Thomas Struth: documentando lo invisible
Una retrospectiva y un libro recorren la obra de este influyente fot¨®grafo, en la que indaga en el trasfondo cultural, psicol¨®gico e hist¨®rico de la sociedad moderna
Las calles que fotograf¨ªa Thomas Struth (Geldern, Alemania, 1954) suelen estar vac¨ªas. Raras veces hay humanos, bien sea en N¨¢poles, D¨¹sseldorf o Nueva York. Grandes edificios por cuyos ventanales no se asoma nadie bordean las desiertas avenidas en donde los coches se erigen en figuras protagonistas. Im¨¢genes urbanas en las que no ocurre nada. En ellas se palpa la soledad y el desasosiego del hombre frente a su propia obra. Estas im¨¢genes marcan los inicios de este artista alem¨¢n reconocido como uno de los fot¨®grafos m¨¢s influyente del momento, cuya cotizaci¨®n bate r¨¦cords dentro del mercado del arte. Su obra abarca cuatro d¨¦cadas, durante las cuales no ha dejado de reflexionar sobre las ambiciones, los logros y el discurrir del hombre en la sociedad moderna.
¡°La obra de Thomas Struth oscila entre la documentaci¨®n y la interpretaci¨®n, entre el an¨¢lisis social y la lectura psicol¨®gica¡±, destaca Eva Mar¨ªa Fahrner-Turtsek en su introducci¨®n al libro publicado por Schirmer/Mosel, Thomas Struth, que sirve de cat¨¢logo para la exposici¨®n que organiza el museo Hans der Kunst en M¨²nich. Se trata de la mayor y m¨¢s completa retrospectiva del artista celebrada hasta la fecha. En ella se exhiben im¨¢genes de sus series fotogr¨¢ficas m¨¢s conocidas, en las que el autor se cuestiona la relevancia de los espacios p¨²blicos, la transformaci¨®n de las ciudades, la solidaridad de la familia, la funci¨®n del arte, nuestra relaci¨®n con la naturaleza y los l¨ªmites de las nuevas tecnolog¨ªas. El artista nos adentra en nuestro entorno, tanto en el m¨¢s inmediato como en el m¨¢s lejano, de una manera muy personal a trav¨¦s de im¨¢genes cuidadosamente compuestas. Tan neutrales como monumentales, sus obras se erigen como inquietantes verdades incuestionables.
¡°Lo que otorga a las fotograf¨ªas de Struth su car¨¢cter individual e inconfundible es que son las mismas preguntas que ¨¦l mismo se cuestiona las que nos traslada a los dem¨¢s¡±, destaca Thomas Weski en el cat¨¢logo. Tan subjetivas como objetivas, sus im¨¢genes son fruto de un proceso de exploraci¨®n anal¨ªtico. As¨ª, siendo un estudiante decidi¨® abandonar sus estudios de pintura para dedicarse a la fotograf¨ªa. ¡°Me percat¨¦ de que estaba m¨¢s interesado en trabajar sobre aquello que estaba afuera, en el mundo, y no aquello que quedaba restringido a mi propia psicolog¨ªa¡±, declaraba el artista en una entrevista con ASX. ¡°Me di cuenta de que era una persona social y pol¨ªtica, y de que estaba fascinado por los procesos anal¨ªticos. Cabe decir que toda parte de mi obra refleja la postura de un ser humano que toma parte activa en la vida, lo que suena muy banal y general, pero no obstante es lo que me interesa¡±.
Naci¨® en la Alemania de la posguerra, hijo de un soldado que combati¨® en la Segunda Guerra Mundial, donde fue herido gravemente. Exorciz¨® los fantasmas de la guerra a trav¨¦s de su afici¨®n por la m¨²sica (tocaba la flauta y el saxof¨®n) y la pintura. Estudi¨® en la academia de pintura de D¨¹sseldorf, donde tuvo de maestro a Gerhard Richter. Fue all¨ª donde descubri¨® la fotograf¨ªa. Bernd y Hella Becher le introdujeron en el uso de la c¨¢mara de gran formato, que utilizar¨¢ para captar las calles de la ciudad con minucioso detalle. La opresora atm¨®sfera cargada de silencio que se desprende de estas im¨¢genes revela la sensibilidad de su autor frente a la historia y habla de cicatrices invisibles y del mutismo de toda una generaci¨®n traumatizada por la guerra.
