El Castelo de Pambre se lava la cara para democratizarse
El martes, la fortaleza feudal de Palas de Rei abrir¨¢ al p¨²blico tras d¨¦cadas de cierre. ?stas son las primeras im¨¢genes de su interior
"Si se posa una mosca se viene todo abajo", comenta se?alando una cubierta, desbrozadora en mano, uno de los trabajadores contratados por el Ayuntamiento de Palas de Rei para liberar de maleza el Castelo de Pambre. Despu¨¦s de permanecer al menos dos d¨¦cadas cerrada, la fortaleza que resisti¨® en pie la revuelta Irmandi?a de 1467 y alguna otra batalla sangrienta se lava la cara antes de su apertura oficial, el martes que viene, con la bendici¨®n in situ del presidente de la Xunta. Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha confirmado su asistencia al alcalde popular de Palas, Fernando Pensado, a pesar de que el Gobierno gallego todav¨ªa no ha llegado a ning¨²n acuerdo con los propietarios para adquirir el castillo de titularidad privada y salvarlo de la ruina.
"Cuando tenga dinero te voy a dar", promet¨ªa al casero el amo de la torre
"Busqu¨¦ el perro con m¨¢s mal genio, y el que se colaba, 'cobraba", dice Pepe
Hab¨ªa una biblioteca, pero el due?o se lo fue llevando todo a Vigo
'O Curux¨¢s', m¨ªtico guerrillero, se escondi¨® de Franco en el castillo
A partir del martes que viene, Pambre tendr¨¢ un gu¨ªa y un vigilante contratados por la Administraci¨®n local, y abrir¨¢ su recia puerta verde a los visitantes, de momento, de forma gratuita; quiz¨¢s "m¨¢s adelante", seg¨²n palabras del propio alcalde, previo pago de una entrada. La semana que termina fue la ¨²ltima en la que permaneci¨® dentro, ahora ya atado, el fiero can negro que ejerci¨® d¨ªa y noche de guardi¨¢n, encerrado en el patio de armas, ense?ando las enc¨ªas por el ojo de buey de la muralla, desde que hace unos a?os se avivaron las protestas vecinales clamando por la apertura del recinto amurallado. "Busqu¨¦ el perro con m¨¢s mal genio", reconoce ahora el ¨²ltimo humano que cuid¨® el castillo, "y el que se colaba, cobraba".
M¨¢s o menos por aquellas fechas, el hombre que qued¨® al cargo de la fortaleza desde poco despu¨¦s de su ¨²ltima venta, en 1974 (cuando todav¨ªa era un ni?o), retir¨® el reba?o de 40 cabras que guardaba en su interior. Jos¨¦ Manuel M¨¦ndez Moreiras, Pepe para todos, natural de la aldea de Pambre, de 46 a?os, explica ahora que no quer¨ªa que ninguno de los activistas pro democratizaci¨®n del castillo feudal lo denunciase a Patrimonio si alguno de sus animales, aficionados a escalar el adarve hasta lo alto, echaba abajo una piedra. El cuidador ya hab¨ªa tenido un desencuentro con inspectores cuando hace unos 16 a?os decidi¨® volver a colocar por su cuenta y riesgo la espada?a de la capilla en su sitio, despu¨¦s de venirse abajo en un temporal.
De todas formas, el actual estado del Castelo de Pambre denota que el abandono viene de muy lejos, a pesar de que hubo alg¨²n intento de restauraci¨®n por parte de los due?os en el siglo XX. Durante el siglo pasado y parte de ¨¦ste, la fortaleza sirvi¨® de cuadra. Pepe guard¨® all¨ª cerdos, vacas y ovejas, y antes que ¨¦l, cuando Pambre a¨²n era de sus antepen¨²ltimos amos, los Murado da Ulloa, los caseros guardaban el ganado bobino en la peque?a iglesia que siempre estuvo entre las torres y el h¨®rreo.
Hab¨ªa un toro al parecer con grandes dotes amatorias, y "todas las vacas de los alrededores ven¨ªan a empre?arse aqu¨ª", cuenta el ¨²ltimo cuidador. El patio que estos d¨ªas qued¨® limpio de maleza era escenario de estos encuentros. Luego se recog¨ªan los animales. Y durante a?os, "fueron comiendo con los cuernos los dibujos de cal de las paredes de la capilla", una construcci¨®n anterior al propio castillo, del siglo XII, que estaba dedicada a San Pedro y que despu¨¦s, adem¨¢s de toril, fue bodega.
Pambre fue empezado a construir a finales del siglo XIV probablemente por Gonzalo Ozores de Ulloa. Despu¨¦s, de los Ulloa pas¨® a manos de los condes de Monterrei, que terminaron de edificarlo, y luego a la casa de Alba. A finales del XIX, se convirtieron en titulares los Moreiras, antepasados de los Murado, y ¨¦stos acordaron su venta en 1974 a Manuel Taboada Fern¨¢ndez, conde de Borraxeiros y residente en Vigo.
La mayor¨ªa de los vecinos de Palas consideran que los ¨²ltimos "se?ores de la torre" fueron los Murado, y desde casi el principio estuvieron enemistados con Taboada. Seg¨²n Pepe, en un primer momento esto se debi¨® a que el conde de Borraxeiros "nunca les dio nada" y ellos estaban acostumbrados a "pedir unas vigas de casta?o o cualquier otra cosa y que los se?ores les diesen permiso para cortar los ¨¢rboles". Taboada termin¨® un mal d¨ªa cerrando a las visitas la puerta que antes "siempre estaba abierta".
