Fuego y arte de Canarias
Dos exposiciones coinciden en reivindicar tradici¨®n y modernidad en la poes¨ªa y en la pintura de Canarias
Manolo Millares (Gran Canaria, 1926-Madrid, 1972) representa la diana en la que se fija la modernidad en el arte del archipi¨¦lago. Y una imagen suya, un v¨ªdeo en el que se envuelve en los ropajes de una momia guanche, parece un s¨ªmbolo de c¨®mo su arte, que convoca el fuego y la tierra, representa la poes¨ªa y la pl¨¢stica del siglo XX en las islas desde que estas fueron alumbradas para la historia.
Esa imagen, tomada por el doctor Alberto Portera poco antes de la muerte de Millares, es uno de los hallazgos de la exposici¨®n Pintura y poes¨ªa. La tradici¨®n canaria del siglo XX, abierta en el TEA (Tenerife Espacio de las Artes) de Santa Cruz de Tenerife. Al tiempo, la Fundaci¨®n CajaCanarias ha abierto en la misma ciudad Paisaje-Identidad-Lenguaje, el conjunto de su colecci¨®n de arte del siglo XX, que complementa, sin que fuera previsto, la antolog¨ªa po¨¦tico-pict¨®rica del TEA.
Las dos exposiciones recogen obras de similares artistas; una va a la ra¨ªz de los mitos isle?os, la otra se conduce hacia la pl¨¢stica que ha nacido tambi¨¦n desde el paisaje, natural o ¨ªntimo, de los artistas insulares del siglo XX.
Andr¨¦s S¨¢nchez Robayna, poeta, y Fernando Castro Borrego, cr¨ªtico de arte, ambos catedr¨¢ticos, recibieron del Gobierno canario la encomienda de la exposici¨®n abierta en el TEA: ¡°Interpretar la creaci¨®n art¨ªstica y literaria de las islas a partir de los mitos y la representaci¨®n simb¨®lica¡±. Ah¨ª est¨¢n, pues, todos esos elementos, ¡°y otros ejes: el mito, la historia, el signo isla, la luz y el signo cuerpo¡±. Esos ejes, se?alan, est¨¢n mezclados ¡°con enorme fuerza¡± en los poetas y artistas del siglo XX, ¡°fruto de una imaginaci¨®n ligada a los mitos (el Jard¨ªn de las Hesp¨¦rides, la Selva de Doramas¡), la historia, la cultura y, m¨¢s a¨²n, la realidad geogr¨¢fica y geol¨®gica del Archipi¨¦lago¡±.
¡°La filosof¨ªa de la imaginaci¨®n material de Gaston Bachelard y otros fenomen¨®logos¡± inspiran esa conjunci¨®n de elementos y de mitos que se confrontan en las enormes salas del TEA. Ambos comisarios est¨¢n orgullosos de haber encontrado documentos in¨¦ditos, o poco vistos: el impresionante mural de N¨¦stor (El jard¨ªn de las Hesp¨¦rides, que no se ve desde que se exhibi¨® por primera vez en Barcelona, en 1909), as¨ª como un collage de Manolo Millares, un dibujo de Felo Monz¨®n, un poema de Alonso Quesada y otro de Luis Feria. Est¨¢n presentes La mirada atl¨¢ntica, cuadros del tambi¨¦n gran poeta Manolo Padorno y obras nacidas tambi¨¦n de la inspiraci¨®n de esos mitos isle?os del escultor Mart¨ªn Chirino o del muy tel¨²rico C¨¦sar Manrique, todos coet¨¢neos de Millares.
El arte de Canarias marca, en el siglo XX, los signos de la modernidad que van apareciendo en Europa; hasta el surrealismo, en el periodo de entreguerras, las islas reciben del continente influjos que se van mezclando con la tradici¨®n. La representaci¨®n del fuego o de la tierra o de la gente (?scar Dom¨ªnguez, Oramas, Manrique, N¨¦stor, Pedro Gonz¨¢lez, Juan Ismael, Felo Monz¨®n¡) van en consonancia con la poes¨ªa de Pedro Garc¨ªa Cabrera, Luis Feria, Tom¨¢s Morales¡ Tom¨¢s Morales (Las rosas de H¨¦rcules) y N¨¦stor (aquel Jard¨ªn de las Hesp¨¦rides), as¨ª como la luz ¨ªntima, asombrosamente po¨¦tica, de Cristino de Vera, son, por decirlo as¨ª, la esencia l¨ªrica del arte de Canarias en el siglo XX, en lo que tiene de insular y en lo que es consecuencia de lo que est¨¢ sucediendo afuera.
No es, dicen los comisarios, ni una historia art¨ªstica ni una historia literaria, ¡°no caben todos los que tendr¨ªan que haber cabido en una muestra de esas caracter¨ªsticas¡±. ¡°La elecci¨®n de las obras ¨Cpl¨¢sticas y literarias¡ªaspiran antes que nada a arrojar luz sobre esos s¨ªmbolos, mitos e im¨¢genes, y a hacerlo de manera sint¨¦tica¡±. Hay mujeres (Maribel Nazco, Mar¨ªa Bel¨¦n Morales, entre otras), pero no hay tantas como podr¨ªa haber habido; ellos se remiten a ese prop¨®sito (apuntar met¨¢foras, no tanto nombres propios), pero aconsejan esperar al cat¨¢logo, que a¨²n no ha salido, para responder a las cr¨ªticas habidas en contra de esas y de otras omisiones.
Paisaje-Identidad-Lenguaje, abierta en las salas de la Fundaci¨®n CajaCanarias, es el precipitado de treinta a?os de la colecci¨®n de pinturas o esculturas de la entidad mencionada. ?lvaro Marcos Arvelo, poeta, que la ha preparado con los especialistas Jos¨¦ Farrujia y Nilo Palenzuela, han encontrado en esos fondos correspondencias art¨ªsticas con artistas del siglo XX, como ?scar Dom¨ªnguez, Juan Ismael, Cristino de Vera, Pedro Gonz¨¢lez, Pepe D¨¢maso, Jos¨¦ Abad, Emilio Machado, Lola Massieu, Lola del Castillo, C¨¦sar Manrique o Manuel Padorno¡ En esas obras se expresa el ensimismamiento insular, la ansiedad por abrazar la modernidad, y todo ello, indica Arvelo, para mostrar, como dice el cr¨ªtico Domingo P¨¦rez Minik, testigo muy singular del siglo XX en las islas, que ¡°el canario se sacude el aislamiento mirando hacia adentro¡±.
Cada artista, un individuo, ¡°cada uno, hijo de s¨ª mismo¡±, pero todos, dice ?lvaro Marcos Arvelo, ¡°buscando la identidad a trav¨¦s de la mirada, y coincidiendo, en ese periodo, con los nudos art¨ªsticos que se van conformando en Europa¡±.
Desde las islas, con el mundo, parecen decir las dos exposiciones. La dura realidad de las islas, como dec¨ªa el citado P¨¦rez Minik, d¨¢ndole fuerza y sentido a una inspiraci¨®n que nace del centro de la tierra. Una b¨²squeda que tiene su met¨¢fora en esa imagen de Manolo Millares, quiz¨¢ el m¨¢s representativo de los artistas modernos nacidos en el siglo XX de Canarias, envolvi¨¦ndose como se envolv¨ªan los guanches en tiempos remotos, cuando les llegaba el momento mismo de la definitiva reuni¨®n con la tierra.
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