El ¡°estilo Sonia¡± vuelve a Madrid
Una exposici¨®n en el Museo Thyssen recuerda la etapa ¡°ib¨¦rica¡± de Delaunay, una artista que llev¨® la vanguardia de sus lienzos al dise?o y la moda
Sonia Delaunay vuelve a Madrid, a su ¡°periodo ib¨¦rico¡±, como ella lo defini¨®, y del que escribi¨® en 1978: ¡°Fue la ¨¦poca m¨¢s bella de mi vida porque pod¨ªa trabajar en las mejores condiciones con que puede so?ar un pintor; la violenta luminosidad, la animaci¨®n de las calles, las fiestas, los mercados, los bailes populares...¡±. Una exposici¨®n en el Museo Thyssen de Madrid dedica (hasta el 15 de octubre) un gran homenaje a su obra, que no solo se desarroll¨® entre pinceles. Delaunay (Hradyzk, 1885 - Par¨ªs, 1979) elev¨® a categor¨ªa de arte el dise?o y la moda. Madrid tuvo su ¡°estilo Sonia¡±.
Pionera, junto a su marido, de la primera vanguardia, Sonia y Robert Delaunay llegaron a Madrid en 1914, dejando atr¨¢s un Par¨ªs en guerra y muchas amistades interesantes y dispares (poetas como Cendrars o Apollinaire, pintores como L¨¨ger o Picabia) truncadas. Ya para entonces Sonia cultivaba un cubismo luminoso y abstracto gobernado por el color y el movimiento.
Pero ya para entonces ten¨ªa como objetivo llevar sus ideales art¨ªsticos m¨¢s all¨¢ del lienzo y del ¡°orfismo¡± que dictaba Apollinaire y tratar al dise?o y a la moda como artes nobles. ¡°No hab¨ªa ning¨²n hiato entre mi pintura y mis trabajos digamos decorativos, y ese g¨¦nero menor no supuso nunca una frustraci¨®n art¨ªstica, sino una expansi¨®n libre, una conquista de nuevos espacios, otra aplicaci¨®n de una misma b¨²squeda¡±, escribi¨® al final de su vida. De ah¨ª, el t¨ªtulo elegido para la exposici¨®n: Sonia Delaunay. Arte, dise?o, moda.Durante a?os esa fue su condena (estuvo a la sombra de su marido y no muy bien valorada por la oficialidad), y, sin embargo, hoy es su mayor logro, pues afortunadamente se celebra esa voluntad de llevar el arte a la calle.
Para entender la relaci¨®n de Sonia con Madrid conviene dividir su estancia en dos etapas. La primera, entre 1914 y 1915, es una ¨¦poca marcada por el deslumbramiento que le causan los maestros del Prado y el contacto con el flamenco, ese arte originario y aut¨®ctono que arrebataba y emocionaba a amigos suyos como Diaghilev, Stranvinski, Falla y tantos otros. La segunda etapa va de 1917 a 1921, periodo de contacto con la vanguardia espa?ola y de puesta en marcha de importantes proyectos de dise?o de interiores y de moda. Entre medias de este ¡°periodo ib¨¦rico¡± se incluye el tiempo que el matrimonio pas¨® en Portugal, en Vila do Conde, empap¨¢ndose de una dulce y ancestral vida rural, y luego en Lisboa, al amparo de futuristas portugueses como Amadeo de Souza-Cardoso o Jos¨¦ Almada Negreiros.
En esta segunda ¨¦poca madrile?a, el nombre de Sonia Delaunay aparecer¨¢ en numerosos art¨ªculos de prensa (Informaciones, Blanco y negro, Figaro, etc¨¦tera) en los que se menciona su dedicaci¨®n a la moda y se elogia la expansi¨®n art¨ªstica que defini¨® su carrera.
Para realizar una ruta por el Madrid de Delaunay la gu¨ªa es Marta Ruiz del ?rbol, comisaria de esta extraordinaria exposici¨®n, la primera que se dedica en nuestro pa¨ªs ¡°solo¡± a Sonia, pues en las anteriores siempre apareci¨® junto a Robert. Las localizaciones m¨¢s determinantes de su periplo madrile?o pueden establecerse as¨ª:
Casa Sonia. Calle Columela, 2. Sonia y Robert ocuparon el segundo piso de este edifico selecto del barrio de Salamanca. Aqu¨ª mont¨® su negocio de decoraci¨®n de interiores y dise?o de moda, que llam¨® Casa Sonia. Seg¨²n Ruiz del ?rbol ¡°Delaunay recibi¨® encargos de la aristocracia madrile?a, como de los Marqueses de Amboage, cuyo palacio es hoy la Embajada de Italia; o de los Marqueses de Urquijo, a cuyas cuatro hijas visti¨® con sus dise?os¡±.
