Material neobarroco y conciencia social
Los componentes del grupo Kor¡¯sia est¨¢n experimentando, buscando sus v¨ªas m¨¢s o menos propias de expresi¨®n

Los componentes de Kor¡¯sia est¨¢n experimentando, buscando sus v¨ªas m¨¢s o menos propias de expresi¨®n. Lo que hemos visto en la sala negra de los Teatros del Canal bajo el t¨ªtulo?Human ayer d¨ªa 15 y que se podr¨¢ ver hoy d¨ªa 16 tambi¨¦n, no es un espect¨¢culo terminado, sino las primeras escenas reunidas de esas indagaciones est¨¦ticas y de funci¨®n esc¨¦nica. Sus componentes fijos y animadores, los italianos Mattia Russo (Avelino, 1988), Antonio de Rosa (Castellammare di Stabia, 1988) y Giuseppe Dagostino (Conversano, 1988), los dos primeros hasta la temporada pasada miembros de la Compa?¨ªa Nacional de Danza y el ¨²ltimo actualmente en la plantilla del Ballet de Lorraine en Nancy, desde muy j¨®venes mostraron las inquietudes propias de la creaci¨®n cor¨¦utica, adem¨¢s de reputarse como buenos bailarines. Han pasado por diversas etapas, algunas m¨¢s rupturistas que otras, pero siempre se encuentra en ellos la marca del poso formativo, y eso los distingue en el panorama del quehacer contempor¨¢neo, siempre ecl¨¦ctico y muchas veces evidenciando costuras de trazo grueso. En Kor¡¯sia el producto tiende a mostrarse con un pulimento y dibujo definido, y eso viene directamente de las experiencias de sus componentes. Para Human, los Kor¡¯sia han contado con alumnos de un conservatorio de danza de la capital, lo que permite ampliar la plantilla, nutrir la presencia esc¨¦nica con el consiguiente impacto sobre el corpus coreogr¨¢fico.

Tengamos en cuenta que los creadores de hoy se enfrentan, tanto en la danza como en otras materias art¨ªsticas, a un esfuerzo doble de selecci¨®n de qu¨¦ elementos y qu¨¦ formas usar¨¢n. El creciente, imparable bombardeo de informaciones y seudoinformaciones, el pol¨ªptico avasallador que brindan redes y otros canales, ponen al artista en un dilema complejo de s¨ªntesis. No es que antes no pasara, sino que ahora suman a la inquietud un panorama de saturaci¨®n crom¨¢tica constante. Ya Gillo Dorfles planteaba en el lejano 1979, cuando ni Russo, De Rosa y Dagostino hab¨ªan nacido, que ciertas constantes de saturaci¨®n aparec¨ªan c¨ªclicamente bajo el cuestionable marchamo de ¡°neobarroco¡±, un concepto algo bizarro, pero ¨²til al analista. Esas ¡°constantes barrocas¡±, que no son siempre ni precisamente acumulativas, vuelven desde las tinieblas del fondo de la escena, como en los cuadros de seguidores tenebristas. La pr¨¢ctica es la misma, se quiera decir lo que se quiera. En este caso, se afina sin paliativos sobre el compromiso social y pol¨ªtico.
Human trata de los derechos humanos y cita la declaraci¨®n universal del 1948, esta vez sobre un v¨ªdeo art¨ªstico donde se oye una cantata de Juan Sebastian Bach, provocando un sobrecogedor efecto en el p¨²blico. Tambi¨¦n hay un combate de boxeo mixto donde un bailar¨ªn lleva la bandera norteamericana cosida en su vestuario y el oponente la bandera italiana, algo que salta m¨¢s all¨¢ de un simple decorativismo. Sobre repentinos y c¨ªclicos oscuros se arma y desarma el cuadril¨¢tero, la arena de la lucha o el p¨¢ramo del desarraigo; y tambi¨¦n se alude, entre otras influencias, a la animal¨ªstica (tan presente en una etapa remota de Kilian), a La mesa verde de Kurt Jooss y a la organizaci¨®n del William Forsythe de los tiempos deconstructivistas. En?Human hay muy buenas ideas que a¨²n deben ser depuradas, decantadas hacia una lectura m¨¢s clara y unitaria. Y esto vale tanto para la banda sonora como para los materiales cor¨¦uticos o de movimiento.
Participa de nuevo la bailarina de la CND Agnes L¨®pez R¨ªo encarnando un breve pero notorio personaje?surrealizante que recuerda al imaginario de El Bosco o quiz¨¢s Brueghel; ella se mantiene fiel como colaboradora de Kor¡¯sia, y en cierto sentido es parte de la matriz pl¨¢stica del grupo. Kor¡¯sia debe ser seguido de cerca y su pr¨¢ctica demuestra c¨®mo la escol¨¢stica en apariencia m¨¢s conservadora puede ponerse al servicio de una intenci¨®n y de un producto absolutamente contempor¨¢neo, principio que informa a la obra misma en su dibujo.
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