¡°Los espa?oles no somos m¨¢s raros que los dem¨¢s¡±
Jos¨¦ ?lvarez Junco y Gregorio de la Fuente recopilan los relatos que han servido para construir la identidad nacional
La historia est¨¢ llena de leyendas, de mitos, de narraciones que sirven para construir una identidad colectiva. En El relato nacional (Taurus), Jos¨¦ ?lvarez Junco y Gregorio de la Fuente Monje proponen ¡°un ensayo sobre la evoluci¨®n de la visi¨®n del pasado en relaci¨®n con este territorio y grupo humano conocidos hoy como ¡®espa?oles¡±, afirman en el pr¨®logo. C¨®mo han contado los historiadores qui¨¦nes son los espa?oles para construir as¨ª su identidad: de eso trata este libro, una versi¨®n reescrita del que fue el duod¨¦cimo volumen de la Historia de Espa?a (Cr¨ªtica/Marcial Pons) dirigida por Josep Fontana y Ram¨®n Villar¨¦s, en la que han prescindido de algunas contribuciones complementarias y que han ampliado con dos cap¨ªtulos sobre los cronistas de Indias y un apartado de notas.
Desde los griegos cuando hablaban de Iberia o los romanos cuando se refer¨ªan a Hispania, los relatos sobre lo que ocurr¨ªa en el territorio que habitan hoy los espa?oles pueden situarse en un remot¨ªsimo pasado. ¡°Pero no hay un reino de Espa?a hasta los Reyes Cat¨®licos¡±, explica ?lvarez Junco. ¡°M¨¢s que un reino, era una compleja confederaci¨®n de reinos que formaba una unidad pol¨ªtica bajo un mismo rey¡±, a?ade. De la Espa?a como la conocemos hoy no se puede hablar hasta las Cortes de C¨¢diz, a principios del siglo XIX, cuando se constituye como Estado naci¨®n e incorpora un elemento esencial, la soberan¨ªa.
¡°Los liberales tambi¨¦n se sirvieron del pasado para sostener que existi¨® una Espa?a liberal en la Edad Media que luego la malograron unos extranjeros, los Habsburgo¡±, explica Junco. ¡°Para ellos, el absolutismo fue una importaci¨®n for¨¢nea que nada tiene que ver con los espa?oles. Pero todo eso es un mito en el que ya nadie cree¡±, aclara.
De la Fuente interviene: ¡°En el caso catal¨¢n los mitos s¨ª funcionan, tambi¨¦n en el Pa¨ªs Vasco¡±. ¡°El nacionalismo es una visi¨®n del mundo que est¨¢ al servicio de un proyecto pol¨ªtico. Y catalanes y vascos lo tienen: quieren construir un Estado propio. Para conseguirlo, la historia es un apoyo esencial. Por eso los nacionalistas catalanes recuperan la Guerra de Sucesi¨®n y celebran 1714 como un momento decisivo. ?Que hay que deformar la historia? Pues se deforma. Esa guerra fue mucho m¨¢s compleja de c¨®mo ellos la cuentan. No fue un enfrentamiento entre Catalu?a y Espa?a¡±, sostiene ?lvarez Junco.
¡°Los nacionalistas del siglo XXI ya saben que la naci¨®n es una construcci¨®n que se hace con mimbres como la lengua, la religi¨®n, la cultura, la raza, etc¨¦tera. Y saben algo que no se sab¨ªa antes: que lo esencial es algo subjetivo, un sentimiento de pertenencia, la identidad, sentirse miembro de un grupo. Lo que hay que fomentar es esto, lo dem¨¢s es secundario. Y la historia les sirve para implantar el sujeto de la naci¨®n en el tiempo. Hay algunos que dicen que hubo naci¨®n catalana hace mil a?os. Y, al ir construyendo el relato, se fija el car¨¢cter del sujeto: c¨®mo es, qui¨¦nes son sus amigos y sus enemigos, si fue esclavizado o ha sido libre, etc¨¦tera¡±, comenta De la Fuente. ¡°Los vascos¡±, observa Junco, ¡°se fueron todav¨ªa m¨¢s lejos. Existen como tales desde el diluvio. Del castigo de la torre de Babel salieron 72 grupos, uno de los cuales lleg¨® a la pen¨ªnsula liderado por T¨²bal. Hablaban una lengua, la vascuence. Eso dec¨ªa Sabino Arana, y lo repet¨ªa Ibarretxe hace solo 10 a?os¡±.
