La frontera en Sunset Boulevard
Una gran exposici¨®n revisa el papel latino en la conformaci¨®n de Los ?ngeles como centro art¨ªstico internacional
En 1978 Mario Torero, fundador del Movimiento Cultural Chicano de San Diego, pintaba un mural sin concesiones. We Are Not A Minority era borrado y reconstruido despu¨¦s, infinitas veces, con obstinaci¨®n de combate. Los artistas chicanos trataban de visibilizarse desde el ¨²nico lugar posible a finales de la d¨¦cada de 1970: en la calle, al margen del museo, en sus afueras.
El debate estaba servido. Las entonces llamadas ¡°minor¨ªas¡± se negaban a serlo y, en un pa¨ªs de tan intensa variedad cultural, artistas de muy diversas procedencias decid¨ªan hacer un arte que contara su historia de origen. Sin embargo, la historia de origen de estos artistas nacidos en Estados Unidos o hijos de ¡°norteamericanos¡± ¡ªsilenciada, negada¡ª era un relato que no formaba parte de sus vivencias de primera mano: deb¨ªa ser reimaginado, renegociado. Contaminado, en suma. California, frontera orgullosa de serlo, resum¨ªa entonces el debate en la voz de la poeta chicana Gina Vald¨¦s, cuando apelaba a la frontera como territorio f¨¦rtil. ¡°Soy de aqu¨ª?/ y soy de all¨¢?/ from here?/ and from there?/ born in LA / del otro lado?/ y de ¨¦ste¡±, escrib¨ªa en ?De d¨®nde eres?
Apenas unos a?os antes, en 1974, Los ?ngeles ¡ªdel otro lado y de ¨¦ste, ah¨ª radica su fascinaci¨®n¡ª hab¨ªa visto levantar un muro que, lejos de dividir, un¨ªa. La artista chicana Ju?dith Baca implicaba a la comunidad en su conocida ¡°obra colaborativa¡± The Great Wall of Los Angeles. El mural ¡ªde 800 metros de largo y resultado de lo aprendido en el taller del legendario muralista Siqueiros¡ª ocupaba una pared de cemento en el coraz¨®n del valle de San Fernando con momentos de la historia de California.
M¨¢s de 40 a?os despu¨¦s, el muro de Judith Baca ha regresado a LA para revivir aquella haza?a, casi a¨²n por escribir, en la Universidad Estatal de Northridge a trav¨¦s de dibujos preparatorios, fotos, pinturas y documentaci¨®n. Los artistas chicanos ya no tienen que tomar las calles para visibilizarse. Se dir¨ªa incluso que en la actualidad ¡ªy pese a algunas recientes pol¨ªticas migratorias¡ª la noci¨®n de la frontera como lugar para las negociaciones, espacio f¨¦rtil para la creaci¨®n, gobierna LA, consciente de c¨®mo parte de la fuerza imbatible de su proyecto urbano incluso, de su naturaleza emprendedora por definici¨®n, deriva de la amalgama, de las influencias mutuas, de esos relatos que se comparten a ambos lados.
Tal vez por este motivo, en 2014 la Fundaci¨®n Getty de Los ?ngeles se planteaba de nuevo la pregunta pertinente, cuyo resultado va a ocupar la ciudad de Los ?ngeles desde octubre de 2017 hasta enero de 2018. El proyecto, Pacific Standard Time: LA/LA, una incre¨ªble exposici¨®n de exposiciones, se plantea revisar el papel que el arte latino o de Am¨¦rica Latina ha tenido en la conformaci¨®n de LA como centro art¨ªstico internacional, de sensibilidad personal¨ªsima adem¨¢s, tal vez por esa misma mezcla y fronteras que caracterizan a la ciudad. As¨ª es LA hasta en los paseos diarios: una maravillosa fricci¨®n cultural.
Por el calado de la pregunta, el proyecto es mucho m¨¢s que subvenciones de 16 millones de d¨®lares o la implicaci¨®n de 60 instituciones de la Baja California, desde peque?os centros hasta museos como el LACMA o la Fundaci¨®n Getty. Pacific Standard Time es, sobre todo, una propuesta de investigaci¨®n rigurosa que se extender¨¢ en planes futuros y una suerte de reconocimiento a los murales de Torero o Baca: que nunca m¨¢s sean borrados. Tambi¨¦n ellos construyen la pluralidad de LA.
La historia del arte de Am¨¦rica Latina y sus fricciones fabulosas se despliega en las de sensibilidades concitadas por la pregunta. Los contactos transatl¨¢nticos en el siglo XVIII retoman en la exposici¨®n del LACMA el hilo de su muy reputada colecci¨®n colonial; la Biblioteca ?Huntington y el Jard¨ªn Bot¨¢nico vuelven la mirada hacia y la participaci¨®n activa de Am¨¦rica en la construcci¨®n de un repertorio cient¨ªfico desde Col¨®n al siglo XIX.
La apabullante muestra de la Am¨¦rica precolonial del Centre ?Getty comparte discurso con proyectos donde se revisan cuestiones ¡°pol¨ªticas¡± actuales: mujeres latinoamericanas no siempre reconocidas en el Hammer Museum; el arte de 1960 de Guatemala, uno de los pa¨ªses con una de las escenas m¨¢s interesantes ahora; el Queer Chicano en LA¡
Algunos proyectos, como la muestra de la Colecci¨®n Patricia Phelps de Cisneros, son m¨¢s que la exhibici¨®n de 30 preciosas obras geometrizantes. Se trata del resultado de tres a?os de investigaciones compartidas por la propia fundaci¨®n y un equipo de expertos del ?Getty Conservation Institute en busca de nuevas pistas sobre las t¨¦cnicas de los artistas, nunca antes puestas en foco.
La idea de trabajo sostenido, implicado tambi¨¦n con la ciudad, subyace en Una historia universal de la infamia, comisariada en el LACMA por Jos¨¦ Luis Blondet y que re¨²ne a artistas latinos o latinoamericanos. Ese deslizamiento entre exposici¨®n ¡°museada¡±, taller de artista y residencia de investigaci¨®n integra a la ciudad como parte de su discurso.
La propuesta misma de mezclar las escalas ¡ªdesde el LACMA hasta una escuela elemental¡ª recrea un espacio privilegiado para la reflexi¨®n entre las orillas. Una historia universal de la infamia es, quiz¨¢s, el resumen de la propia cultura latino?americana que ha aprendido c¨®mo la frontera sigue siendo el lugar fruct¨ªfero del encuentro.
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