En 1977 lleg¨® a Nueva York con una beca. Continuar¨¢ fotografiando calles, desde una perspectiva central. En un a?o tuvo lugar su primera exposici¨®n, donde sus im¨¢genes se vendieron por cincuenta d¨®lares ¡ªen el 2007 una de sus im¨¢genes de Pante¨®n, pertenecientes a la serie Museums photographs superar¨¢ el mill¨®n¡ª. Esto le llev¨® a fotografiar m¨¢s de cincuenta ciudades a lo largo de todo el mundo adentr¨¢ndose en el uso del color, y tuvo como fruto la serie llamada Unconcious Places, en clara referencia a c¨®mo los procesos sociales inconscientes de una comunidad quedan expresados en el paisaje urbano.
Una de sus series m¨¢s conocida es Museums photographs. En ella el fot¨®grafo ha retratado las principales instituciones art¨ªsticas del mundo (entre ellas, el Prado) en formatos que en ocasiones alcanzan casi el tama?o natural. ¡°El pasado y el presente se unen en esas im¨¢genes, que toman como tema la relaci¨®n entre la obra de arte y su observador, as¨ª como el examen de la historia¡±, se?ala Weski. Ver arte es algo que ha cambiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Los museos han dejado de ser solo un lugar de contemplaci¨®n y se han convertido tambi¨¦n en un destino tur¨ªstico y un lugar m¨¢s de ocio. Los visitantes de los museos que fotograf¨ªa Struth parecen absortos ?Qu¨¦ ven? ?Qu¨¦ buscan?, nos preguntamos. Nuevamente el hombre se enfrenta a su propia obra y aparece empeque?ecido y perdido frente a ella.
En los retratos de la serie Family cada miembro aparece descrito tanto como individuo como parte del colectivo. En ellos parece quedar al descubierto toda la red de emociones que genera la estructura familiar. ¡°Las fotograf¨ªas revelan las relaciones de los miembros y las jerarqu¨ªas existentes dentro de esta peque?a c¨¦lula de la sociedad; las relaciones entre ellos se hacen visibles¡±, escribe Weski. ¡°El lenguaje corporal, los gestos, las expresiones faciales denotan caracter¨ªsticas individuales que trasmiten valores profundamente humanos de una manera emotiva, con lo que el espectador se puede identificar directamente¡±.
La naturaleza nos apabulla y sobrecoge en la serie New pictures from paradise. Struth fotografi¨® bosques y selvas en Am¨¦rica del Sur, As¨ªa y Australia, interesado en crear im¨¢genes cuya contemplaci¨®n no estuviese determinada por la identificaci¨®n ni la clasificaci¨®n. ¡°Quer¨ªa hacer fotograf¨ªas en las que todo fuera tan complejo y detallado que pudiesen ser observadas sin parar y nunca ver nada¡±, explicaba el autor al cr¨ªtico Sean O'Hagan en 2011.
En Nature and politics, el fot¨®grafo centra su atenci¨®n en el entorno de la alta tecnolog¨ªa y los mundos artificiales que nos rodean. ¡°El acelerado progreso de la tecnolog¨ªa y la ciencia est¨¢ en proceso de anular a la humanidad. La gente no debe ser naif y debe pensar que en cada avance tecnol¨®gico existe un inter¨¦s y una direcci¨®n pol¨ªtica¡±, destaca el artista en el v¨ªdeo Thomas Struth: A life in photography. Los paisaje tecnol¨®gicos de Struth parecen casi de ciencia ficci¨®n, con sus indescifrables mara?as de cables nos recuerdan que somos capaces de elaborar sistemas complejos y sofisticados que se convierten en elementos tan extra?os e indescifrables como inhumanos. ¡°Recorrer la obra de este artista es adentrarse en la naturaleza de la construcci¨®n humana, en el tipo de espacios que creamos, en la tecnolog¨ªa que elaboramos y observar la alienaci¨®n que hemos creado para nosotros mismos¡±, destaca Iwona Blazwick, directora de la galer¨ªa Whitechapel. ¡°Sin ser did¨¢ctico, ni dram¨¢tico ni sentimental, se sit¨²a en un plano trasero, y simplemente nos muestra de lo que somos capaces. Creo que en eso consiste su genio¡±.
Thomas Struth . Schirmer/Mosel 320 p¨¢ginas. 68 euros.
Thomas Struth: Figure Ground. Haus der Kunst Museum. M¨²nich, Alemania. Hasta el 7 de enero de 2018.
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