Bienalsur, 18.370 kil¨®metros de arte contempor¨¢neo

De antiguo hotel de inmigrantes, puerta de entrada de m¨¢s de un mill¨®n de europeos a Argentina a principio del siglo XX, a kil¨®metro cero de la I Bienal Internacional de Arte Contempor¨¢neo de Am¨¦rica del Sur (Bienalsur). Desde este edificio de Buenos Aires, situado frente al R¨ªo de la Plata, se expande un ambicioso itinerario art¨ªstico a lo largo de 18.370 kil¨®metros en 32 ciudades de todo el mundo que aspira a alterar el mapa cultural durante los pr¨®ximos dos meses. "Queremos rehacer los pasaportes para resituar a nivel internacional el arte y la cultura sudamericanos", dice An¨ªbal Jozami, director general de la Bienal y rector de la Universidad Nacional Tres de Febrero (Untref). En un mundo donde se levantan muros, Bienalsur busca ir contra la corriente y crear lazos a trav¨¦s del arte que promuevan la inclusi¨®n y la aceptaci¨®n de la diversidad.

Bienalsur se apoya en la tecnolog¨ªa y el espacio p¨²blico para traspasar fronteras f¨ªsicas y temporales y acercar el arte a grandes sectores sociales ajenos a museos y galer¨ªas. Un dedo gigante apunta a los viajeros de las principales estaciones de tren de la ciudad argentina por obra de Graciela Sacco; un r¨®tulo luminoso del mallorqu¨ªn Bernard¨ª Roig advierte "Cuidado con la cabeza" a quienes se acercan al Centro Cultural Recoleta; unas botellas gigantes y luminosas colocadas en el contaminado Riachuelo por el brasile?o Eduardo Srur invitan a reflexionar sobre la relaci¨®n del ser humano y el agua. A partir del fin de semana, a las m¨²ltiples intervenciones callejeras se les sumar¨¢ el videojuego Willitu, una especie de Pok¨¦mon Go art¨ªstico que permitir¨¢ a los jugadores cazar con sus m¨®viles obras escondidas por toda la ciudad y convertirse en coleccionistas virtuales.

"Es una plataforma din¨¢mica de pensamiento y trabajo en red que busca establecer lazos en la horizontalidad, por eso es multipolar y hace de cada punto un centro en relaci¨®n y simultaneidad con los dem¨¢s", se?ala la directora art¨ªstica Diana Wechsler. Los visitantes pueden asomarse de pa¨ªs en pa¨ªs trav¨¦s de las ventanas digitales abiertas en cada una de las 84 sedes e interactuar con quienes est¨¦n al otro lado.

Wechsler destaca que desde sus or¨ªgenes Bienalsur se plante¨® modificar las reglas de juego preestablecidas y ensayar otras alternativas. En vez de convocar a un grupo de comisarios para que seleccionase obras, hizo un llamamiento abierto que atrajo 2.500 propuestas, de las que finalmente se seleccionaron las de 350 artistas. Tampoco tiene un calendario cerrado, sino escalonado a lo largo del tiempo. El japon¨¦s Katsuhiko Hibino, profesor en la Universidad Nacional de Bellas Artes de Tokio, comenz¨® a trabajar hace meses junto a ni?os y adolescentes autistas para Bienalsur y el fot¨®grafo iran¨ª Reza Deghati ense?¨® a j¨®venes de la villa miseria Fuerte Apache a captar su vida con la c¨¢mara para mostrarla al p¨²blico en estos d¨ªas.

El circuito es inabarcable y polif¨®nico, pero est¨¢ marcado por la cr¨ªtica social y pol¨ªtica, con proyectos que invitan a reflexionar sobre problem¨¢ticas como las fronteras, la memoria y el cuidado del medio ambiente. En la nueva sede de la Untref en el antiguo zool¨®gico de Buenos Aires -dedicada a la biodiversidad- una pantalla muestra Misterios, de uno de los invitados estrella de Bienalsur, el franc¨¦s Christian Boltanski, reconocido por sus instalaciones monumentales, que aluden a la memoria y la muerte. En un lugar remoto de la costa patag¨®nica argentina, el artista ha instalado unas cornetas de doble cono con las que pretende dialogar con las ballenas "para que ellas nos respondan con sus misterios", dice. Boltanski eligi¨® a prop¨®sito una ubicaci¨®n alejada de todo, donde el ¨²nico sonido es el viento, con el objetivo de convertir la idea en mito. "No hace falta tener enfrente la obra. El conocer ese mito, el de un hombre que quiso dialogar con las ballenas, vale m¨¢s que la pieza en s¨ª. Igual que no hace falta ir a Jap¨®n para escuchar 120.000 latidos humanos ni a Chile para escuchar la sinfon¨ªa de las 800 campanas japonesas", agrega, en referencia a otros de sus proyectos recientes.

El v¨ªdeo de Boltanski dialoga con los de otros invitados internacionales. La polaca Angelica Markul expone en Memoria del glaciar la fragilidad del Perito Moreno, Srur llama la atenci¨®n sobre la contaminaci¨®n de las aguas con PETS y el argentino residente en Berl¨ªn Charly Nijensohn pone en cuesti¨®n la posici¨®n del hombre ante la inmensidad de la naturaleza.

El cubano Ren¨¦ Francisco y el benin¨¦s Jo?l Andrianomearisoa invitan a reflexionar sobre los procesos migratorios. Mar de Balseros recrea sobre paletas de pintor un mar en calma, visto desde la costa, que comienza a oscurecerse. S¨®lo en la ficha t¨¦cnica se refleja el tama?o de esa oscuridad: Entre el a?o 2000 y el 2016, la Organizaci¨®n Internacional de las Migraciones registr¨® 22.000 muertes de inmigrantes africanos y asi¨¢ticos que intentaban llegar por mar a Europa. En las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, 18.000 balseros cubanos han fallecido en la tentativa de alcanzar el sue?o americano. Con intervenciones en m¨²ltiples idiomas en las calles de Buenos Aires y de Coton¨² y Ouidah (kil¨®metro 7.827 del itinerario) Andrianomearisoa recrea la incomprensi¨®n de los reci¨¦n llegados a tierras extranjeras.

Montevideo, S?o Paulo, Lima, Bogot¨¢ y La Paz son algunas de las capitales latinoamericanas que participan en el proyecto. Madrid y Par¨ªs, las europeas, y Bienalsur toca las costas australianas en Frankston, a las afueras de Melbourne, para llegar hasta el extremo norte, Tokio, el kil¨®metro 18.370, punto final de la marat¨®n art¨ªstica.