Grandes cl¨¢sicos de la poes¨ªa para leer en verano
Un aluvi¨®n de traducciones da cuenta de la huella que dej¨® el terremoto del romanticismo en la poes¨ªa de los dos ¨²ltimos siglos

La noticia no es nueva pero sigue siendo cierta: venimos del romanticismo. No ser¨¢ una casualidad, pero ¨²ltimamente han aparecido varios libros que plantean la cuesti¨®n central de la poes¨ªa y aun el arte contempor¨¢neos: los comienzos rom¨¢nticos, a principios del XIX, y las secuelas a favor o en contra de semejante terremoto en los distintos devenires de las artes durante el siglo XX y aun durante este siglo en curso. Y este dilema no se plantea solo en ingl¨¦s ¡ªel idioma mayoritario de estas traducciones que comento¡ª, sino tambi¨¦n en otras lenguas ¡ªen este caso, el franc¨¦s¡ª, como veremos.
Una de las grandes figuras del romanticismo ingl¨¦s fue el malogrado John Keats (1795-1821). En 1818 public¨® una narraci¨®n en verso sobre la figura de Endimi¨®n que la cr¨ªtica recibi¨® con cruel dureza, dejando en el poeta una herida que probablemente permaneci¨® abierta hasta el final de sus d¨ªas (as¨ª lo afirma su bi¨®grafo, el poeta Andrew Motion, y con mucha peor mala uva tambi¨¦n lo vino a decir Lord Byron). Conviene recordar, no obstante, que el propio Keats no ten¨ªa la mejor opini¨®n de su escrito, al que, como m¨ªnimo, acusaba de inmaduro. Para un lector de hoy ¡ª?que es de lo que se trata¡ª no hay en estas p¨¢ginas est¨ªmulos suficientes para sumergirse en ellas a fondo, de no ser que quepa la esperanza de encontrarse con joyas aqu¨ª y all¨¢ ¡ªy las hay¡ª, seducido el lector por su fulgurante comienzo, que viene a ser uno de los mejores poemas que escribi¨® jam¨¢s Keats. Pero el gran Keats, el que s¨ª debe leerse a¨²n hoy con admiraci¨®n ilimitada, no est¨¢ aqu¨ª sino en las grandes, fabulosas e insuperables Odas que escribi¨® a lo largo de ese milagroso y fecundo 1818.
Whitman llev¨® a unos extremos fascinantes la idea de sacar el m¨¢ximo partido a una voz sin ning¨²n miedo a la autobiograf¨ªa
P. B. Shelley (1792-1822) reaccion¨® a la noticia de la muerte de su amigo Keats escribiendo en 1821 su conocida eleg¨ªa Adonais. Sin embargo, m¨¢s que la muerte de un amigo parece m¨¢s bien la de un prototipo de artista tr¨¢gico, arropado en su desgracia por la cohorte de figuras mitol¨®gicas que parecen sacarlo de su vulgaridad humana, que es la que realmente vivi¨® el poeta (enfermedad, precariedad, miedo, lucha contra la muerte, v¨®mitos de sangre y triste final en Roma, lejos de todo y de todos). Cuando Shelley levanta oleadas de calor que le acercan a la humanidad sufriente de su amigo muerto de tuberculosis, entonces el brillo de la ret¨®rica apuntala el brillo de la verdad.
Walt Whitman (1819-1892), heredero de William Wordsworth (1770-1850), llev¨® a unos extremos incre¨ªblemente fascinantes la idea de sacar el m¨¢ximo partido a una voz que no tiene ning¨²n miedo a la autobiograf¨ªa, es decir, a la propia vida fuente de ingenuidad prof¨¦tica y de inocencia ilimitada. Todo arranca de un sentimiento abarcador, totalizador y hasta abrasador, da igual que provocado por lo m¨ªnimo m¨¢s insignificante ¡ª¡°las m¨¢s fr¨¢giles hojas m¨ªas¡±¡ª o por lo m¨¢ximo m¨¢s inabarcable ¡ª?el cielo estrellado¡ª o por cualquier ser humano, desde el m¨¢s humilde ¡ªbomberos, mineros, carpinteros¡ª hasta el m¨¢s elevado (Whitman mismo, prototipo de la m¨¢xima elevaci¨®n espiritual).
