Criadas

Una visi¨®n aterradora de un futuro posible en una sociedad dominada por unos fundamentalistas teocr¨¢ticos y en el que las mujeres son meros instrumentos reproductivos que valen lo que valen sus ovarios. En palabras de Margaret Atwood, su autora, se trata de ¡°un relato imaginario de lo que sucede cuando ciertos frecuentes pronunciamientos sobre las mujeres se llevan a sus conclusiones l¨®gicas¡±. Si a ello se le a?ade una minimalista y elegante realizaci¨®n, una interpretaci¨®n magistral de su protagonista, Elisabeth Moss, una adaptaci¨®n escrupulosamente fiel a la novela y una producci¨®n potente, el resultado es una serie televisiva extraordinaria y demoledora: The Handmaid¡¯s Tale (HBO).

Con una brillante utilizaci¨®n de los flashbacks, muestra el origen de una sociedad invivible: la paulatina sumisi¨®n de una ciudadan¨ªa incapaz de defender sus derechos y libertades ante las decisiones dictatoriales de la casta dirigente que utiliza la amenaza terrorista como coartada para ocupar el poder. Una ciudadan¨ªa que ha pasado de la ley mordaza al r¨¦gimen mordaza en el que, naturalmente, el primer eslab¨®n suprimido es el considerado el m¨¢s d¨¦bil, el m¨¢s humillado y el m¨¢s prescindible salvo por su capacidad procreadora: la mujer.

Lo excepcional de la serie es su refinado estilo para describir un tiempo y un pa¨ªs, unos hipot¨¦ticos EE UU de un futuro inquietantemente pr¨®ximo, una pesadilla sin fin en la que no se oculta ninguna crueldad. Resulta imposible no recordar los comentarios machistas y reaccionarios del entonces candidato Trump, hoy en el poder, como tampoco se pueden olvidar los recortes de las libertades tras el 11-S o la supresi¨®n de derechos sociales tras la ¨²ltima de las grandes crisis econ¨®micas que generaron los especuladores financieros. Manipular la historia parece ser la consigna esencial para acceder al poder. Eso explica, por ejemplo, que identifiquen a Manuela Carmena con Stalin.