Las novelas de la era Merkel
La inmigraci¨®n ha enriquecido las letras alemanas de la ¨²ltima d¨¦cada, marcada por la carism¨¢tica canciller, que este domingo busca la reelecci¨®n
Mansa y conservadora, como la pol¨ªtica de la canciller? ?Acomodada e intrascendente? La literatura alemana de la era Merkel, si se caracteriza por algo es por no caracterizarse por nada, m¨¢s all¨¢ de su potencia de mercado. Alemania es el pa¨ªs europeo con la industria editorial m¨¢s potente y su sistema de premios, becas y casas de literatura produce y promociona cada a?o unos 10.000 t¨ªtulos. La mera cantidad ¡ªmejor dicho, su presencia medi¨¢tica¡ª, junto a la progresiva desaparici¨®n de una cr¨ªtica literaria vocacional y perspicaz, hace que para el lector sea tarea ardua discernir el grano de la paja, o simplemente abstraerse del fragor publicitario de las grandes editoriales y librer¨ªas.
Por otro lado, el perfil bajo que en las discusiones p¨²blicas mantienen la mayor¨ªa de los escritores de las nuevas generaciones contribuye a su creciente irrelevancia social; su falta de ambici¨®n art¨ªstica acaba por banalizar y uniformar los libros. Los escritores de la era Merkel se han profesionalizado: predomina el estilo artesano del periodista o guionista. Al mismo tiempo, con el postulado posmoderno del todo vale, desapareci¨® para siempre la antigua distinci¨®n entre libros de entretenimiento y lecturas intelectual y est¨¦ticamente exigentes. Sigue habiendo de los dos tipos, s¨®lo que los pedestres productos de Daniel Kehlmann, Robert Seethaler o Arno Geiger ¡ªtodos best sellers traducidos y condecorados con grandes premios¡ª resultan en la era Merkel infinitamente m¨¢s visibles que las apuestas rigurosas y audaces de Alissa Walser (publicada por Adriana Hidalgo), Clemens Meyer o Michael Roes (que apenas se traducen).
No obstante, el boyante mercado alem¨¢n acoge tambi¨¦n a los minoritarios; de hecho, es el corresponsable de la multiplicaci¨®n de tendencias y temas. Aunque el causante directo de la vital pluralidad de la literatura alemana sea sin duda la pluralidad de la sociedad alemana, la proveniencia de los autores de sistemas pol¨ªticos y de culturas diferentes. As¨ª que, ciertamente, en la ¨²ltima d¨¦cada han proliferado las novelas sobre las tribulaciones del ciudadano del bienestar (un ejemplo entre mil: Bodo Kirchhoff, Acaecimiento); las siempre embrolladas relaciones de familia (Silke Scheuermann: La hora entre el perro y el lobo; Siruela); las narraciones del yo, con detalladas inspecciones del ombligo (Thomas Glavinic: La vida de los deseos; Siruela); por no olvidar la partylocation Berl¨ªn (Sven Regener con sus novelas alrededor del simp¨¢tico borrach¨ªn Se?or Lehmann) y el eterno ba¨²l de atrezo III?Reich (Julia Franck: La mujer del mediod¨ªa; Tusquets).
Pero tambi¨¦n se han publicado una serie de novelas que interpelan de forma l¨²cida el pasado alem¨¢n reciente, como La torre (Anagrama), la monumental cr¨®nica de la decadencia de la RDA de Uwe Tell?kamp; o que esbozan grandes cuadros hist¨®ricos, como En tiempos de luz menguante (Anagrama), la saga familiar de Eugen Ruge que abarca todo el siglo XX y el hundimiento del comunismo. Llama a este respecto la atenci¨®n que los estilistas, los del s¨®lido bagaje de herramientas y referencias literarias, casi sin excepci¨®n sean autores formados en la RDA. Que adem¨¢s se esfuerzan por elaborar contenidos pol¨ªticos sutilmente contrastados.
