¡°Echo de menos aquella Grecia sin nubes, luminosa¡±
Kik¨ª Dimoul¨¢ es la referencia indiscutible de las letras helenas del ¨²ltimo medio siglo. Azote contra la correcci¨®n pol¨ªtica, a sus 86 a?os sigue representando la vanguardia po¨¦tica griega
Flamante acad¨¦mica, maestra del asombro y azote de la correcci¨®n pol¨ªtica en el mejor esp¨ªritu del Nobel Odiseas Elitis ¡ª¡°Lo importante es el antiservilismo. La poes¨ªa es la otra cara del orgullo¡±¡ª, Dimoul¨¢ es la referencia ineludible de las letras helenas. L¨²cida y esc¨¦ptica, a sus 86 a?os, desde que public¨® su primer poemario, en 1952, ha creado una dilatada obra que es relato y profec¨ªa de una cultura en la que se mezclan historia, lengua y mito.
PREGUNTA. Cuando habla de los amores desvalidos se dir¨ªa que sus versos multiplican la soledad y, al mismo tiempo, el lector se siente acompa?ado. ?Los poetas est¨¢n condenados a cierta, inevitable, soledad?
RESPUESTA. No creo que la multiplique. Yo dir¨ªa que la identifica como nuestra ¨²nica pareja estable. Quiz¨¢ por eso mi poes¨ªa trae desesperanza y, a la vez, consuelo al lector, como usted se?ala. Adem¨¢s, creo que todos vivimos confinados en una soledad que se esconde tras el trato continuo con otras personas. En cuanto a los artistas, los considero simplemente seres inquietos, angustiados, y para ellos la soledad no es una condena. La eligen, o incluso la construyen para explotar su lado creativo.
P. ?Pesa el legado literario griego, cl¨¢sico y moderno; de Homero a Cavafis, de la gran filosof¨ªa a Seferis?
R. Si quien escribe comete el error de compararse con las glorias que le han precedido, dejar¨¢ de escribir. En cuanto a m¨ª, me salva que soy alguien con los pies en la tierra; me refiero al tipo de persona que no sue?a con sentarse en la primera fila, junto a los famosos, sino que se sienta donde encuentra un asiento libre, aunque sea en el futuro, entre las filas de atr¨¢s.
P. Es usted la primera mujer, desde la ¨¦poca de Safo, en entrar en la lista de los grandes nombres de la poes¨ªa griega, junto a Cavafis o Elitis. ?C¨®mo lo ha vivido?
R. Nunca he adoptado semejante t¨ªtulo, y eso me ha proporcionado cierta protecci¨®n ante los rechazos agresivos. De mi existencia me interesa solo que quede constancia en un m¨¢rmol, aunque sea uno viejo que ha tenido ya otros usos, y sin saber a ciencia cierta si alg¨²n lector se detendr¨¢ a leerlo alg¨²n d¨ªa.
P. ?Cree que habr¨ªa que facilitar de alg¨²n modo la edici¨®n a las poetas?
R. ?Por qu¨¦ en especial a las poetas? ?Porque son mujeres? Creo que la gran desconfianza de los hombres hacia las mujeres est¨¢ hasta cierto punto superada, claro, sin permitir que se borre tambi¨¦n una sana competencia que, finalmente, nos conduce a avanzar.
P. Cuando escribe, ?piensa en sus obras anteriores, condicionan de alg¨²n modo su trabajo?
R. Pienso ¨²nicamente en algunos poemas, los que escrib¨ª no solo para que quedaran ah¨ª, sino para hacer revivir algo o a alguien.
Kik¨ª Dimoul¨¢ representa para los griegos la voz de la vanguardia en la poes¨ªa y en un sistema cultural que se mira en un espejo zarandeado a diario por la realidad. Su barrio, Kipseli, donde viven desde siempre otros intelectuales como Petros M¨¢rkaris, es ahora escenario de una interculturalidad muy alejada de la placidez burguesa que rein¨® hasta los ¨²ltimos a?os noventa. En ocasiones, las declaraciones de Dimoul¨¢ han sido malinterpretadas, pero ella mantiene su claridad de ideas y se niega a valorar la situaci¨®n de los medios. Se siente m¨¢s c¨®moda indagando en la tensi¨®n luz-sombra cuando aparece en la conversaci¨®n la terca neblina luminosa de Borges.
P. ?Cu¨¢l es entonces el papel de la poes¨ªa en un pa¨ªs con tantos problemas como Grecia en este momento? ?Cree que su voz es hoy m¨¢s necesaria?