El conde, por no dar, asegura Pepe varias veces durante la conversaci¨®n, ni a ¨¦l le dio jam¨¢s "un peso". Taboada le encomend¨® el cuidado de la fortaleza siendo chico, le encarg¨® mil trabajos en sus terrenos y nunca le pag¨® nada. "Me mandaba plantarle las filas de pinos y siempre me dec¨ªa que ya tendr¨ªa mi compensaci¨®n: 'Cuando tenga dinero te voy a dar", cuenta el empleado que le promet¨ªa su jefe, "pero ahora, como no me compense desde el otro mundo, no s¨¦ c¨®mo lo va a hacer". Los servicios gratuitos que le prest¨® durante tanto tiempo al de Borraxeiros tambi¨¦n terminaron por enfrentar a Pepe con los vecinos de Palas: "Hay mucha gente que me quiere escarallar por haber estado de caserillo", admite, "les qued¨® el rencor metido en el cuerpo".
Al morir, el a?o pasado, Taboada leg¨® sorprendentemente su magn¨ªfica posesi¨®n (el castillo engarzado en lo alto de la roca, bordeado por el r¨ªo Pambre y rodeado de m¨¢s de 150 hect¨¢reas de terreno) a los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis (Vigo). Y desde entonces esta congregaci¨®n intenta vend¨¦rselo todo a la Xunta, que como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC), debe conservarse en buen estado y abrirse a las visitas. La ¨²ltima tasaci¨®n, antes de morir el conde, cifr¨® el precio del conjunto en 10 millones de euros. Pero ahora, el conselleiro de Cultura ha anunciado que la Xunta har¨¢ una nueva valoraci¨®n.
Los religiosos aseguran que han recibido al menos cinco ofertas, de Espa?a y del extranjero, alguna de ellas procedente de una cadena hotelera, pero siguen insistiendo en que prefieren vend¨¦rselo a la Administraci¨®n gallega y se dan un margen de tiempo para llegar a un acuerdo. El hermano Jos¨¦ Donaire, superior de los misioneros, acepta cobrarlo a plazos. Este a?o, dice, se conformar¨ªa con recibir del comprador 400.000 euros, la cantidad que seg¨²n ¨¦l precisa la casa de beneficencia de Teis para saldar su acuciante deuda y cambiar m¨¢s de cien camas que est¨¢n muy viejas.
De momento, los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres s¨®lo han cerrado un trato con el alcalde de Palas. El Ayuntamiento pone todos los recursos para que los religiosos cumplan con su deber legal, como titulares de un BIC, de abrir el castillo al p¨²blico. El municipio lucense paga las n¨®minas de los encargados y el seguro anual de responsabilidad civil, imprescindible ante el estado ruinoso en que se encuentran los inmuebles que forman parte del conjunto. Por ahora, Pambre, situado a ocho kil¨®metros de la capital municipal, se podr¨¢ visitar todos los d¨ªas de 11 a 13 y de 16 a 20 horas. En invierno, seguir¨¢ abierto al menos los fines de semana.
El Ayuntamiento no ha intervenido en la piedra. S¨®lo ha eliminado con motosierras una maleza de d¨¦cadas. Los ¨¢rboles hab¨ªan ido medrando sobre los sillares y las almenas ca¨ªdas, al menos sobre aquellos que no fueron utilizados para construir las viviendas anexas al interior de la muralla y alguna cuadra que se fue haciendo para el ganado dentro del castillo. Los ¨¢rboles crecen, incluso, en lo alto de la torre del homenaje, que ha perdido la cubierta, el suelo de sus tres plantas y la escalera de madera que llevaba a lo m¨¢s alto. Del castillo s¨®lo quedan los pa?os, dentro falta todo, y mirando hacia arriba se ve el cielo. Las tablas y la techumbre del h¨®rreo tambi¨¦n est¨¢n podridas. Hay adem¨¢s, a la derecha seg¨²n se entra, un alpendre y una casa. Y a la izquierda, otras tres viviendas. Una m¨¢s peque?a, junto a las torres, y dos adosadas en primer t¨¦rmino. Todav¨ªa perdura el horno de le?a, y alg¨²n altar en la capilla de San Pedro. En los prados exteriores siguen pastando las treinta vacas de Pepe.
En la primera de las viviendas, hab¨ªa una biblioteca muy antigua, pero el ¨²ltimo cuidador dice que su patr¨®n "se fue llevando todo a Vigo y ya no hay nada". Manuel Taboada ven¨ªa de vez en cuando a pasar per¨ªodos de dos o tres semanas y ocupaba esa casa construida intramuros. Tambi¨¦n se trajo unos escudos de armas, originarios de una casona de Melide. El conde los valoraba mucho: "T¨² no sabes bien la fortuna que valen", le advirti¨® el se?or de la Torre a su especie de lacayo el d¨ªa que falt¨® uno.
En Palas de Rei arraiga la leyenda de que la a?orada familia Murado perdi¨® Pambre en una partida de cartas. No es cierto, el ¨²ltimo heredero, ya anciano, la vendi¨® a un muy m¨®dico precio. Seg¨²n acaba de relatar en el blog A Ulloa en fotos (www.aulloaenfotos.blogspot.com) Miguel Anxo Murado Lorenzo, bisnieto del que en muchas casas de Palas es considerado "¨²ltimo due?o verdadero" de Pambre, unos caseros que trabajaron en el castillo antes de la venta a Manuel Taboada eran los padres de O Curux¨¢s, m¨ªtico guerrillero que escap¨® de Franco y 31 a?os despu¨¦s de la Guerra muri¨® de muerte natural. No es leyenda, sino muy cierto que el rebelde burl¨® la muerte escondi¨¦ndose por temporadas en la torre.
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