Atavismo de la violencia
La presencia de un perverso y fornicador monstruo con tent¨¢culos no es m¨¢s que la met¨¢fora de una sociedad atada a la violencia
LA REGI?N SALVAJE
Direcci¨®n: Amat Escalante.
Int¨¦rpretes: Simone Bucio, Ruth Jazm¨ªn Ramos, Jes¨²s Meza, Eden Villavicencio.
G¨¦nero: drama. M¨¦xico, 2016.
Duraci¨®n: 100 minutos.
Que una pel¨ªcula provoque interpretaciones tan distantes como las que ha ocasionado La regi¨®n salvaje es la mejor muestra de su complejidad y de su trascendencia. Buena parte de los comentarios de los especialistas ha incidido en el car¨¢cter fant¨¢stico, incluso terror¨ªfico, de la casi suicida propuesta del mexicano Amat Escalante en su cuarto largometraje, de este relato ambientado en Guanajuato que comienza con un meteorito camino de la Tierra, como s¨ªmbolo del Apocalipsis que se cierne sobre el ser humano.
El que esto escribe, sin embargo, prefiere ver la pel¨ªcula no como una mezcla de g¨¦neros, entre el drama social, el fant¨¢stico y el horror, sino como una terrible desdicha aleg¨®rica, en la que la presencia de un perverso y fornicador monstruo con tent¨¢culos no es m¨¢s que la met¨¢fora de una sociedad ¨Dsi es que, en un esfuerzo por blanquear el concepto, puede llam¨¢rsela as¨ª?¨D atada desde tiempos inmemoriales a la violencia, sobre todo a la de g¨¦nero.
Escalante, nacido en Barcelona, de padre mexicano y madre estadounidense, crecido precisamente en Guanajuato, y forjado en lo cinematogr¨¢fico entre Catalu?a (en el experimental CECC) y Cuba (San Antonio de Ba?os), despliega en La regi¨®n salvaje un tratado sobre el atavismo de la violencia, una herencia que pasa de padres a hijos con la espontaneidad de lo que siempre ha estado ah¨ª, desde tiempos remotos, desde ¨Dy he ah¨ª la figura ret¨®rica, que no la imagen f¨ªsica¨D la ca¨ªda de un meteorito que fue forjando ra¨ªces que se han convertido en ancestrales. Y no se trata tanto de dar explicaciones de herencia latente como de mostrar la imposibilidad de ruptura con la espeluznante raigambre.
As¨ª, un hermoso y cruel plano podr¨ªa ejercer de paradigma de la naturalidad con la que se viven ciertas situaciones: la c¨¢mara se aleja de un cuerpo desnudo semienterrado en el cieno, y Escalante, premio al mejor director en Venecia 2016, abre el plano cada vez m¨¢s, culminando con un encuadre en el que una familia, ni?os incluidos, observa casi con delectaci¨®n el espect¨¢culo policial y m¨¦dico alrededor de la v¨ªctima.
En Guanajuato, uno de los estados m¨¢s violentos en la cuesti¨®n de g¨¦nero, reinan el machismo, el tab¨² de la homosexualidad y las agresiones sexuales a las mujeres. Una combinaci¨®n que se perpet¨²a a trav¨¦s de m¨²ltiples factores ¨Dpol¨ªticos, legales, sociales, religiosos, judiciales y policiales¨D, en medio de una corrupci¨®n tambi¨¦n generalizada. Y Escalante, tan poderoso en imagen y sonido como en la excelente Heli (2013), aunque sin su atroz explicitud, apuesta esta vez por la simbolog¨ªa: cada una de las extremidades de ese monstruo presuntamente alien¨ªgena no es m¨¢s que un apartado de la sociedad mexicana.
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