Sarc¨®fago

A la hora del crep¨²sculo, un pobre ni?o se encuentra perdido en un tupido bosque junto al mar en busca de su madre. Seg¨²n anochece, la oscuridad del negro pinar que le rodea se hace tan espesa que ya solo percibe el cadencioso murmullo sonoro del oleaje. Cada vez m¨¢s asustado, menos mal que viene en su ayuda el providencial farol de una luna llena, que, seg¨²n remonta, proyecta un disperso sendero de haces luminiscentes de caprichosas formas, cuya belleza calma su ansiedad y orienta su marcha. Tras varias peripecias, al fin ¡°aquel cuerpo plateado que resplandec¨ªa desnudo, enmarcado por un halo de brillo sedoso¡± le permite descubrir la silueta de una mujer que avanza en la lejan¨ªa. Apresura entonces el paso hasta casi alcanzarla, atisbando, primero, el resplandor de los inmaculados talones de sus hermosos pies; luego, seg¨²n se aproxima cada vez m¨¢s a ella, percibe c¨®mo su propia sombra remonta progresivamente su menudo cuerpo hasta casi cubrirlo, pero sin que su acechante cercan¨ªa provoque la menor reacci¨®n de la perseguida, que prosigue, indiferente, su marcha. Incluso, cuando camina a su lado, no acierta a identificarla, porque, casi toda cubierta, apenas si aprecia su bello perfil. Trata sin resultado de que le preste atenci¨®n llam¨¢ndola ¡°?Se?ora!", ¡°?Hermana!¡±, pero solo cuando pronuncia la m¨¢gica palabra ¡°?Madre!¡±, la efigie gira su familiar rostro lloroso¡­

Este prodigioso relato on¨ªrico, titulado Nostalgia de mi madre, ahora incluido en la antolog¨ªa Siete cuentos japoneses (Atalanta), de Junichiro Tanizaki (1886-1965), es quiz¨¢s uno de los autobiogr¨¢ficos de este autor poco dado a esconder su lado oscuro, pero no solo porque, casi al final del mismo, ¨¦l se identifique como el ni?o perdido, sino tambi¨¦n porque afirma en concreto estar transcribiendo un sue?o que tuvo un par de a?os despu¨¦s de la desaparici¨®n de su madre. El sobrenatural encuentro so?ado entre ambos cubri¨® sus respectivos rostros del roc¨ªo perlado de las l¨¢grimas, que expresaban simult¨¢neamente el dolor de la p¨¦rdida y la alegr¨ªa del inesperado encuentro, las inseparables caras del don de la vida.

Por lo dem¨¢s, esta antolog¨ªa de cuentos, seleccionada con buen tino did¨¢ctico por Ednodio Quintero, recoge en un sint¨¦tico haz el complejo delta del caudaloso curso narrativo de Tanizaki, uno de los mejores escritores japoneses del mundo contempor¨¢neo. Sin embargo, entre todos ellos, es particularmente sobrecogedor Nostalgia de mi madre, donde descubrimos, a trav¨¦s de la puerta secreta de nuestros sue?os, c¨®mo somos el precioso sarc¨®fago donde se atesora la imprescindible memoria de nuestros amados seres desaparecidos, aquellos quienes han dado luz y sentido a nuestra existencia, formando una parte imperecedera de ella.