Emancipaci¨®n del delirio
Matthew Vaughn y su coguionista Jane Goldman consiguen trascender muchas de las debilidades de la primera pel¨ªcula
¡°?Sabe a qu¨¦ se parece esto? A una de esas pel¨ªculas antiguas que tanto nos gustan¡±, dec¨ªa Samuel L. Jackson al final de la secuencia m¨¢s grotescamente violenta de Kingsman: Servicio secreto (2014). En ella, Colin Firth, en la piel de un esp¨ªa brit¨¢nico manipulado por las ondas de una tarjeta Sim, mataba a todos los fundamentalistas que atestaban una iglesia de Kentucky, alternando disparos en la cabeza, pu?aladas en globos oculares, hachazos y otras variedades de agresi¨®n fatal. ¡°Pero esto es otro tipo de pel¨ªcula¡±, a?ad¨ªa el villano encarnado por Samuel L. Jackson antes de eliminar a su interlocutor mediante un expeditivo tiro en el ojo. En realidad, que este era otro tipo de pel¨ªcula ¨Cy no una de esas a?oradas cintas de esp¨ªas de los 60 y 70 donde el exceso imaginativo campaba a sus anchas- ya hab¨ªa estado claro desde el principio: la pel¨ªcula de Matthew Vaughn era puro esp¨ªritu contempor¨¢neo, definido por su epid¨¦rmico sentido de la provocaci¨®n, su cinismo de instituto, su ingenuidad a la hora de no asimilar lo trasnochado de su banalizaci¨®n de la violencia y su despreocupaci¨®n a la hora de comprometer su identidad estil¨ªstica confiando sus escenas de acci¨®n a la hip¨¦rbole digital de trazo grueso. Kingsman: Servicio secreto era, tambi¨¦n, puro Mark Millar: un caracter¨ªstico producto de la imaginaci¨®n de ese guionista al que cost¨® poco postularse como relevo de los Moore, Morrison y Gaiman que elevaron el tebeo brit¨¢nico a nuevas cotas de sofisticaci¨®n. Y al que a¨²n le cost¨® menos dejar de pensar en t¨¦rminos de obra y discurso para hacerlo en t¨¦rminos de franquicia y expansi¨®n corporativa.
KINGSMAN: EL C?RCULO DE ORO
Direcci¨®n: Matthew Vaughn.
Int¨¦rpretes: Taron Egerton, Julianne Moore, Mark Strong, Channing Tatum.
Gran Breta?a, 2017
Duraci¨®n: 141 minutos.
En Kingsman: el c¨ªrculo de oro, Matthew Vaughn y su coguionista Jane Goldman consiguen, no obstante, trascender muchas de las debilidades de esa primera pel¨ªcula. Liberada de contar los or¨ªgenes de su personaje central, la pel¨ªcula puede entregar su generoso metraje a la emancipaci¨®n del delirio en su expl¨ªcito jugueteo con los t¨®picos: aqu¨ª, los atildados esp¨ªas british interact¨²an con sus hom¨®logos americanos, cruces de superagente y cowboy, frente a una villana ¨Cuna juguetona, chispeante Julianne Moore- con nostalgia de la Am¨¦rica de los 50. Todo se deja regar por unas corrientes de absurdo ¨Clos perros robot, las jaulas para drogadictos, Elton John, la asunci¨®n de un democr¨¢tico consumo t¨®xico- que manan directamente de las fuentes primigenias de Los Vengadores de Brian Clemens. Incluso el estilo visual parece m¨¢s fluido.
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