El lugar feliz de ¡®The Good Place¡¯
Hay series que cumplen un papel casi humanitario: hacernos sonre¨ªr durante unos minutos
Hay series que cumplen un papel casi humanitario: cada semana durante unos minutos nos transportan a nuestro lugar feliz. Esas que vemos sin poder borrar la sonrisa de la boca, que acompa?an cual amigo de toda la vida y con cuyos personajes conectamos profundamente. Suena banal, y, sin embargo, es una de las grandes tareas de la televisi¨®n desde su creaci¨®n. La pantalla es nuestro animal de compa?¨ªa y series como The Good Place, la felicidad con patatas.
Esta comedia, cuya segunda temporada acaba de estrenar Netflix, brilla hoy m¨¢s que nunca. Y eso que su concepto grandilocuente, heredero de Visa al para¨ªso de Albert Brooks, sonaba a algo que nunca funcionar¨ªa. Una mujer joven que no tom¨® las mejores decisiones muere y se transporta a un para¨ªso. Alg¨²n funcionario de la otra vida se ha equivocado. Ella no es la mujer perfecta a la que agasajan. Esa es la excusa no s¨®lo para re¨ªrse de las situaciones m¨¢s alocadas, sino tambi¨¦n para filosofar sobre reinserci¨®n, el bien y el mal y las decisiones. Todo funciona por decisiones. A veces hay que ser valiente. Y esta comedia lo es.
El humor suele funcionar con lo simple: una familia, cuatro paredes y chistes. Utilizar conceptos de ciencia-ficci¨®n divertidos y mantenerlos m¨¢s all¨¢ del primer cap¨ªtulo no es sencillo. La comedia es visceral y el esfuerzo no siempre sale a cuenta. Pero aqu¨ª las piezas est¨¢n bien colocadas: la qu¨ªmica del elenco capitaneado por veteranos como Kristen Bell y Ted Danson, sus sorpresas y la percepci¨®n de que existe un plan. Al fin y al cabo escribe Mike Schur, experto en llevarnos al sitio feliz en Parks and Recreation o Master of None.
A veces necesitamos una serie optimista y colorista como The Good Place para seguir. Lejos de la depresi¨®n y desesperanza de la comedia actual, sabemos que sus protagonistas triunfar¨¢n. Eso nos conecta a ellos para siempre. Est¨¢n muertos pero nos hacen respirar vida, re¨ªr, llorar y lanzar esperanza al viento. Y quiz¨¢s, s¨®lo quiz¨¢s, nos hace un poco mejores. Durante 20 minutos semanales, The Good Place es nuestro lado bueno.
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