Kaufmann cruza la frontera franco-alemana
El tenor muniqu¨¦s, una de las principales voces actuales, se atreve en su nuevo disco con el repertorio franc¨¦s tras superar los percances que sufri¨® la temporada pasada
La pasada no fue una temporada f¨¢cil para Jonas Kaufmann (M¨²nich, 1969). Su cuerpo y su voz le dijeron frena. Y fren¨®¡ De no haber sido as¨ª, los compromisos cruciales que ten¨ªa por delante ¡ªfundamentalmente, estrenar un papel como el Otello verdiano en el Covent Garden de Londres¡ª no le habr¨ªan salido a la altura de lo esperado. Eso es siempre mucho en su caso. Porque el cantante alem¨¢n, en plena madurez, ha demostrado hasta ahora ser la figura que, junto al peruano Juan Diego Fl¨®rez en otro repertorio, va a marcar claramente esta ¨¦poca de comienzos del siglo XXI tras el binomio que formaron Pavarotti y Pl¨¢cido Domingo el pasado.
Comienza el nuevo curso con fuerza. Tiene previstas dos paradas en Espa?a: una en marzo para cantar Andrea Ch¨¦nier, de Umberto Giordano, su primera ¨®pera escenificada en el Liceu barcelon¨¦s. Y otra en Madrid, donde ha cancelado dos veces un recital previsto y ha encajado una nueva fecha (el 25 de julio). La capital parece torearle: ¡°Una vez, me llamaron para sustituir a alguien en La Clemenza di Tito. Me present¨¦ en el Teatro Real, pero el cantante se recuper¨® y no actu¨¦¡±. Las otras dos suspensiones se produjeron la pasada temporada, debidas a ese baj¨®n que le trastoc¨® los ritmos por puro agotamiento. ?Mal fario? ¡°Ya estoy bien¡±, responde por tel¨¦fono desde Par¨ªs. ¡°Me he cogido tres semanas de vacaciones. No lo hab¨ªa hecho en mi vida; me encuentro perfectamente¡±.
En la ?pera de Par¨ªs afrontaba la pasada semana el Don Carlo de Verdi en versi¨®n francesa. Lo ha ido conjugando con la promoci¨®n de su ¨²ltimo disco: L¡¯Opera (Sony Classical), todo un homenaje a uno de los repertorios, el franc¨¦s, en los que ¨²ltimamente ha entrado con determinaci¨®n. En su caso, como aut¨¦ntico puente de un eje l¨ªrico franco-alem¨¢n. ¡°Es curioso c¨®mo los m¨²sicos franceses han explorado la literatura alemana para sus obras. Creo que el resultado es una perfecta fusi¨®n de nuestra manera de ser con la forma de decir que tienen ellos en su lengua¡±. Habla de Goethe, por ejemplo. De su joven Werther en manos de Massenet, o del mito de Fausto visto a la vez por Gounod y Berlioz¡
Pero el viaje tambi¨¦n ha sido de vuelta, pues hubo un tiempo en que los compositores de ¨®pera alemanes se ve¨ªan obligados a ir a Par¨ªs para triunfar. ¡°Fue el caso de Meyerbeer u Offenbach. Es algo que ni siquiera Verdi pudo evitar¡±, recuerda.
¡°No canto apenas en lenguas que desconozco, tengo que sentirme plenamente consciente de lo que digo"
De ese inagotable y sabroso cruce, ha sido consciente Kaufmann desde el principio de su carrera. En el citado disco tambi¨¦n habita el sentimentalismo. O la gratitud por haber debutado en un papel cantado en franc¨¦s como hizo en Mignon, basada en otra novela de Goethe: Los a?os de aprendizaje de Wilhem Meister. ¡°Ah¨ª comenc¨¦ a darme cuenta del gusto y la nobleza con que los franceses hablan de sentimientos. Lo hacen de forma muy distinta de la de los alemanes, que se abren en canal, lo sacan todo¡±, se?ala.
Su destreza pasa del alem¨¢n materno al franc¨¦s y al italiano con naturalidad asombrosa. El primero viene de su infancia en M¨²nich, el segundo lo perfecciona con su residencia en M¨®naco y el tercero es pura pasi¨®n. En italiano ha vivido uno de sus mayores triunfos antes del verano con su debut como Otello en Londres.
H¨¦roe tr¨¢gico, pozo oscuro
Todav¨ªa arrastra esa energ¨ªa descuartizadora de la tragedia del moro de Venecia. ¡°Salpica tensi¨®n, odio; me resulta muy dif¨ªcil salir de ese estado de ¨¢nimo. Vives un trance tan cruel, que te arrastra. He interpretado a muchos asesinos, pero no tan fr¨ªos¡±, incide.
Esa fuerza animal le traumatiz¨®: ¡°Minusvalor¨¦ su impacto dentro de m¨ª, incluso en los ensayos. En escena me exigi¨® mucho m¨¢s de lo que pens¨¦ en principio. No hay una palabra que no te exponga a una tensi¨®n especial, extra?a por su intensidad. Si lo hago mucho, necesito un tiempo para salirme de ¨¦l¡±.
Fuera de Otello, al menos por un tiempo, asegura que lo ir¨¢ intercalando ya en su repertorio como marca de la casa. Pero, mientras, regresa a una rueda en la que le esperan, por ejemplo, el Don Carlo que ha dominado en italiano y ahora en franc¨¦s, el Lohengrin wagneriano, otro de sus fuertes, y Andrea Ch¨¦nier para la primavera barcelonesa. Cuatro ejemplos de que Kaufmann es el gran tenor del presente para meterse en la piel de los h¨¦roes tr¨¢gicos y la incertidumbre de los pozos oscuros. Todos ellos crecen en el contorno de su voz ancha y su vena interpretativa arrebatadora. Lleva la marca de los grandes.
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Artista:?Jonas Kaufmann.
Sello:?Sony Classical (2017).
Formato:?streaming, MP3 y CD.?
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