¡°No existe ning¨²n mundo m¨¢s lindo que el de nuestro Elvis¡±
Memphis se prepara entre un aluvi¨®n de 'elvisman¨ªacos' para celebrar el mi¨¦rcoles el 40 aniversario de la muerte del rey del 'rock'n'roll'
"Aquel d¨ªa, en el Madison Square Garden, Elvis Presley cant¨® solo para m¨ª. Hab¨ªa 32.000 personas, pero me cantaba a m¨ª. Cantaba Love Me Tender y solo me miraba a m¨ª", jura en Memphis Isabelle Stiveni, seria, conmovida, convencida de que El Rey la mir¨® a los ojos desde el escenario aquella noche y le susurr¨® su m¨¢s tierna balada de amor.
Es lunes 14 de agosto y faltan dos d¨ªas para que se cumpla el 40 aniversario de la muerte de Elvis Aaron Presley (Tupelo, 1935). Su legi¨®n de fans va llegando. Se espera que pase por Memphis m¨¢s de medio mill¨®n de nost¨¢lgicos de Elvis a presentarle sus respetos, a llorarlo como en un velatorio ad eternum ante su tumba en su mansi¨®n de Graceland, un espl¨¦ndido edificio que sigue luciendo magn¨ªfico, con su columnata sure?a en la puerta de entrada y su amplio jard¨ªn sombr¨ªo, en la cima de una leve loma al borde del Boulevard Elvis Presley.
All¨ª encontraron el 16 de agosto de 1977 al mito inconsciente. Desde all¨ª lo trasladaron al hospital, donde se certific¨® la muerte del cantante m¨¢s querido de Am¨¦rica. Dictamen m¨¦dico: infarto cardiaco. Trasfondo: un estrepitoso derrumbe personal alimentado por su adicci¨®n a la comida y a los tranquilizantes. El Rey en ruinas. Aquel mismo d¨ªa aciago miles de fans corrieron a Graceland a despedirlo. Los medios los entrevistaban. Uno de ellos dict¨®: "Seas blanco o negro, seas country o un paleto o un freak, o joven o viejo, de Mosc¨², de Londres o de Memphis, Elvis Presley siempre ser¨¢ el rey del rock 'n' roll".
Muy muerto, sigue siendo el rey. La revista Forbes prev¨¦ que el impulso del 40 aniversario, con la reedici¨®n de su triple ¨¢lbum The 50 Greatest Hits, lo coloque en el n¨²mero uno de la lista Forbes de Celebridades Muertas con Mayores Ganancias, superando los 27 millones de d¨®lares de beneficios que produjo su legado musical en 2016. Aprovechando la efem¨¦ride se pondr¨¢ a subasta en eBay el piano Knabe blanco que Elvis compr¨® en 1957 y que hab¨ªa sido tocado en los a?os treinta por Duke Ellington. Se calcula que el precio de venta del instrumento-reliquia oscilar¨¢ entre los 2,5 y los cinco millones de d¨®lares.
Por Graceland y entorno pululan miles de sus adoradores. Un alem¨¢n de 1,95 metros caracterizado de Elvis se hace fotos sin parar con mujeres; sobre todo jubiladas, las que amaron al semidios de las caderas movedizas cuando eran chicas americanas de bien a las que su blanca sociedad puritana les ordenaba que se tapasen los ojos para no ser pose¨ªdas por la lujuria ¨Cen realidad el ritmo, el goce musical de vivir que Elvis hab¨ªa aprendido con la comunidad negra de su pueblo en los a?os donde a¨²n imperaba la segregaci¨®n¨C. Oliver Steinhoff se deja querer, acariciar, mira a las damas con engolamiento, les sonr¨ªe con la entra?able chuler¨ªa de Presley. Steinhoff, de 46 a?os, competir¨¢ esta semana en Memphis en un campeonato mundial de replicantes de Elvis. Ve dif¨ªcil ganar ¨C"?Un alem¨¢n? No creo, siempre le dan el premio a un americano..."¨C pero es feliz con su peculiar ocupaci¨®n, a la que se dedica a tiempo completo yendo y viniendo de su ciudad alemana, Hanover, desde que dej¨® para siempre su trabajo de soldador: "La vida me dio dos opciones: trabajar 40 a?os para la misma empresa o abandonar esa empresa y ser Elvis Presley. ?Ok?".
En la ciudad, a medida que se acerca el mi¨¦rcoles 16, crece el bullicio de visitantes en todos los rincones de la memorabia local elvispreysliana, como el estudio Sun Records donde grab¨® sus primeras canciones el t¨ªmido muchacho de Tupelo, el restaurante Arcade donde se chupaba los dedos zampandose pancakes de patatas dulces, la estatua de bronce de Elvis en Beale Street, o el hotel bautizado en honor de la canci¨®n blusera Hearthbreak Hotel, aquella en la que el divino Presley cantaba... Well I get so lonely, baby / I get so lonely / I get so lonely I could die... La canci¨®n favorita de Lydia Cox, una jubilada de 68 a?os de Baton Rouge (Luisiana) que desde hace 25 a?os honra cada aniversario con su visita a la gran Graceland. Su hijo, incr¨¦dulo, le pregunta cada vez que sale de casa: "Mam¨¢, ?qu¨¦ diablos haces all¨ª una semana entera?". "Pobre chico", dice Mrs. Cox. "Habr¨¢ otros mundos, pero no sabe que no existe ning¨²n m¨¢s lindo que el de nuestro Elvis".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.