El imparable ascenso de la pandilla de M.O.D.A
La Maravillosa Orquesta del Alcohol publica su tercer disco, 'Salvavida (de las balas perdidas)', centrado en la defensa de las ra¨ªces y el valor de la gente an¨®nima
La primera vez que dieron su primer concierto fuera de Burgos acabaron todos en un parque comiendo de ¡°una olla llena de espaguetis¡±. Fue en A Coru?a, all¨¢ por diciembre de 2011, despu¨¦s de que una asociaci¨®n programase en su sala a un grupo cuyo nombre sonaba a cachondeo: La Maravillosa Orquesta del Alcohol. ¡°Para nosotros, eso era el para¨ªso¡±, recuerda David Ruiz, cantante y compositor de la banda, tambi¨¦n conocida por las siglas La M.O.D.A. ¡°Seguramente al principio ¨¦ramos muy ingenuos, pero c¨®mo no vas a empezar as¨ª y hacer tu caminito. Pero seguimos siendo igual: somos unos currantes¡±, sentencia.
Han pasado seis a?os desde aquella tarde y ahora estos mismos chavales -la mayor¨ªa no supera la treintena- preparan la salida de su tercer disco en estudio, Salvavida (de las balas perdidas), que se publica este viernes. Sentados a media ma?ana en la terraza de un bar burgal¨¦s, entre ca?as de cerveza y tapas de aceitunas, no cuesta ning¨²n esfuerzo reconocer en los siete miembros de La M.O.D.A. a esos chicos que compartieron la olla de espaguetis y que empezaron con tantas ganas que ¡°nunca¡± miraron ¡°c¨®mo iba a ser la respuesta¡±. Pero la hubo: esta orquesta rockera, influida por el folk y el country, ha terminado por convertirse en un peque?o fen¨®meno musical en Espa?a con m¨¢s de 90 conciertos al a?o, llenando salas all¨ª por donde tocan y acudiendo a festivales como si fueran la ¨²ltima sensaci¨®n indie, esa escena, como un caj¨®n desastre, a la que no pertenecen ni estil¨ªsticamente ni por apoyo discogr¨¢fico. El grupo se edita sus discos y controla todo: contrataci¨®n, merchandising, comunicaci¨®n, redes sociales¡ ¡°Lleva mucho tiempo, pero lo preferimos as¨ª¡±, reconoce el baterista Caleb? Melguizo.
Decenas de cajas de cart¨®n se apilan en un almac¨¦n de camisetas y postales, personalizadas con rotulador por el grupo, que se incluir¨¢n en los casi 1.200 discos comprados ya por los fans en la pre-venta de la p¨¢gina web. Hay expectaci¨®n por lo nuevo de esta cuadrilla de amigos, que acaba de anunciar un tercer concierto en La Rivera de Madrid tras agotar dos noches seguidas antes incluso de la publicaci¨®n del ¨¢lbum. ¡°Pasi¨®n" y "dedicaci¨®n¡± son las palabras que m¨¢s repite David Ruiz para hablar del grupo que decidi¨® crear a su vuelta de Dubl¨ªn en 2010. Tras salir desencantado del Conservatorio y las clases de piano, se reencontr¨® con la m¨²sica en los parques de Burgos, donde conoci¨® a la mayor¨ªa de los otros seis miembros de la orquesta en la que se incluye el banjo de Jacobo Naya, el acorde¨®n de Jos¨¦ ?ngel Hortig¨¹ela, Joselito, el saxof¨®n de Alvar de Pablo y la mandolina de Nacho Mur. Muchos aprendieron a tocar sus instrumentos de forma autodidacta. ¡°Me marc¨® el escuchar una guitarra el¨¦ctrica y que te diga algo cuando nada lo dec¨ªa¡±, reconoce Ruiz, quien cita a The Clash como una de las principales influencias del grupo ¨Cbien reconocidas en ese gusto por los coros combativos en el nuevo disco-, como tambi¨¦n Bob Dylan y Johnny Cash, del que luce un tatuaje.