Novedades
Endimi¨®n. John Keats. Edici¨®n biling¨¹e de Paula Olmos y Jorge Cano Cuenca. C¨¢tedra, 2017.
Adonais. P. B. Shelley. Traducci¨®n de Vicente Gaos. Visor, 2016.
Antolog¨ªa de la poes¨ªa parnasiana. Edici¨®n biling¨¹e de Miguel ?ngel Feria. C¨¢tedra, 2016.
Obra escogida. Walt Whitman. Traducci¨®n de Concha Zardoya. Penguin Random House, 2017.
Kora en el infierno, La m¨²sica del desierto, Viaje al amor y Cuadros de Brueghel. William Carlos Williams. Edici¨®n biling¨¹e. Traducciones de Edgardo Dobry, Michael Tregebov y Juan Antonio Montiel. Lumen, 2017.
Poes¨ªa completa. Wilfred Owen. Edici¨®n biling¨¹e de Antonio Linares Familiar. Linteo, 2016.
Los parnasianos franceses ¡ª?Th¨¦ophile Gautier, Th¨¦odore de Banville, Leconte de Lisle, entre otros¡ª fueron una especie secundaria de rom¨¢nticos y dominaron la poes¨ªa francesa durante buena parte de la segunda mitad del XIX y, como tales, cerraron el camino al mism¨ªsimo Baudelaire y a sus admiradores y seguidores, los poetas malditos ¡ªRimbaud, Mallarm¨¦, entre otros¡ª, seg¨²n la denominaci¨®n de uno de ellos, el propio Verlaine. El tiempo ha invertido las tornas con extrema justicia: palidecen sin remedio los parnasianos del arte por el arte al tiempo que se han agigantado para siempre sus contrarios y, en su tiempo, sus marginados. No obstante, la huella de aquellos en el modernismo hisp¨¢nico fue decisiva, para bien unas veces ¡ªnuevo lenguaje, nueva m¨¦trica, nuevos ritmos¡ª y para mal otras tantas ¡ªmucha parafernalia vacua, mucha melancol¨ªa barata, mucha pose, mucha artificialidad¡¡ª.
William Carlos Williams (1883-1963) quiso cortar con los incendios whitmanianos, tan terriblemente intimidantes para sus sucesores ¡ªWilliams era uno de ellos¡ª, y se invent¨® una poes¨ªa de concreciones objetivas, de conciencias guiadas por la lecci¨®n de Joyce y de Pound, con miedo a ceder a la autobiograf¨ªa pero con sutileza para introducir en la mera observaci¨®n agudas y s¨²bitas apreciaciones sobre los asuntos m¨¢s vitales: el amor, la muerte, el arte, la pintura, la poes¨ªa misma¡ Solo una pega a este excelente volumen: no son las poes¨ªas reunidas de Williams, como reza la portada, sino cuatro libros suyos, de los cuales solo uno¡ªKora en el infierno¡ª es una traducci¨®n in¨¦dita.
Palidecen sin remedio los parnasianos del arte por el arte al tiempo que se han agigantado para siempre sus contrarios, los malditos
Y por ¨²ltimo, Wilfred Owen (1893-1917), un poeta que muri¨® en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, justo cuando se acababa la sangr¨ªa. Empez¨® como un ep¨ªgono m¨¢s de un falso y degradado romanticismo ¡ªla poes¨ªa georgiana, l¨¢nguida, pulcra, m¨®rbida, elegante, superficial¡ª, pero acab¨® escribiendo sobre su experiencia de la guerra poemas de una envergadura total, ciertamente impresionantes, complejos, atormentados, de una melancol¨ªa tr¨¢gica en sus venas que se a?ade al horror de las bombas, de las ametralladoras, de la sangre derramada¡
A modo de conclusi¨®n dir¨¦ que todas estas traducciones son como m¨ªnimo rigurosas y fieles, y que incluso las libertades de Vicente Gaos en Adonais, forzadas por el cors¨¦ endecasil¨¢bico, no atentan en lo esencial contra el sentido del original y encima ?suenan bien!
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