Destacados ejemplos recientes son Lutz Seiler y Kathrin Schmidt. Seiler, conocido hasta ahora como uno de los mejores poetas alemanes, ha presentado con Kruso (Anagrama en castellano, Club Editor en catal¨¢n) un trepidante y emotivo relato multicolor sobre el sue?o colectivo de evasi¨®n de un grupo de disidentes en la RDA en el a?o antes de la ca¨ªda del Muro. Su inagotable caudal de im¨¢genes y la fuerza sugestiva del lenguaje fascinan hasta la ¨²ltima l¨ªnea de una novela que conmueve porque consigue salvar la dignidad de sus personajes quijotescos inevitablemente fracasados. Kathrin Schmidt, a su vez, ha publicado con Las hermanas de Kapok (sin traducir) ya su tercer panor¨¢mica del siglo XX a trav¨¦s de varias generaciones de mujeres luchadoras. Las peripecias de una familia jud¨ªa en la RDA se despliegan con lenguaje sereno y preciso, profundizando sutilmente en la psicolog¨ªa de la represi¨®n del pasado hasta la Alemania actual.
Otra cabal revisi¨®n del pasado traum¨¢tico del siglo XX, esta vez desde la perspectiva germano-occidental, es Morir en primavera (Libros del Asteroide), de Ralf Rothmann: una novela de ejemplar sobriedad sobre el silencio en torno a la generaci¨®n de los ni?os de la guerra, quemados en la maquinaria asesina de los nazis en la primavera de 1945. Michael Roes, novelista germano-occidental especializado en el mundo ¨¢rabe, en cambio, indaga en su libro m¨¢s reciente en los or¨ªgenes del autoritarismo alem¨¢n, adentr¨¢ndose en los abismos de la educaci¨®n prusiana del siglo XVIII. Soto del tiempo (sin traducir) recrea la estremecedora vida del amigo de juventud de Federico el Grande, el r¨¦gimen de torturas al que est¨¢ sometido, y desemboca en la ejecuci¨®n de Hans Hermann von Katte por su relaci¨®n homosexual con el pr¨ªncipe.
Personajes expulsados de la sociedad, arrancados violentamente de su entorno y cultura, pueblan tambi¨¦n la narrativa de Ter¨¦zia Mora, novelista de origen h¨²ngaro. En El amor entre extraterrestres (sin traducir) trata nuevamente de p¨¦rdidas y separaciones, del aislamiento del hombre contempor¨¢neo, y ofrece un agudo an¨¢lisis psicol¨®gico de una sociedad de individuos desgarrados interiormente bajo las apariencias de su intacta vida cotidiana. Los relatos de huida y expulsi¨®n, de desplazamientos migratorios forzados forman una parte sustancial de la literatura alemana de la ¨²ltima d¨¦cada. Su cara m¨¢s conocida es Ilija Trojanow (Sof¨ªa, Bulgaria), que con su espl¨¦ndida novela El coleccionista de mundos (Tusquets) cosech¨® un ¨¦xito internacional. La nueva generaci¨®n la forman, entre otros, Olga Grjasnowa (Bak¨², Azerbaiy¨¢n), Katja Petrowskaja (Mosc¨²), Abbas Khider (Bagdad, Irak) y Marjana Gaponenko (Odessa, Ucrania), todos autores alemanes que ¨²ltimamente han tematizado esplendor y miseria de la doble identidad de los nacidos entre varias lenguas y culturas.
Ah¨ª, entre estos autores de procedencias diversas, se abre un campo ancho y f¨¦rtil: es probable que la decisi¨®n de Angela Merkel de acoger a un mill¨®n de refugiados ya est¨¦ germinando literariamente.
Cecilia Dreym¨¹ller es autora de ¡®Incisiones. Panorama cr¨ªtico de la narrativa en lengua alemana desde 1945¡¯ (Galaxia Gutenberg).
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