Un ente impredecible

Entre otras cosas, Sparks aparecieron sobre la faz de la Tierra para que vi¨¦semos que en el rock se pod¨ªa exagerar a placer sin resultar histri¨®nico. Un hito consolidado gracias a un exacerbado sentido del humor, o lo que es lo mismo, al hecho de no tomarse a s¨ª mismos en serio. ?Sparks ya eran as¨ª cuando en 1974 triunfaban con canciones de inusual estructura y t¨ªtulos como ¡®Esta ciudad no es lo suficiente grande para los dos¡¯. Interpretado por Queen, este tema hubiese impulsado a un gran n¨²mero de humanos a hacer lo que se dice que hacen los lemmings: lanzarse por el acantilado m¨¢s pr¨®ximo. Es milagroso que 40 a?os despu¨¦s, Sparks, que apostaron por el eurodisco cuando este tipo de asuntos daban mala reputaci¨®n si te dedicabas al rock; que han tenido no pocos altibajos creativos, pero nunca han dejado de hacer lo que les apetec¨ªa, sigan aqu¨ª. Russell Mael canta dram¨¢ticamente pero sin afectaci¨®n las canciones de su hermano Ron, ambos ocupando un mundo reconocible a a?os luz de distancia. Escribiendo sobre ellos, Morrissey ¡ªuno de sus herederos art¨ªsticos, al cual dedicaron en 2009 Lighten Up Morrissey¡ª afirm¨® que Ron Mael era un genio y ¡°?d¨®nde pueden vivir los genios si no es en el infierno?¡±.

Hippopotamus, su ¨¢lbum n¨²mero 23, es una s¨ªntesis de muchas de las cosas que han hecho antes, canciones pop que se amoldan sin ning¨²n tipo de complejo a sonidos que enfaticen su mensaje. Su disco anterior fue una colaboraci¨®n con Franz Ferdinand, un proyecto bautizado FFS (2015) que les hizo replantearse su aproximaci¨®n a la canci¨®n pop. Su ¨²ltimo ¨¢lbum como Sparks, publicado en 2009, result¨® ser una ficci¨®n musicalizada sobre Ingmar Bergman, encargo de Sveriges Radio, la emisora p¨²blica sueca. Y Lil¡¯ Beethoven (2002) era un acercamiento del pop a la m¨²sica repetitiva, un afortunado experimento que ratific¨®, una vez m¨¢s, que Sparks es un ente impredecible. Ahora los tenemos de vuelta haciendo canciones que hablan sobre la intersecci¨®n entre el amor y el dise?o escandinavo, el v¨¦rtigo urbano y una piscina donde flotan cuadros de El Bosco, un microb¨²s conducido por un hippy y un hipop¨®tamo.

¡®What The Hell Is It This Time?¡¯, con esos arreglos orquestales fundi¨¦ndose con el riff rockero en la piel de la canci¨®n, es lo que podr¨ªamos denominar como la canci¨®n arquet¨ªpicamente Sparks. Antes de que nacieran Pet Shop ?Boys, los hermanos Mael ya se re¨ªan de todo ¡ªtambi¨¦n de ellos mismos¡ª sin que se notara m¨¢s de la cuenta. En ¡®Edith Piaf (Said It Better Than Me)¡¯, entre pianos fastuosos y solos de guitarra que a otros les sentar¨ªan como un tiro, los c¨¢usticos setentones proclaman: ¡°Vive r¨¢pido y muere joven?/ demasiado tarde para eso¡±. Llaman a Leos Carax para que cante que ¡°cuando eres un director franc¨¦s?/ todas las escenas deben ser oscuras como el infierno¡± en una de las pocas canciones prescindibles de un disco excelente.

Las modas nacen y mueren; ?Sparks se mantienen como si nada. Imprescindibles para aquellos que los aman, invisibles para el resto. Edith Piaf lo expres¨® mejor que ellos. Ils ne regrettent rien.