M¨²sica cl¨¢sica contra los eucaliptos
Los vecinos de una comarca de Lugo dan techo durante una semana a artistas de todo el mundo que tocan y recaudan la voluntad para salvar los bosques aut¨®ctonos
Durante una semana, la m¨²sica m¨¢s exquisita suena en casa de muchos vecinos de Antas de Ulla, un municipio lucense de 2.080 almas que en verano, a diferencia de la mayor¨ªa de los pueblos de Espa?a, tiene alternativa al repertorio bail¨®n que traen las orquestas por las fiestas patronales. Desde hace ya una d¨¦cada, artistas de todo el mundo se alojan en las viviendas, comparten mesa y ensayan a la vista de todos antes de poner su melod¨ªa de balde al servicio de una causa: los conciertos de Festiulloa, un festival de m¨²sica cl¨¢sica en una comarca sin palacios de la ¨®pera que invierte todo lo recaudado en la salvaci¨®n de los bosques aut¨®ctonos, cercados por la voraz industria del eucalipto.
Este fin de semana, m¨²sicos de Holanda, Rusia, Gran Breta?a, Madrid, Salamanca, Euskadi, Alicante, Asturias, Le¨®n y Galicia dar¨¢n recitales en una casa escuela, una ermita y un castillo reci¨¦n rehabilitado. Esperando a la entrada de cada una de las actuaciones, como siempre, habr¨¢ una caja en la que el que pueda y quiera echar¨¢ "la voluntad". Despu¨¦s del evento, todas esas voluntades se sumar¨¢n al proyecto que el resto del a?o lleva adelante una pareja madrile?a que dej¨® la ciudad para plantar aqu¨ª casta?os, robles o acebos.
Sandra Goded decidi¨® quedarse a vivir en Antas porque se "enamor¨®" de sus bosques. Hoy, esta bi¨®loga de 33 a?os asegura que se conoce palmo a palmo las carballeiras aut¨®ctonas, robledales con varios siglos de historia en sus troncos que son una "reliquia" natural apenas conocida. Hace cuatro a?os lleg¨® con su pareja, el m¨²sico Rudi Esteban, con ra¨ªces en Antas, para instalarse definitivamente, pero la idea de Festiulloa empezaron a fraguarla mucho antes y los primeros conciertos se celebraron en 2007. "Siempre sin ayudas institucionales, poniendo de nuestro bolsillo y con las aportaciones de la gente que va a los conciertos", asegura Goded. "Este a?o, porque celebramos una d¨¦cada, recibimos un dinero de los Ayuntamientos de la comarca (A Ulloa) a trav¨¦s de la Diputaci¨®n, pero en adelante queremos seguir siendo independientes", promete.
Para hacer realidad su proyecto crearon una asociaci¨®n, Quercus Sonora, que tiene ya m¨¢s de 90 miembros repartidos por toda Espa?a. "Hay socios que jam¨¢s vinieron aqu¨ª", pero conocieron la idea por internet y quisieron sumarse y aportar cada a?o su cuota. Desde 10 euros anuales, cualquiera puede contribuir a las iniciativas de Quercus: por un lado, la compra (para su conservaci¨®n) de montes abandonados por la despoblaci¨®n que ha desolado esta zona rural engarzada en el coraz¨®n de Galicia; por otro, la custodia y el cuidado de fincas de gente que no quiere deshacerse de la propiedad pero ya no puede cuidarlas ni sacarles provecho.
Hoy, entre unos y otros, el colectivo custodia siete terrenos de bosque aut¨®ctono. A petici¨®n de una propietaria, ha comprado con dinero de la asociaci¨®n los casta?os para repoblar una parcela. Cuando estos ¨¢rboles produzcan, seg¨²n el contrato firmado una parte del beneficio ser¨¢ para la due?a y el resto para seguir defendiendo el entorno. En los trabajos del invierno participan voluntarios, sobre todo ni?os de la comarca. A pesar de todo, "cada a?o que pasa" las masas de eucaliptos nitens y globulus surgen por todas partes como una "amenaza" incontrolable.
Aunque los m¨²sicos se quedan m¨¢s tiempo, las actividades en las aldeas, incluida una excursi¨®n a los bosques protegidos por Quercus, se concentran en cuatro d¨ªas. El jueves al atardecer, el programa se inaugur¨® con una caminata y una visita guiada a los petroglifos de Monte Farelo, y la m¨²sica cl¨¢sica se ha reservado para el fin de semana. Una orquesta de c¨¢mara en la que se integran al llegar m¨²sicos de diferentes procedencias, tambi¨¦n llamada Quercus Sonora, el Coro Maestro Barbieri de Madrid y el guitarrista holand¨¦s Dimitri Van Halderen interpretan estos d¨ªas piezas de Brahms, Schubert o Bach. El momento m¨¢s solemne, el s¨¢bado a las ocho y media de la tarde, ser¨¢ el gran concierto en el Castillo de Pambre, en Palas de Rei, un BIC que pas¨® d¨¦cadas sumido en el abandono y que el propietario don¨® al morir (en 2009) a una orden religiosa. La Xunta recompr¨® las torres en 2011 y acab¨® su restauraci¨®n el a?o pasado.
Antas de UIla tiene tradici¨®n folk y una banda de m¨²sica. Algunos de sus integrantes contribuyen a los conciertos con sus instrumentos de viento. Aparte de estos, la pareja organizadora calcula que, en una d¨¦cada, por la comarca de A Ulloa habr¨¢n pasado "unos 200 m¨²sicos de fuera, entre europeos, estadounidenses y alg¨²n cubano". Y la mayor¨ªa repiten, "encantados con este lugar, tan rico desde el punto de vista natural y arquitect¨®nico". "Les encanta la acogida que los vecinos les dan en sus propias casas, y por supuesto", dice Goded, "la comida". "Al principio com¨ªamos en una cuadra de la familia de Rudi, porque es grande y cab¨ªamos todos", recuerda. Uno de los artistas m¨¢s asiduos es el holand¨¦s Christiaan Bor, "considerado el mejor violinista de los Pa¨ªses Bajos", afirma la bi¨®loga. "Se ha jubilado y ya no toca con orquestas, pero aqu¨ª es el sexto a?o que viene... ¨¦l dice que solo quiere tocar en Festiulloa".
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