Delaunay cre¨® en esta ¨¦poca sombrillas, chalecos, sombreros de rafia, vestidos. ¡°Me divierto con todos los encargos que nos hacen ¡ªescribir¨ªa a?os m¨¢s tarde¡ª, pero ni siquiera con los m¨¢s m¨ªnimos detalles de la confecci¨®n o de la decoraci¨®n dom¨¦stica tengo la sensaci¨®n de estar perdiendo el tiempo. No, es un trabajo tan noble, tan noble como una naturaleza muerta o un autorretrato¡±. No es extra?o, pues, que el poeta Joseph Delteil escribiera para ella el largo Po¨¨me de la robe future, que concluye con los versos: ¡°El movimiento circular y colorido que est¨¢ en el centro de todo, que es todo, porque un vestido es una danza¡±.
Museo del Prado. Nada m¨¢s llegar a Madrid en 1914 Sonia Delaunay se inscribi¨® como copista del Museo del Prado ¡°buscando inspiraci¨®n en los maestros cl¨¢sicos, especialmente la escuela colorista veneciana. Robert Delaunay estaba fascinado por El Greco, en una ¨¦poca en la que el pintor cretense empezaba a ser considerado como pionero de la pintura moderna. Ella tambi¨¦n, aunque menciona a otros artistas como Veron¨¦s¡±, sostiene Ruiz del ?rbol. ¡°Adem¨¢s, as¨ª pas¨® a formar parte de una larga lista de pintores que hab¨ªan visitado antes el museo: Manet, Courbet, Morisot, Monet o Matisse hab¨ªan viajado a Madrid. Y aunque la llegada de la artista a Madrid no estuviera, en principio, motivada por la atracci¨®n hacia los maestros espa?oles sino por el comienzo de una guerra, una fascinaci¨®n similar a la de sus predecesores pudo haberse apoderado de ella¡±.
Taberna Los Gabrieles. ¡°No sabemos con exactitud qu¨¦ locales visit¨®, pero s¨ª sabemos que le fascin¨® el flamenco. En esa ¨¦poca pudo visitar locales m¨ªticos como este, junto a la plaza de Santa Ana¡±. Ruiz del ?rbol se refiere a Los Gabrieles, famoso local inaugurado en 1897 y que hasta 2003 se reconoc¨ªa por sus z¨®calos de cer¨¢mica. ¡°Fue lugar de cita para tertulias toreras y juergas flamencas. Antonio Chac¨®n, uno de los padres fundadores del flamenco, se hab¨ªa instalado en Madrid en 1912. En la capital cant¨® m¨¢s en fiestas privadas que para el p¨²blico; lo hizo en el caf¨¦ Fornos y, sobre todo en Los Gabrieles, un local que ¨¦l y el guitarrista Ram¨®n Montoya convirtieron en lugar de moda para intelectuales y arist¨®cratas. Por aquel tiempo, la Ni?a de los Peines, que ya era muy reconocida, hab¨ªa grabado un centenar de canciones en varios discos; Chac¨®n y Montoya tambi¨¦n hab¨ªan grabado alg¨²n disco¡±. El cuadro que quiz¨¢s mejor representa la influencia que tuvo en Sonia el flamenco se halla en la exposici¨®n: Cantaores de flameno,un deslumbrante lienzo de ¨®leo y cera.
Teatro Lara. Durante el tiempo que Delaunay estuvo en Madrid se estren¨® El amor brujo en este teatro de la Corredera Baja. Con m¨²sica de Manuel de Falla y libreto de Gregorio Mart¨ªnez Sierra (aunque lo que ¨¦l firmaba era de Mar¨ªa Lej¨¢rraga), esta pieza est¨¢ considerada como el inicio del ballet flamenco. ¡°Hay constancia ¡ªsostiene Ruiz del ?rbol¡ª de que Delaunay conoci¨® tanto a Falla como a los Mart¨ªnez Sierra. As¨ª que pudo haber ido a Los Gabrieles, quiz¨¢ escuch¨® alguno de los discos mencionados y, casi con toda seguridad, vio El amor brujo.
