Gracias y desgracias del cine familiar
Vuelve a llamar la atenci¨®n lo particular de las elecciones de los protagonistas
Entre los libros infantiles que han cambiado los tradicionales esquemas de texto (con o sin dibujos), de vi?eta, o de texto y vi?eta, por una suerte de festival de tipograf¨ªas, tama?os de letra, ilustraciones, carteles, bocadillos de tebeo y l¨ªneas rectas de caligraf¨ªa bajo el texto, dotando al relato de un aspecto de libreta colegial, espont¨¢nea y lib¨¦rrima, la saga de El diario de Greg, escrita por Jeff Kinney, quiz¨¢ haya sido la m¨¢s exitosa. As¨ª que su paso al cine tambi¨¦n ha resultado inevitable con una serie de pel¨ªculas, que ahora llegan a su cuarta entrega, las tres ¨²ltimas dirigidas por David Bowers, siempre enmarcadas en los c¨¢nones del cine familiar.
EL DIARIO DE GREG: CARRETERA Y MANTA
Direcci¨®n: David Bowers.
Int¨¦rpretes: Jason Drucker, Alicia Silverstone, Tom Everett Scott, Charlie Wright.
G¨¦nero: familiar. EE UU, 2017.
Duraci¨®n: 90 minutos.
En Diario de Greg: carretera y manta el reparto cambia, obligado por el crecimiento del ni?o de las tres primeras, y vuelve a llamar la atenci¨®n lo particular de las elecciones de los protagonistas. Ni Zachary Gordon, el chaval de las pel¨ªculas de 2010, 2011 y 2012, ni su sustituto, Jason Drucker, tienen rostros ni gestos emp¨¢ticos. No se trata de belleza o fealdad, sino simplemente de carisma cinematogr¨¢fico, de simpat¨ªa, viveza y audacia en su f¨ªsico. Y ambos son cr¨ªos particularmente insulsos.
Bowers, que hab¨ªa comenzado en la animaci¨®n de Rat¨®npolis (2006) su carrera como director de largometrajes, introduce con buen criterio r¨¢fagas de dibujo animado, en el estilo del autor original de los libros, al principio o al final de determinadas secuencias, que funcionan como efectivos interludios de identificaci¨®n con sus lectores. Sin embargo, el invento animado se le olvida tras el primer tercio, y la pel¨ªcula se esquematiza en los par¨¢metros b¨¢sicos del cine familiar. A saber: slapstick no demasiado logrado, ligera escatolog¨ªa, gamberrismo bajo en calor¨ªas, lucha intergeneracional, y aleccionamiento moral y redenci¨®n de malas costumbres, tanto en los padres como en los hijos. Con un par de estupendos homenajes a Hitchcock (Los p¨¢jaros y, sobre todo, el de Psicosis), la pel¨ªcula nunca eleva el list¨®n por encima de lo acostumbrado, pero tampoco es indigna. Si se hace un ejercicio de rebaja mental de edad hasta los 10 a?os, se aguanta. Lo que no es poco.
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