicar¨¢ una nueva historia de Corto, Equatoria, la segunda firmada por los espa?oles Juan D¨ªaz Canales y Rub¨¦n Pellejero.
El marino, con sus patillas, su aro en el l¨®bulo izquierdo y su eterno cigarrillo s¨ªmbolo de unos tiempos en los que los h¨¦roes pod¨ªan fumar, se ha convertido en un icono inconfundible (y un negocio tremendo, ya que sus vol¨²menes siguen vendiendo miles de ejemplares en todo el mundo). Existe un Corto Malt¨¦s que da nombre a bares y que se vende en forma de p¨®steres en casi todas las tiendas de c¨®mics, un personaje que aparece hasta anunciando un perfume de Dior, una l¨ªnea de relojes... Pero todo ese merchandising no ha logrado descafeinar al personaje original, heredero de los relatos de Jack London y Robert Louis Stevenson, el ¨²ltimo gran h¨¦roe del mar, sobre el que Umberto Eco escribi¨®: "Cuando quiero relajarme leo a Engels, cuando quiero algo serio leo a Corto Malt¨¦s".
"En estos 50 a?os se ha convertido en un personaje muy importante de la cultura europea", explica Juan D¨ªaz Canales, el autor madrile?o que junto a Rub¨¦n Pellejero recibi¨® el encargo de resucitar a Corto Malt¨¦s. Tras la muerte de Hugo Pratt (1927-1995) se produjo un largo silencio durante el que, a diferencia de otros h¨¦roes, nadie retom¨® las aventuras del marino errante. El nuevo tebeo, Bajo el sol de medianoche, cre¨® unas enormes expectativas, pero su publicaci¨®n en 2015 recibi¨® el benepl¨¢cito de los viejos lectores y enganch¨® a una nueva generaci¨®n de fans. La agencia que lleva los derechos de Pratt indica que m¨¢s o menos se venden 100.000 copias cada a?o, pero en 2015 se vendieron 220.000 ejemplares del nuevo t¨ªtulo y se triplicaron adem¨¢s las ventas de todo el cat¨¢logo de Pratt.
"Corto Malt¨¦s era hijo de Mayo del 68, de esa filosof¨ªa que rompi¨® tantas barreras", prosigue D¨ªaz Canales. "Su publicaci¨®n signific¨® un cambio de paradigma en los c¨®mics, tanto por el contenido como tambi¨¦n por el continente, con historias mucho m¨¢s largas. No supuso una ruptura total, porque se inscribe en una vieja tradici¨®n de c¨®mics de aventuras, pero s¨ª marc¨® un antes y un despu¨¦s". Aunque la publicaci¨®n arranc¨® en Italia, fue en Francia donde el personaje alcanz¨® su c¨¦nit, cuando comenz¨® a aparecer en historietas en la revista Pif.
Corto nunca ha dejado de protagonizar exposiciones ¡ªactualmente puede verse una en la estaci¨®n de Austerlitz en Par¨ªs¡ª, tesis doctorales, hasta novelas ¡ªcomo Querido Corto Malt¨¦s, de Susana Fortes¡ª, pero sobre todo es un personaje que ha logrado ser fiel a s¨ª mismo durante 14 aventuras, doce dibujadas y escritas por Pratt y dos por sus continuadores. Pratt se inspir¨® en parte en su propia vida, casi tan aventurera como la de personaje, pero tambi¨¦n en los cl¨¢sicos de la literatura de viajes.
Hijo de una gitana de Sevilla y de un marinero de Cornualles, Corto Malt¨¦s naci¨® en Malta un 10 de julio de 1887. Su primera aventura, La balada del mar salado, transcurre en 1915, durante la I Guerra Mundial, aunque en un tebeo posterior Pratt le situ¨® en 1904, en Manchuria, en la guerra ruso-japonesa donde se cruza con un joven escritor y aventurero, Jack London. Recorrer¨¢ todos los escenarios que marcaron el primer tercio del siglo XX, desde la batalla del Somme hasta la lucha por la independencia de Irlanda, el final del Imperio Otomano, Siberia, las selvas de Centroam¨¦rica o Buenos Aires. La mayor¨ªa de sus aventuras transcurren durante la I Guerra Mundial.
Sobre su final se sabe muy poco. Un personaje de Las Eti¨®picas, Cush, asegura en otro ¨¢lbum de Pratt sobre su compa?ero: "Parece que desapareci¨® durante la Guerra Civil espa?ola". Su creador siempre dijo que no hab¨ªa sitio para Corto en un mundo crecientemente tecnol¨®gico y en su ¨²ltima aventura incluso le env¨ªo a descubrir la Atl¨¢ntida. "Corto Malt¨¦s se ir¨¢ porque en un mundo en el que todo es electr¨®nico no hay lugar para un tipo como ¨¦l", afirm¨® Pratt en una entrevista.
Corto Malt¨¦s se grab¨® en la mano con una navaja una nueva l¨ªnea de la vida porque la que ten¨ªa no le gustaba y, cuando alguien intenta leerle la buenaventura, responde: "No quiero conocer mi futuro porque entonces no me interesar¨ªa vivirlo". Es imposible imaginar al marinero entre tel¨¦fonos m¨®viles y redes sociales, pero han pasado 50 a?os y sigue ah¨ª, esperando una nueva aventura.
Nostalgia de un mundo perdido
"Con la muerte de Corto, Hugo Pratt fue calculadamente ambiguo, como en el amor", explica D¨ªaz Canales. Aunque le hizo enamorarse varias veces, nunca le vemos consumar una relaci¨®n como tampoco tenemos datos sobre su muerte. Simplemente se desvanece. Pellejero y D¨ªaz Canales no tienen intenci¨®n de meterse en ese territorio, sino que piensan recorrer un largo periodo, entre 1905 y 1915, que Pratt dej¨® inexplorado. Su nueva historia, de la que El Pa¨ªs Semanal publicar¨¢ este verano un adelanto, transcurre en 1911. Umberto Eco asegur¨® que Pratt "hace de su nostalgia de la literatura de aventuras, y de la nuestra, un tema de novela de aventuras" y, en ese sentido, los dos creadores espa?oles siguen siendo fieles a la aventura, pero tambi¨¦n a la nostalgia de un mundo perdido.
Babelia
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