Plaza de Pedro Zerolo. En esta plaza, que antes se llamaba de V¨¢zquez de Mella y a saber en aquellos tiempos, se encontr¨® la mayor intervenci¨®n de Sonia Delaunay en Espa?a. La artista decor¨® por completo un teatro que se llamaba Benavente y posteriormente Petit Casino, transform¨¢ndose en una especie de local de variet¨¦s y revista. ¡°Para la artista fue la oportunidad de colaborar en el ¨¢mbito teatral y de intervenir en un espacio arquitect¨®nico¡±. Las fotos que se conservan, a la vista en la exposici¨®n, dan buena cuenta de la magnitud del proyecto y del llamado ¡°estilo Sonia¡±: dise?os textiles y telas pintadas aparecen en cojines, biombos, cortinas y pantallas que tamizan la luz. Frente a los materiales nobles y los colores s¨®lidos, frescura y color.
Caf¨¦ de Pombo. Sonia y Robert conocieron a los intelectuales de la ¨¦poca, con Ram¨®n G¨®mez de la Serna a la cabeza, y frecuentaron la m¨ªtica tertulia de este caf¨¦, una ¡°sagrada cripta¡± para el autor de las greguer¨ªas, aunque no fuera m¨¢s que un semis¨®tano de la calle Carretas, y que hoy est¨¢ abierto en la misma casa natal del escritor, periodista, pintor y agitador cultural que fue G¨®mez de la Serna, en la calle Guillermo Rolland, 7. Su relaci¨®n con el c¨ªrculo de poetas ultra¨ªstas fue determinante para este movimiento literario de vanguardia, muy urbano y visceralmente enemigo del modernismo y del que formaron parte nombres como Cansinos Assens, Juan Larrea, Guillermo de Torre o Isaac del Vando-Villar. Tanto es as¨ª que este ¨²ltimo dedic¨® a Sonia Dalaunay estos versos: ¡°En los espejo de tu cara, el arte nuevo nos sonr¨ªe¡±. Lugares como este son culpables de que tampoco para la artista parisina pudiera existir mejor ciudad que Madrid para exprimir intensamente la juventud, esa f¨¢bula.
La Gran V¨ªa y el Rastro, dos iconos con potencial
Los a?os que Sonia y Robert pasaron en Madrid coincidieron con el periodo de gestaci¨®n de la Gran V¨ªa, otro punto crucial de la ruta Delaunay, e imprescindible para entender la modernidad. Un nueva ciudad se configura a partir de la inauguraci¨®n del primer tramo. Madrid burbujea, quiere convertirse en metr¨®poli y, aprovechando la neutralidad en la Primera Guerra Mundial, se convierte en un inesperado refugio de artistas de vanguardia, entre los que sin duda los Delaunay, que la transitan y la modifican, ocupan un papel destacado. Si el primer tramo es claramente neobarroco, en el segundo, que llega hasta Callao, conviven racionalismo, expresionismo y d¨¦co. Con el tiempo (y eso Sonia ya no lo ver¨¢), arquitectos determinantes como Guti¨¦rrez Soto, Eced o los hermanos Feduchi, dejar¨¢n all¨ª su impronta con un buen pu?ado de obras maestras.
Cuando en la segunda ¨¦poca madrile?a, necesitada de trabajo, Sonia invierte su talento en la decoraci¨®n, se propone transformar "la banalidad cotidiana y los objetos que la acompa?an en un entorno m¨¢s elevado". Esa tendencia hac¨ªa los "objetos art¨ªsticos" la llev¨® al Rastro, puede que animada por Ram¨®n G¨®mez de la Serna (que destacaba en ella un "temperamento art¨ªstico oriental") o Vicente Huidobro. Seg¨²n el cr¨ªtico Guy Weelen "Sonia compra cacharros populares en el rastro y los transforma: crea pantallas, cestos llenos de flores de lana". No obstante, el ¨¦xito de Sonia Delaunay como decoradora tambi¨¦n fue deudor de sus a?os de formaci¨®n en Par¨ªs, pues la capital francesa era un referente de la moda y todo lo que de all¨ª ven¨ªa tentaba a una burgues¨ªa receptiva a la modernidad.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.