Ai Weiwei: ¡°La humanidad es cada d¨ªa m¨¢s cobarde¡±
El artista y activista chino explica en Buenos Aires a EL PA?S su visi¨®n del mundo
Es dif¨ªcil encontrar un hombre que disfrute tanto de la libertad como Ai Weiwei (Pek¨ªn, 1957). Al menos esa es la sensaci¨®n que da el conocido artista chino, que sufre desde hace a?os la represi¨®n en su pa¨ªs y en 2011 fue detenido durante tres meses por su oposici¨®n al r¨¦gimen. En 2015 recuper¨® su pasaporte. Y ahora es imparable en su nueva vida. Basta verle pasear por Buenos Aires para entender su doble dimensi¨®n de artista consagrado ¡ªlo paran constantemente para hacerse fotos¡ª y a la vez de hombre libre. Ai ha viajado a la capital argentina para preparar una gran exposici¨®n que se realizar¨¢ en la Fundaci¨®n Proa, el gran museo privado en La Boca, el barrio m¨¢s popular de la ciudad.
En el museo es un profesional que mide espacios, piensa en c¨®mo colocar sus enormes instalaciones e imagina otras nuevas. En la calle es un turista que se hace selfies con su hijo frente a una escultura del Papa Francisco en cart¨®n piedra de una tienda de souvenirs. Le siguen c¨¢maras para documentar su viaje, pero ¨¦l se concentra en las redes sociales, a las que es adicto. Sube sin parar fotos de todo lo que ve y se presta a hacerse otras con los fans que se encuentra por todas partes.
En medio de la vor¨¢gine m¨¢s propia de una estrella del rock que de un artista, Ai charla con EL PA?S en el caf¨¦ de Proa, la instituci¨®n dirigida por Adriana Rosenberg que lleva 20 a?os trayendo a esta capital alejada de todo pero fan¨¢tica de la cultura a los artistas m¨¢s conocidos del mundo. Proa muestra una vez m¨¢s su capacidad para estar al m¨¢ximo nivel internacional.
Vuelta a la tierra de Neruda, amigo de su padre
Ai Weiwei nunca hab¨ªa estado en Sudam¨¦rica, pero tiene otro v¨ªnculo con el Cono Sur. Su padre, Ai Qing, uno de los poetas m¨¢s respetados de China, fue amigo del chileno Pablo Neruda, al que le dedic¨® un poema. Ambos eran comunistas, pero el r¨¦gimen acus¨® a Ai en 1958 de derechista y fue exiliado en granjas de Manchuria y Xinjiang, donde vivi¨® de ni?o Weiwei.
Ai viajar¨¢ ahora a Chile, donde ya expuso en 2013 un enorme lienzo de 900 metros cuadrados dedicado al poeta. Ai no cree que las cosas est¨¦n peor que en tiempos de su padre y Neruda, aunque avisa: ¡°La humanidad ha ido mejorando, pero ahora tambi¨¦n hay un mayor peligro. El poder se ha vuelto a¨²n m¨¢s fuerte: hoy una compa?¨ªa alemana o un banco de EE UU puede ser comprado por China. Ya no sabes qui¨¦n es tu enemigo. Los poderosos est¨¢n muy unidos, no los pobres. Ya no hay poderes distintos en los pa¨ªses comunistas, capitalistas... Todos se han convertido en uno¡±.
Ai est¨¢ en este momento concentrado en su trabajo sobre la crisis de los refugiados en Europa y en todo el mundo. Mont¨® un taller en Lesbos (Grecia), llen¨® de chalecos salvavidas el Konzerthaus de Berl¨ªn, cubri¨® de lanchas neum¨¢ticas el Palazzo Strozzi de Florencia, y poco antes de viajar a Buenos Aires ha sabido que su documental centrado en este asunto, Human Flow, competir¨¢ este a?o en la secci¨®n oficial del festival de Venecia.
El artista ha convivido con los refugiados, incluso se embarc¨® en una lancha a la deriva para sentir lo mismo que ellos. Y esa experiencia le ha dejado una visi¨®n muy cr¨ªtica y la decisi¨®n de reforzar su activismo, el elemento central de su arte.
¡°Occidente no quiere asumir su responsabilidad. Van a llegar millones de africanos que huyen de guerras. La poblaci¨®n est¨¢ creciendo, se va a doblar, habr¨¢ m¨¢s hambre, m¨¢s guerras, y m¨¢s refugiados. Esto no es solo por Siria. ?Los l¨ªderes occidentales pretenden que el problema se va a resolver solo? Es rid¨ªculo, es peor¡±, asegura.