R. Lo que hace falta es que se escuche la voz clamorosa de la Necesidad, que sin embargo suena muy d¨¦bilmente. No parece que haya llegado a los o¨ªdos de la Clemencia, a no ser que esta se est¨¦ haciendo la sorda.
P. ?Echa de menos otra Grecia, alg¨²n pasado real o imaginario en el que la vida fuera mejor?
R. Echo de menos aquella Grecia sin nubes, luminosa, que se reflejaba en el cielo confiado de mi juventud.
P. Hay quien dice que Grecia hoy parece una pel¨ªcula de cine mudo, como si alguien le hubiera quitado el sonido a la realidad.
R. ?Y por qu¨¦ compararla con una pel¨ªcula muda si se trata de una realidad a la que le han extirpado incluso el latido vital que produce un amanecer libre de nubes? ?Para que creamos en lo que dicta la esperanza callada?
P. Lorca, Kazantzakis, Machado o Ritsos han marcado un siglo XX convulso para Espa?a y Grecia. Adem¨¢s, en los ¨²ltimos a?os ambos pa¨ªses han sido golpeados por la crisis. ?Qu¨¦ representa Espa?a para usted?
R. Espa?a es un pa¨ªs muy din¨¢mico, que ha sabido impedir que la crisis se instale de manera permanente y devastadora, al contrario de lo que ha ocurrido en Grecia. Hace muchos a?os pas¨¦ por Espa?a, pero fue un contacto tan r¨¢pido, tan leve, que temo que el recuerdo se borre por completo y me quede para siempre sin conocer bien ese pa¨ªs que para m¨ª es como esas bailaoras llenas de pasi¨®n¡
P. Quiz¨¢ pueda viajar por Espa?a para conocerla mejor.
R. Ya no lo creo. Acaban de ponerme una nueva v¨¢lvula en el coraz¨®n y no me conviene volar [enciende un nuevo cigarrillo y contin¨²a entre carcajadas]. Imag¨ªnese que el m¨¦dico hasta quer¨ªa que dejara de fumar. Claro que, conoci¨¦ndome, se limit¨® a sugerirme que fume cinco al d¨ªa. Pero seamos serios: ?o fumas o no fumas!
Kik¨ª disfruta con sus peque?as provocaciones en la conversaci¨®n, como con las que introduce con frecuencia en sus poemas, frutos meditados de la paradoja y la rabia y tambi¨¦n de una vasta cultura lectora que es caracter¨ªstica de su generaci¨®n. Los escritores y artistas que se dieron a conocer con el medio siglo griego, como Perdikidis o Kaliyiannis, son un ejemplo de esa hibridaci¨®n que abarca desde El Greco hasta las vanguardias.
P. ?Qu¨¦ artistas le han influido o acompa?ado m¨¢s a lo largo de su vida?
R. Creo que las influencias que recibimos a trav¨¦s de nuestras lecturas se producen en la oscuridad y son tantas y tan simult¨¢neas que una va superponi¨¦ndose a la otra; bien para desplazarla, bien para trascenderla. Puedo, no obstante, destacar la recurrente huella de Cavafis en mis emociones. No me atrevo a enumerar a los grandes escritores espa?oles, antiguos y m¨¢s recientes. Nina Anghelidis me ha proporcionado, a trav¨¦s de sus traducciones, la ocasi¨®n de leer a muchos de ellos, al igual que mi hijo Dimitris Dimoul¨¢s, traductor al griego de autores como Arturo P¨¦rez-Reverte.
P. ?C¨®mo imagina el libro dentro de 50 a?os? ?Es pesimista sobre su supervivencia frente a la tecnolog¨ªa?
R. Lo ¨²nico que puedo prever es esto: el recorrido cantar¨ªn de los dedos al hojear las prometedoras p¨¢ginas del libro est¨¢ ya grabado en el ADN de nuestros preparativos cuando nos disponemos a disfrutar de la lectura, y no creo que eso pueda sustituirlo ninguna fr¨ªa tecnolog¨ªa.
P. Una poeta espa?ola ha escrito La mujer de mi vida soy yo. ?Tambi¨¦n usted se siente as¨ª?
R. No, claro que no. Apenas soy admiradora de m¨ª misma.
Kiki Dimoula. ¡®La pasi¨®n de la lluvia¡¯. Varios traductores. Point de Lunettes. 132 p¨¢ginas. 12 euros. / ¡®S¨ªmbolos solubles¡¯. Traducci¨®n de Nina Anghelidis y con la colaboraci¨®n de Juan Antonio Gonz¨¢lez Igl¨¦sias. Linteo. 100 p¨¢ginas. 15 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.