El verano, buen momento para el peletero
Visita a dos de las ¨²ltimas peleter¨ªas madrile?as, un oficio que ha ca¨ªdo a la mitad en 15 a?os
As¨ª se hace un abrigo de pieles: selecci¨®n de pieles del ¡®mazo¡¯(1), cortado (2), clavado de las piezas (3), patr¨®n (4), cosido a m¨¢quina (5), forrado (6) | D.A.
As¨ª se hace un abrigo de pieles: selecci¨®n de pieles del ¡®mazo¡¯(1), cortado (2), clavado de las piezas (3), patr¨®n (4), cosido a m¨¢quina (5), forrado (6) | D.A.
Si las calles reflejan la sociedad que las recorre, los locales comerciales exponen sus anhelos. Quienes se dedican a ello recuerdan c¨®mo, hace unas d¨¦cadas, en la madrile?a Fuencarral se alineaban media docena de peleter¨ªas que confeccionaban y despachaban abrigos de piel. Convertida ahora en un nicho franquiciado, apenas quedar¨¢ un par, que resiste en la misma manzana. En el primer piso de un edificio en obras est¨¢ el despacho de Luis Guichot, presidente de las patronales peleteras espa?ola y madrile?a. Al fondo hay una puerta de chapa. Es la c¨¢mara de conservaci¨®n, azul y fresca. Un apuntalamiento financiero estival: colgar el abrigo sale a unos 100 euros por estaci¨®n, y decenas de ellos cuelgan all¨ª, al chorro h¨²medo de un aire acondicionado. El calor es el enemigo de la piel, y los armarios caseros no son el mejor lugar para guardar las reliquias. A veces se regala la conservaci¨®n con la venta. En la etiqueta de este abrigo dice que est¨¢ hecho de cabra del T¨ªbet. Aquel fue armi?o. En el de m¨¢s all¨¢ se lee que es de foca con astrac¨¢n.
Cada vez se confeccionan menos abrigos de piel natural en Espa?a; reciben menos encargos quienes han dedicado su vida a ello, para quienes trabajo familiar, taller y hogar ten¨ªan l¨ªmites difusos. ¡°Los peleteros hemos quedado para transformaciones de abrigos antiguos y venta de manufacturados fuera de Espa?a¡±, cuenta Guichot, que sigue: "Yo cuando vendo los mejores abrigos es en julio". Lo comenta en su despacho, al que se llega por un pasillo en cuyas paredes se codean im¨¢genes de j¨®venes modelos con entregas de premios con Esperanza Aguirre o Cristina Cifuentes.
Desde el a?o 2002 ha descendido un 53% la cifra de personas f¨ªsicas y jur¨ªdicas que tributan en el Impuesto de Actividades Econ¨®micas bajo el ep¨ªgrafe denominado ¡°Peleter¨ªa natural¡±, seg¨²n datos de la Agencia Tributaria a los que ha accedido EL PA?S por la Ley de Transparencia. Eran 445 hace 15 a?os, ahora quedan 211. Un declive similar al que ha sufrido el ep¨ªgrafe que lleva por t¨ªtulo ¡°Comercio al por menor de confecciones de peleter¨ªa¡±: de 1.081 a 642, un 40% menos de registrados.
De vuelta en el despacho hay tres abrigos etiquetados a nombre de la se?ora Loli. Zorro australiano, zorro de la Patagonia y marmota finlandesa forman un suave mural sobre los percheros. Recuerdan a paseo de domingo con la abuela. Por encima de los percheros que forran las paredes se ve la parafernalia y los reconocimientos militares que dan forma a la otra pasi¨®n de Guichot, heredada de su anterior carrera castrense. Aparta un ced¨¦ de la mesa en el que se lee ¡°himno nacional¡± y ense?a un folleto en el que se explica el proceso: ¡°Sale mucho m¨¢s barato cuando no lo hacen los operarios cualificados espa?oles, sino los chinos¡±. Otra referencia m¨¢s acerca de la competencia extranjera, una constante en esta serie de reportajes sobre oficios que nos dejan. Como en los armeros de Eibar, la imaginer¨ªa religiosa de Olot, los pirot¨¦cnicos valencianos o los alfareros cordobeses.
Colgar un abrigo en la sala de conservaci¨®n cuesta unos 100 euros por verano
En Madrid no quedar¨¢n m¨¢s de 10 peleteros, calcula el presidente, en parte porque el consumo patrio ha deca¨ªdo en los ¨²ltimos a?os. Guichot lo achaca a los tres cocos, las cuatro ces: ¡°el cambio clim¨¢tico, los cr¨ªticos ecologistas y la crisis¡±. Las pasadas de moda y pol¨¦micas pieles que se tratan en Espa?a se consiguen en subastas. All¨ª es posible conocer el origen de los materiales y c¨®mo han llegado all¨ª, d¨®nde est¨¢ la granja donde se criaron y en qu¨¦ condiciones engordaron. O sea, que son rastreables, defiende el presidente. Tambi¨¦n se queja de las naves de venta en pol¨ªgonos que solo tienen tenderos. Y la lista sigue con que a la gente le guste conducir con volantes de cuero, pisar con zapatos del mismo material o guardar el dinero en monederos de marroquiner¨ªa, pero no se soporte vestirse en invierno con pieles. Ahora se prefieren las imitaciones sint¨¦ticas de las cadenas mundiales de ropa, expone.