El artista dedica su arte casi por completo a denunciar el drama de los refugiados. Estuvo en all¨ª meses entrevistando cada d¨ªa a los que llegaban para su documental. Grab¨® m¨¢s de 600 horas. Y este a?o, en Praga, inaugur¨® La ley del viaje, una patera de 70 metros y 258 figuras hinchables. ?l es un activista y no dejar¨¢ de serlo, pero es esc¨¦ptico sobre el poder de su arte, cree que lo importante es que los ciudadanos se impliquen individualmente. Y deja caer una cr¨ªtica contra otros artistas, que no se implican como ¨¦l. ¡°Mi arte es solo el de un artista chino est¨²pido, son mis sentimientos, mi relaci¨®n con estas cosas que suceden. El arte en s¨ª no puede hacer nada. Yo puedo hacer algo por mi propia conciencia, y quiz¨¢s influir en alguna persona. Hay mucha gente que conoce lo que est¨¢ pasando. Pero hacen ver que no les importa, que no va con ellos. Algunos pretenden estar haciendo otro tipo de arte m¨¢s elevado y no hablan de la dignidad humana¡±.
Ese pesimismo que le ha dejado su experiencia con los refugiados le lleva a pensar que ¡°la humanidad est¨¢ perdiendo visi¨®n y coraje¡±. ¡°Creo la humanidad se est¨¢ convirtiendo cada d¨ªa en m¨¢s cobarde, no solo con los refugiados, tambi¨¦n con el cambio clim¨¢tico. Muchos hacen ver que no va con ellos, que otro lo solucionar¨¢¡±. La llegada de Donald Trump le inquieta especialmente. ¡°Mucha gente por la globalizaci¨®n ha perdido trabajos y tienen miedo del futuro, porque les hab¨ªan vendido una imagen muy bonita. Pero lo que dice Trump, por ejemplo en una academia de polic¨ªa hace poco, es incre¨ªble, est¨¢ alentando la violencia. Si nos contaran que ha dicho eso y no lo vi¨¦ramos con nuestros propios ojos, no lo creer¨ªamos".
Ai cree que la clave est¨¢ en los j¨®venes, que sean conscientes de su poder. "La gente tiene tambi¨¦n m¨¢s poder con las redes sociales, pero a¨²n tenemos que ver c¨®mo lo transforman en poder pol¨ªtico. Si ve lo que pasa ahora en Venezuela, en muchos otros lugares, donde antes estaba m¨¢s tranquilo. Los j¨®venes est¨¢n mucho m¨¢s informados, pero a la vez pueden ser m¨¢s desinteresados porque en Occidente han vivido medio siglo de paz".
Ai, hist¨®rico luchador por los derechos humanos en China, aprendi¨® con la crisis de refugiados en Europa que ¡°la libertad y la democracia son una lucha continua, no est¨¢n garantizadas para nadie. Mientras haya una persona que est¨¢ desesperada, toda la humanidad est¨¢ herida, arruinada. Si no tenemos esta idea de la humanidad como una sola, nunca podremos solucionar el problema¡±.
Pesimismo
El artista es especialmente pesimista con China, su pa¨ªs, al que vuelve peri¨®dicamente pero con cautela. La mayor parte del a?o la pasa fuera, y tiene su sede principal en Alemania. Ai cree que desde su detenci¨®n, en 2011, la situaci¨®n ha empeorado. ¡°En China no hay establishment porque los intelectuales siempre son perseguidos. China ha acumulado mucho dinero, pero no ha desarrollado los derechos humanos. Tiene un quinto de la poblaci¨®n mundial pero no hay derechos laborales ni individuales, todo lo controla el Estado, incluso las redes sociales. Est¨¢ yendo hacia atr¨¢s de forma terrible. Cuando me detuvieron, mi familia, mis amigos se preguntaban ?d¨®nde est¨¢? Nadie lo sab¨ªa. ?Qu¨¦ tipo de Estado eres si haces que un ciudadano desaparezca? ?Cu¨¢l es la diferencia entre el Estado chino y la mafia? Si t¨² eres tan poderoso y tienes todo el dinero, ?por qu¨¦ no te puedes ganar el respeto por ti mismo?", clama el artista.
Babelia
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