De la Edad Media a 1975
Las cr¨®nicas generales de la Edad Media, la ¨¦poca musulmana, el imperio espa?ol que llega a las Indias, los ilustrados, el proyecto liberal, la crisis del 98 y, ya m¨¢s cerca, la Guerra Civil, el franquismo: ?lvarez Junco y De la Fuente cierran su ensayo alrededor de 1975. Hay ataques que fueron directos a la yugular del proyecto espa?ol, como la leyenda negra. ¡°Surgi¨® en el contexto de las guerras de religi¨®n de los siglos XVI y XVII, las primeras guerras de propaganda de la historia de Europa¡±, cuenta Junco. ¡°La leyenda negra es una operaci¨®n de propaganda contra la Espa?a de Carlos V y Felipe II, sobre todo. Y falsifica, como toda propaganda, la historia¡±. ¡°Ya exist¨ªa la imprenta y eso facilit¨® su difusi¨®n¡±, observa De la Fuente.
?Y ese sentimiento de fracaso, de excepcionalidad, que con tanto ah¨ªnco sostuvieron los escritores del 98? ¡°Sigue vivo, sobre todo por la crisis y por la deriva independentista de Catalu?a¡±, dice ?lvarez Junco. ¡°Hay quienes consideran que este pa¨ªs sigue siendo un desastre. Pero a m¨ª lo que me asombra es que se siga pensando que los espa?oles somos de una manera, que tenemos un especie de fin¨ªsimo sentido cr¨ªtico y de la autoflagelaci¨®n. En todos los pa¨ªses ocurre. La sensaci¨®n de ¨¦xito y de fracaso que hace que todos se crean ¨²nicos. Pero no somos m¨¢s raros que los dem¨¢s. Bueno, claro que somos raros, pero como todos¡±, sentencia.
Historias m¨ªticas
¡°La construcci¨®n de un relato m¨ªtico que se utiliza para unir a una comunidad nacional sirve tambi¨¦n para encubrir divisiones internas¡±, explica el historiador ?lvarez Junco. Catalu?a asoma al fondo: ¡°Los espa?oles nos oprimen, dicen, nos han oprimido siempre, y lo que hay que hacer es quit¨¢rnoslos de encima para vivir mejor¡±. La existencia del enemigo es imprescindible. Junto a la deriva independentista catalana, el otro asunto que cuestiona la legitimidad de la actual democracia espa?ola es el rechazo del llamado ¡°r¨¦gimen del 78¡±. ¡°Creo que en Podemos hay bastante confusi¨®n de ideas¡±, comenta De la Fuente.
¡°Empezaron dirigi¨¦ndose al pueblo espa?ol para unirlo contra la casta, y Pablo Iglesias hizo referencias muy claras al 2 de Mayo en t¨¦rminos nacionalistas cl¨¢sicos. Ahora les ha dado por hablar de plurinacionalidad, lo que diluye claramente el anterior mensaje. Y ese t¨¦rmino, que igual no tiene la menor importancia en la Constituci¨®n de Bolivia porque all¨ª las naciones no tienen arraigo territorial, puede ser conflictivo ah¨ª donde existen nacionalismos alternativos, como en Espa?a. Podemos opera en esto de manera oportunista porque no tienen un programa claro. Les importa contar con un l¨ªder fuerte y apoyarse en una movilizaci¨®n contra el sistema, que fue la del 15-M, que los legitime¡±, a?ade.
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