La feria del toro de Azpeitia no es para las figuras
Perera cort¨® las dos orejas a un ejemplar de Fuente Ymbro al que le dieron la vuelta
Para el forastero que llega a Azpeitia con la ilusi¨®n de ver un espect¨¢culo taurino presidido por el toro serio y encastado y toreros valientes, la primera corrida de la afamada feria de San Ignacio dej¨® un sabor agridulce. Decididamente, las figuras no casan con el toro de verdad, y en cuanto ponen un pie en la plaza, todo se desvirt¨²a y pierde su color.
La empresa contrata a las figuras para consolidar el abono, -loable intenci¨®n-, pero, a cambio, debe aceptar una p¨¦rdida del prestigio alcanzado con muchos a?os de esfuerzo.
La corrida de ayer no fue de Azpeitia, sino de cualquier plaza de segunda de este pa¨ªs. Toros bien presentados, eso s¨ª, pero blandurrones y sosos, algunos deslucidos y otros almibarados. As¨ª, el tercio de varas fue de puro tr¨¢mite, del monopicotazo, y todos los toros fueron mal colocados en la suerte; no hubo m¨¢s que un quite por chicuelinas de Roca Rey, y el toreo de capa no existi¨® m¨¢s que en su esbozo; detalles sueltos de Curro D¨ªaz con la muleta ante el cuarto, y otros cuantos de Perera ante el quinto, y se acab¨®. Adem¨¢s, se mat¨® mal. Vamos, que lo ¨²nico emocionante de la tarde fueron los pares de banderillas de Javier Ambel, Curro Javier y Juan Jos¨¦ Dom¨ªnguez, que protagonizaron momentos de torer¨ªa reconocida por el p¨²blico.
Ah! el p¨²blico¡ Tan festivalero y aplaudidor como el de cualquier coso de este pa¨ªs.
Fuente Ymbro/D¨ªaz, Perera, Roca
Toros de Fuente Ymbro, bien presentados, blandos, mansurrones, sosos y nobles; al quinto, de gran clase, se le dio la vuelta al ruedo.
Curro D¨ªaz: cogido en su primero; media baja (oreja).
Miguel ?ngel Perera: (en el que mat¨® por el percance de D¨ªaz) pinchazo y estocada (ovaci¨®n); pinchazo y bajonazo en los costillares (silencio); estocada trasera (dos orejas). Sali¨® a hombros.
Roca Rey: cinco pinchazos, estocada _aviso_ y tres descabellos (silencio); med¨ªa ca¨ªda _aviso_ y un descabello (ovaci¨®n).
Plaza de Azpeitia. Primera corrida de feria. 29 de julio. Casi lleno.
Vamos, que si no es porque en el tercio de varas tocan el chistu y el tamboril; en el de banderillas, la dulzaina; y a la muerte del tercer toro, la banda interpreta el zortziko, con los tendidos en pie y en respetuoso silencio, en memoria del banderillero Jos¨¦ Bentura Laka, fallecido en esta plaza en 1841, la corrida de ayer parec¨ªa un espejismo de la famosa feria del toro de Azpeitia.
Y, encima, las figuras podr¨¢n pensar que est¨¢n haciendo un favor anunci¨¢ndose con toros bien presentados en una localidad de 15.000 habitantes. Lo dicho, que el toro-toro no ha nacido para los de arriba. Ser¨¢ verdad que los toreros de otro nivel no consolidan el abono, pero el prestigio tiene estas cosas. Pero solo de prestigio no se puede vivir, dir¨¢n los empresarios. Pues, s¨ª, tambi¨¦n. Es decir, un embrollo.
Curro D¨ªaz reaparec¨ªa tras su cogida el pasado 15 de julio en Manzanares y se llev¨® un susto de muerte cuando su primero lo empal¨® en los primeros compases con la muleta, y tras la espectacular ca¨ªda qued¨® conmocionado y fue trasladado a la enfermer¨ªa. Afortunadamente, toro qued¨® en el golpe, de que se repuso y sali¨® a lidiar el cuarto, un nobil¨ªsimo animal, con el que mostr¨® destellos de su innata elegancia, dibuj¨® muletazos plenos de lentitud y gusto, pero hubo m¨¢s compostura que hondura en su labor. Cort¨® una oreja a pesar de la lamentable actitud de uno de sus banderilleros que, ante el toro muerto, se dirigi¨® a la presidencia indicando que deb¨ªan ser dos y mostrando su desesperaci¨®n, con los brazos abiertos, ante la decisi¨®n del palco. Algunos profesionales siguen sin entender que as¨ª no se dignifica la tauromaquia.
Con Curro D¨ªaz cogido en la primera tanda de su faena al que abri¨® plaza, Perera tom¨® la muleta e hizo frente a un toro de malas intenciones, que miraba y med¨ªa al torero. Con aplastante seguridad, lo domin¨® y tore¨® en una demostraci¨®n de poder¨ªo.
Soso y sin clase fue el primero de su lote, y un toro almibarado el quinto, el de menos cara de todo el encierro, pero de gran movilidad y fijeza. No fue toro de vuelta al ruedo, ni mucho menos (no recibi¨® m¨¢s que un puyazo y perdi¨® la manos un par de veces en el tercio final), pero permiti¨® a Perera torear a placer, cit¨¢ndolo de largo en los primeros compases, y luci¨¦ndose en una tanda de derechazos sin la ayuda del estoque simulado.
Y Roca Rey a¨²n no est¨¢ tras la cogida de Pamplona. No se le vio con el desparpajo de siempre; aturrullado, bullanguero y tambi¨¦n precavido, dio muchos pases a su primero sin encontrar el camino del triunfo; adem¨¢s, fall¨® de manera reiterada con los aceros, y tampoco se le vio con soltura y confianza ante el sexto.
En fin¡, que quedan dos corridas, y la esperanza sigue en todo lo alto.
Babelia
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