Son los mayoristas peleteros quienes compran por lotes en esas subastas que tienen lugar en los pa¨ªses fr¨ªos como Dinamarca o Canad¨¢. Se seleccionan por tonos, texturas o altura del pelo, y se cuelgan de alambres circulares, llamados mazos, como si fuesen manojos de llaves. Ense?a uno con 20 visones.
Guichot pasa al recibidor para atender a una clienta que ha venido para encargar una actualizaci¨®n de su abrigo reversible. Ha quedado anticuado, la moda se pas¨®, el g¨¦nero sigue siendo bueno, es para toda la vida, me lo destrozaron en un arreglo en unos grandes almacenes y buscaba un profesional, se les oye dialogar. Una actualizaci¨®n cuesta entre 750 y 1.600 euros. Cuando termina y posa para la foto, decide cambiar el abrigo amarillo con manchas negras colgado de un maniqu¨ª por otro morado, ¡°m¨¢s moderno¡±. Tal vez el atuendo de Daenerys en el ¨²ltimo episodio de Juego de Tronos le d¨¦ un empuj¨®n a la demanda de nuevos dise?os.
Guichot sale a la calle y dobla la esquina para entrar en el taller de ?ngel Barrios, segundo de la patronal peletera. En una oscura trastienda, donde revolotean los pelos sueltos que se enquistan y pican bajo la nariz, dormita una m¨¢quina de coser inglesa marr¨®n con la marca resaltada en dorado que Barrios mira para recordar. Lleva 41 a?os en este taller, esa herramienta es uno de los pilares de la artesan¨ªa. Suena a leyenda, pero cuando ¨¦l lleg¨® la m¨¢quina ya deb¨ªa ser vieja. All¨ª, aunque el ¨²ltimo abrigo que compusieron fue en febrero, dan una clase pr¨¢ctica de la parte m¨¢s curiosa del proceso, el corte: la cuchilla pasa decenas de veces para alargar la prenda tanto como pida el encargo y se tira lo sobrante. ¡°Antes regal¨¢bamos las colas y las garras a los ni?os¡±, cuenta ?ngel, ¡°pero ahora las madres ya nos dicen que no por detr¨¢s porque solo sirven para coger polvo¡±. El socio y primo de Barrios, Jos¨¦, se sienta ante la legendaria m¨¢quina inglesa con destreza experimentada. Terminado el zurcido, los tres se apoyan sobre la mesa para mostrar las divisiones y reglas de tres que les permiten calcular cu¨¢ntas pieles de vis¨®n habr¨¢ que unir para elaborar un abrigo dependiendo de las medidas del cliente. Comienzan de cabeza pero terminan con calculadora.
En este caso ser¨¢n 32 visones, a entre 60 y 100 euros por pieza ya curtida, oscuras por fuera y amarillas por dentro. Se clavan en una tabla para unirlas. Los espetones antes se clavaban a mano. Guichot, que hace hincapi¨¦ en los 10 a?os de aprendiz necesarios para convertirse en peletero, recuerda c¨®mo le descontaban 10 c¨¦ntimos por cada clavo que no pon¨ªa centrado. Una resta que comenzaba desde las 1.400 pesetas de salario. Los tres convienen en que la cuenta del negocio familiar se detendr¨¢ en ellos, la tercera generaci¨®n, porque ya no interesa a la siguiente.
Comentan que siempre han o¨ªdo en el gremio que el de peletero es un oficio de ricos que recae en manos pobres, de gente que odia las navidades por el estr¨¦s. Cuando se les pregunta cu¨¢l es el momento m¨¢s gratificante de su profesi¨®n, Barrios piensa y exclama: ¡°Lo que ocurre ahora es que se quiere ver la prenda ya hecha, no se quiere esperar a que se haga a medida. Por eso me encanta cuando la clienta viene a probarse el abrigo y ve lo bien que le sienta¡±. Guichot entonces se r¨ªe y refiere un paso posterior, el del cobro. Una transacci¨®n necesaria en unos tiempos en los que cada vez son menos las mujeres que caminan por la calle Fuencarral anhelando abrigarse con animales.
El origen de esta serie
La serie de reportajes oficios que nos dejan parte de una base de datos que la Agencia Tributaria ha entregado a EL PA?S gracias a una petici¨®n de acceso a la informaci¨®n amparada en la Ley de Transparencia. Dicha petici¨®n pretend¨ªa conocer cu¨¢les eran las profesiones que se han ido abandonando en los ¨²ltimos 15 a?os. Se pidi¨® a la Agencia Tributaria un listado con todas las personas f¨ªsicas (aut¨®nomos) y jur¨ªdicas (empresas) que tributaban en cada uno de los ep¨ªgrafes del Impuesto de Actividades Econ¨®micas en 2002, 2007, 2012 y mayo de 2017. Si bien una sociedad con 15 trabajadores cuenta de cara a dicho registro tanto como un aut¨®nomo, el listado permite identificar tendencias a lo largo del tiempo. Por ejemplo, los dos ep¨ªgrafes que m¨¢s registrados han perdido en estos a?os son ¡°cajas de ahorro¡± y ¡°alquiler de pel¨ªculas de v¨ªdeo¡±, y algunos de los que m¨¢s han ganado son ¡°organizaci¨®n y celebraci¨®n de apuestas deportivas¡± o ¡°fabricaci¨®n de cerveza y malta cervecera¡±. De aquellos que mayor proporci¨®n de registrados perdieron, Javier Gal¨¢n, David Alameda y Jos¨¦ Manuel Abad han seleccionado los oficios que componen esta serie.
? ARMEROS
? PIROTECNIA