Reincidencia

Los ni?os malos y los tertulianos prevaricadores debieran ser castigados a recitar de corrido los textos de la serie documental Espa?a dividida. La Guerra Civil en color y a escribir mil veces en el encerado: ¡°dir¨¦ siempre la verdad y respetar¨¦ al pr¨®jimo aunque me parezca un imb¨¦cil¡±.

La televisi¨®n y el espect¨¢culo son primos hermanos, pero a tenor de la iracundia reincidente observada en algunos debates de la Cuatro, la Sexta y otros canales no es dif¨ªcil imaginar a los camorristas de plat¨® corriendo al armero si estallase un nuevo 18 de julio. Dan un poco de miedo.

La versi¨®n de la contienda emitida por Discovery MAX ¡°es muy responsable y equilibrada. Merece la pena si consiguen que las generaciones j¨®venes aprendan m¨¢s sobre este tema¡±, declar¨® a este diario en noviembre el historiador brit¨¢nico Antony Beevor. "Para esas generaciones es dif¨ªcil imaginar c¨®mo este odio lleg¨® hasta el punto de rasgar a un pa¨ªs en dos, incluso que las familias se rompieran con hermanos en un lado y en otro".

No es tan inimaginable. Los chavales aprenden r¨¢pido. Todo es cuesti¨®n de perfidia, oficio en la transmisi¨®n de verdades y mentiras, y perseverancia en el martilleo de estas ¨²ltimas; tambi¨¦n influyen mucho la mano que mece la cuna y los dispensadores de inquina. Los coloquios concebidos para epatar son un surtidor formidable.

Los debates convienen porque siempre se aprende algo, aunque sea por negaci¨®n o procurando escuchar al economista entre el guirigay de quienes le objetan desde el analfabetismo o la trinchera. Sin ¨¢nimo de ofender, y a cuatro d¨ªas del 81? aniversario del golpe de Franco contra la II Rep¨²blica, el marketing parece haber sentado en las bancadas de tertulianos a nacionales, rojos y alg¨²n socialdem¨®crata por el qu¨¦ dir¨¢n.

Cuando ri?en sobre el rumbo de Espa?a siento escalofr¨ªos figur¨¢ndomelos con camisa azul o gorro miliciano. Nada que objetar al atuendo, salvo la pistola al cinto.