Re¨ªr por no llorar
Paul Beatty gan¨® el Man Booker con 'El vendido', una deslumbrante s¨¢tira en la que alguien decide recuperar un barrio de Los ?ngeles reinstaurando la esclavitud
Nacido en 1962 en Los ?ngeles, el escritor afroamericano Paul Beatty se crio en los barrios de Pico, Santa M¨®nica y Venice Beach. Estudi¨® en un instituto de ense?anza secundaria en The Valley como parte de un programa de integraci¨®n racial que convertir¨ªa en objeto de cruentas burlas en su primera novela. Se ma?tricul¨® en Psicolog¨ªa en la Universidad de Boston, pero enseguida se cans¨®, decidiendo inscribirse en el programa de escritura creativa del Brooklyn College, en Nueva York, donde tuvo la fortuna de estudiar con Allen Ginsberg.
En la calle tom¨® parte activa en el movimiento de poes¨ªa oral, muy cercana a la performance, por entonces muy en boga en caf¨¦s y garitos del circuito bohemio de la ciudad. Uno de sus santuarios era el legendario Nuyorican Poets Cafe, antiguo nido de activistas latinos, resucitado en los noventa tras a?os de silencio. El local estaba ubicado en el East Village, a unos pasos de la sede de Los ?ngeles del Infierno (denominaci¨®n que a Paul Beatty le parec¨ªa perfecta para designar su ciudad natal). Esencialmente, le importaba un bledo cuanto oliera, siquiera de lejos, al modelo de cultura impuesto por el establishment blanco.
Le gustaban los bajos fondos de Nueva York y se sent¨ªa c¨®modo entre raperos y artistas negros y latinos, con quienes compart¨ªa una profunda repugnancia hacia todo tipo de imposici¨®n pol¨ªtica, ideol¨®gica o cultural. Inopinadamente se present¨® a un slam (acto de improvisaci¨®n po¨¦tica) que se celebraba en el Nuyorican y lo gan¨®, convirti¨¦ndose en una celebridad local. MTV reprodujo algunos fragmentos de su actuaci¨®n. Los t¨ªtulos de sus composiciones (¡®Sin etiquetas¡¯, ¡®Atraco a mano hablada¡¯, ¡®Banco Grande Roba a Banco Peque?o¡¯) daban una idea muy clara de su po¨¦tica. En cuanto a t¨¦cnica, Beatty mezclaba los recursos del rap, del hip-hop y el lenguaje de la calle con los grandes modelos po¨¦ticos del pasado, cuyos c¨®digos de todos modos reventaba. En realidad, la poes¨ªa no fue m¨¢s que un veh¨ªculo que le permiti¨® dar rienda suelta a su inmenso talento verbal y, tras publicar dos libros, la abandon¨® para centrarse en la novela.
Hasta la fecha ha escrito cuatro, todas ellas marcadas por el recurso a un humor c¨¢ustico, certero e inteligente en el que lleva a cabo una s¨¢tira desaforada de la sociedad norteamericana vista desde la perspectiva de la comunidad negra. No hay rencor ni victimismo en lo que hace, s¨®lo la afirmaci¨®n gozosa e hilarante de una manera de entender la vida que es sistem¨¢ticamente silenciada. Su ¨²ltima novela, El vendido (2015), aparece ahora en castellano de la mano de la editorial Malpaso. Con ella gan¨® el Man Booker, primera vez que el honor reca¨ªa sobre un escritor de raza negra. Beatty es adem¨¢s editor de Hokum, extraordinaria antolog¨ªa de humor afroamericano publicada en 2006.
El juego de Beatty consiste fundamentalmente en hacer saltar por los aires todo tipo de clich¨¦s y estereotipos
El vendido es una s¨¢tira disparatada y brutal de una sociedad profundamente hip¨®crita y enferma. Sobre Beatty recae el papel de se?alar sus lacras a trav¨¦s del prisma del racismo, cosa que hace sacando a relucir su mejor arma, un humor acerado y sin complejos que no deja t¨ªtere con cabeza. Consciente de que la situaci¨®n que describe carece de soluci¨®n, Beatty opta por el disparate. Eso s¨ª, si se punza la superficie de la p¨¢gina, puede que al lector le salpique la sangre, porque lo que se cuenta en El vendido debiera dar ganas de todo menos de re¨ªrse.
Veloc¨ªsima, desenfadada y despreocupadamente verborreica, El vendido nos muestra el lado invisible de Los ?ngeles, el infierno, un lugar que pese a todo puede resultar bastante divertido. La acci¨®n transcurre en un espacio el¨¢stico y sin l¨ªmites que oscila entre la sede del Tribunal Supremo de Estados Unidos y las calles de Dickens, barriada que las autoridades han hecho desaparecer (literalmente) de los mapas. Al narrador, un tal yo, se le ocurre que la mejor manera de recuperar el barrio es volver a instaurar la esclavitud y la segregaci¨®n racial.
Eso es lo que lo convierte en un vendido y en enemigo p¨²blico de la justicia. Durante la causa instruida contra ¨¦l, yo fuma marihuana de su propia cosecha y recupera fragmentos de su historia y de los suyos. Hay muchos momentos conmovedores, desde su historia de amor con una conductora de autob¨²s, que lo dej¨® para casarse con un rapero metido a polic¨ªa, hasta su amistad con un anciano que se empe?a en ser su esclavo, una cr¨®nica de la vida en varios condados de Los ?ngeles y una visi¨®n l¨ªrica de un Estado (mental) llamado California.
El juego de Beatty consiste fundamentalmente en hacer saltar por los aires todo tipo de clich¨¦s y estereotipos. Cuando el libro se public¨® hizo da?o, porque entonces la sociedad americana viv¨ªa un momento de brutalidad policial contra la comunidad negra que el sistema judicial refrendaba sistem¨¢ticamente. Beatty no buscaba un efecto as¨ª. Su ¨²nica prisa era que el libro saliera a la luz mientras hubiera un presidente negro en la Casa Blanca. No es que Obama salga necesariamente bien parado. El libro, y ese es otro de sus m¨¦ritos, dirige muchos de sus dardos contra los iconos de la comunidad negra. Beatty consigui¨® publicar El vendido antes del fin de la era de Obama, pero su logro tiene algo de tr¨¢gico. La situaci¨®n que vive Estados Unidos hoy, en un momento en el que las t¨ªmidas reformas alcanzadas por el ¨²nico presidente negro de la historia del pa¨ªs est¨¢n siendo sistem¨¢ticamente borradas del mapa, hace que la lectura de un libro as¨ª sea una experiencia desgarradora.
El vendido. Paul Beatty. Traducci¨®n de ??igo Garc¨ªa Ureta. Malpaso, 2017. 368 p¨¢ginas. 22 euros
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