De ministra a rapsoda
Christiane Taubira, titular de Justicia durante la presidencia de Hollande, triunfa en el Festival de Avi?¨®n con un espect¨¢culo de poes¨ªa
El mistral sopla con violencia, pero este jard¨ªn p¨²blico del centro de Avi?¨®n est¨¢ lleno hasta los topes. Varios centenares de ciudadanos han hecho cola durante horas para asegurarse una butaca bajo la sombra, ya que el sol provenzal es de los que no perdonan. Cada mediod¨ªa, cuando suenan las doce en punto, Christiane Taubira sale a escena ¨Cuna modesta tarima que contrasta con la piedra medieval que delimita el per¨ªmetro del lugar¨C y declama los versos que forjaron su amor por la poes¨ªa. El recital no tendr¨ªa nada de especial, si no fuera por su inusual protagonista. Esta pol¨ªtica nacida hace 65 a?os en la Guyana francesa, que recita con id¨¦ntica vehemencia a Homero y a Maya Angelou, no es una int¨¦rprete cualquiera, sino uno de los ¨²ltimos iconos que le quedan a la izquierda de su pa¨ªs.
Titular de Justicia entre 2012 y 2016, Taubira fue uno de los miembros m¨¢s populares del Gobierno de Fran?ois Hollande. Tambi¨¦n uno de los m¨¢s insultados. Bestia negra de la ultraderecha, que le dedic¨® todo tipo de injurias ¨Ccasi siempre, con el f¨¦tido aliento de la xenofobia¨C, la ministra se distingui¨® por su encendida defensa del matrimonio homosexual y por su postura cr¨ªtica con las medidas antiterroristas aprobadas por sus compa?eros de Ejecutivo, que forzaron su dimisi¨®n hacia el final de una tortuosa legislatura. Pero Taubira tambi¨¦n destac¨® por sus calidades como oradora, que le suelen reconocer hasta sus peores enemigos. Dice haber sentido pasi¨®n por los libros desde muy peque?a. ¡°Desde mi Amazonia lejana, me daban conciencia de existir en este mundo¡±, ha explicado en Avi?¨®n. M¨¢s tarde, ese ardor la impuls¨® a sazonar sus discursos pol¨ªticos con citas de grandes literatos. ¡°La poes¨ªa irrumpe en mis palabras y se impone frente a ellas. Esos poetas est¨¢n metidos en mi interior. Me acompa?an y me ayudan a salir de ciertas situaciones¡±, explica Taubira.
Fue al observarla durante una de esas intervenciones cuando Olivier Py, director del Festival de Avi?¨®n, tuvo ¡°la idea extravagante¡± de invitarla a idear un espect¨¢culo para su certamen. En el fondo, sus peroratas en la Asamblea Nacional no distaban mucho de una performance po¨¦tica. Taubira respondi¨® que s¨ª. Y se sac¨® de la manga On aura tout (Lo tendremos todo), un recital de poes¨ªa concebido junto a la directora teatral Anne-Laure Li¨¦geois, que se ha convertido en la aut¨¦ntica sensaci¨®n de esta edici¨®n del festival. Cuesta imaginar un espect¨¢culo similar en cualquier otra latitud. Espectadores de toda edad y condici¨®n se re¨²nen cada mediod¨ªa para escucharla como un or¨¢culo. La exministra presenta la sesi¨®n, que sigue un hilo m¨¢s o menos tem¨¢tico. ¡°Hablamos de temas tan antiguos como el mundo, pero que nos siguen sacudiendo hoy. La relaci¨®n con el poder, el lugar de las mujeres, la importancia de la educaci¨®n o el problema medioambiental, que est¨¢ presente desde Ovidio hasta Walt Whitman¡±, explica Taubira.
Despu¨¦s cede su lugar a una serie de actores que recitan textos seleccionados por ella. Se escucha a Condorcet y a Virginia Woolf. A Lamartine y a Octavio Paz. A Charles P¨¦guy y Pier Paolo Pasolini. A Jules Ferry y Asli Erdogan. A Aim¨¦ C¨¦saire y Warsan Shire, joven y desconocida escritora somal¨ª. Este s¨¢bado, durante su ¨²ltima intervenci¨®n, Taubira incluso enton¨® unos versos de Jean Ferrat. ¡°Yo no s¨¦ recitar. Declamar un poema de memoria no es mi manera de entender la poes¨ªa¡±, explica la exministra, que prefiere proponer un puzle de citas c¨¦lebres y referencias truncadas. ¡°La poes¨ªa nos recuerda, de entrada, cu¨¢l es la belleza del mundo. O, mejor dicho, las bellezas del mundo, incluyendo a las menos apacibles, las que llevan rastros de tragedia, las que son extremadamente opacas¡±, expresa Taubira. ¡°La poes¨ªa nos vuelve a inscribir en el mundo. Las palabras embellecen realidades ignominiosas¡±.
Sus hordas se seguidores se extas¨ªan. En el fondo, Taubira les dice lo que quieren o¨ªr. Su palabra po¨¦tica est¨¢ te?ida de esperanza pol¨ªtica. Se ha convertido en la presidenta imaginaria de una sociedad humanista, cosmopolita y biempensante, que sigue teniendo fe en una izquierda no travestida de neoliberalismo. A veces, salen con los ojos entelados de l¨¢grimas y con el cerebro en ebullici¨®n. Casi siempre prometen regresar ma?ana. Preguntado por el ¨¦xito de esta propuesta, Olivier Py responde con determinaci¨®n. ¡°Se suele creer que la batalla de la audiencia se gana a trav¨¦s de la estupidez, pero no es verdad. Hay que plantar cara a la necedad televisiva. Hay que dejar de tomar a la gente por imb¨¦cil¡±, sentencia.
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