El almac¨¦n est¨¢ pared con pared con el local de ensayo en El Hangar, un conocido espacio cultural burgal¨¦s que hace d¨¦cadas era la antigua estaci¨®n ferroviaria de la ciudad. Los siete se meten c¨®mo pueden en ese peque?o espacio con alfombras y p¨®steres de la banda en los que se les ve con sus caracter¨ªsticas camisetas blancas de tirantes. Alguna de ellas cuelga de la pared. En uno de los primeros ensayos apareci¨® el bajista Jorge Mariscal con una puesta y el resto de la banda decidi¨® tomar esa ropa interior como indumentaria oficial. ¡°Era una declaraci¨®n de intenciones: es una prenda que puede llevar cualquiera. Desde nuestros abuelos hasta un currante cualquiera¡±, explica Ruiz.
En poco m¨¢s de cinco a?os, La M.O.D.A. ha conseguido alcanzar una gran comuni¨®n con un p¨²blico que no ha parado de crecer. La identidad juega un papel esencial en la m¨²sica de esta orquesta llena de nervio sobre el escenario, ilustrada tambi¨¦n por el canto af¨®nico y visceral de su cantante, que en Salvavida recita estrofas y consigue llenar m¨¢s que nunca las canciones con su grito inconformista. ¡°Es un disco humano¡±, asegura Ruiz. ¡°Va a la gente que no ha tenido en la vida oportunidades. A esa gente an¨®nima, a la que Eduardo Galeano se refer¨ªa como ¡®los nadie¡¯¡±, sostiene. Esta visi¨®n ya qued¨® plasmada en discos como La primavera del invierno y ahora se profundiza en canciones como O naufragar, Himno nacional -ambas con aire celta-,Vals de muchos o Campo amarillo, un homenaje al mundo rural al que pertenecen y en el que se reflejan por sus padres y, sobre todo, abuelos que viven en los pueblos cada vez m¨¢s despoblados y a los que todav¨ªa acuden incluso para tocar.
El ¨¢lbum se ha compuesto durante este a?o, marcado especialmente por los viajes del grupo a Berl¨ªn, Edimburgo, donde llegaron a tocar en bares, y Fr¨ªas, el pueblo burgal¨¦s donde, al modo de The Band en Woodstock, se encerraron durante un mes con Diego Galaz, productor del disco y miembro de Fet¨¦n Fet¨¦n. ¡°Est¨¢bamos buscando en una habitaci¨®n a oscuras y lo encontramos. Hemos incorporado influencias de la m¨²sica popular europea: fado, canci¨®n francesa, italiana, irlandesa¡¡±, cuenta el cantante, que no deja de reconocer su deuda con el folclore castellano. En La inmensidad tocan por primera vez un pandero cuadrado. Pero por actitud y esa fuerza de asaltadores recuerdan tambi¨¦n a conjuntos de folk bastardo como The Pogues o, ya m¨¢s actuales, The Felice Brothers y Drive-By Truckers.
Las antiguas v¨ªas de tren sobresalen entre los hierbajos de la amplia plaza de El Hangar, donde tambi¨¦n descansan los restos de un viejo vag¨®n de mercanc¨ªas. Los chicos de esta at¨ªpica orquesta caminan por su ciudad, donde han sido invitados a tocar hasta seis veces en las fiestas patronales, como esa pandilla de colegas a la que cantan en H¨¦roes de s¨¢bado, un nuevo himno en su cancionero. Uno de sus versos reza: ¡°Imposible ser neutral sobre un tren en movimiento¡±. Y con los coros de todos repiten incansablemente: ¡°No te olvides de d¨®nde vienes¡±. ¡°Me mola el sentimiento colectivo de la m¨²sica¡±, confiesa Ruiz, y a?ade: ¡°En el fondo, no puedes creerte m¨¢s que nadie por ser m¨²sico. Eres simplemente una persona que est¨¢ tocando la guitarra¡±. Esta pandilla de currantes ya est¨¢ otra vez preparada con sus monos blancos de tirantes. Los chicos de La Maravillosa Orquesta del Alcohol no son neutrales. Cantan a los h¨¦roes an¨®nimos de pueblo.
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