¡°Editar es fascinante¡±
El Liber rinde homenaje a toda su trayectoria por ¡°su vocaci¨®n corporativa y gremial¡±
Emiliano Mart¨ªnez es editor desde joven, pero esa no iba a ser su carrera ni era su vocaci¨®n. Jes¨²s Polanco, con cuyo equipo contribuy¨® a fundar Santillana en 1964, le encarg¨® ¡°unos libritos¡± y mientras los hac¨ªa le vino esa iluminaci¨®n: ¡°Editar es fascinante¡±. Lo ha sido casi todo en Santillana, hasta consejero delegado de sus dos ramas, la educativa y la literaria, y ahora es vicepresidente de la Fundaci¨®n Santillana. Por todo eso, Liber le dedica un homenaje. Aqu¨ª cuenta la ra¨ªz de su oficio.
Pregunta.??Por qu¨¦ cree que le dan este homenaje?
Respuesta.?Es un reconocimiento a gente muy veterana que normalmente ya ha cerrado las p¨¢ginas de su diario. Tambi¨¦n es un gui?o de afirmaci¨®n al oficio. La tarea de un editor es sintetizar la cadena de creaci¨®n, materializaci¨®n y difusi¨®n del libro. As¨ª naci¨® esta clase de homenajes, en cuya creaci¨®n particip¨¦ yo mismo hace muchos a?os. Y ahora me toca precisamente a m¨ª.
P.?La ra¨ªz de su trabajo lo relaciona con Am¨¦rica, y esa es la met¨¢fora de Liber. ?Hace la Administraci¨®n lo que debe para apoyar ese objetivo del certamen?
R.?Los poderes p¨²blicos deben tener sensibilidad por esos valores simb¨®licos, y una comunidad cultural como esta que nos une por la lengua tiene que ser un territorio a cultivar. Ha habido atenci¨®n, s¨ª, con los altibajos propios del juego de las Administraciones p¨²blicas. Pero es necesario potenciar la evoluci¨®n de Liber, que tuviera m¨¢s carga cultural.
P.?Usted representa la idea que propuls¨® Polanco al frente de Santillana: Am¨¦rica fue su objetivo.
R.?Fue esa su voluntad. Al principio yo estuve con ¨¦l en temas de educaci¨®n. Un d¨ªa, hace medio siglo, me mand¨® a Buenos Aires para ayudar en la versi¨®n argentina de unos libritos de educaci¨®n para adultos en los que yo hab¨ªa intervenido. Me interes¨® de tal manera aquello que al regreso empec¨¦ a considerar que ese era mi oficio. ?Editar es fascinante! En aquel caso, hab¨ªa que juntar necesidades, argentinas y espa?olas, y ese juego se resolvi¨® de manera natural. Fue fascinante. Con el paso del tiempo, Polanco me dio una pauta para sacar adelante los sellos de edici¨®n general o literaria que fue incorporando a Santillana: Alfaguara, Taurus, Aguilar¡ Hab¨ªa que hacer un grupo y saltar con esos sellos a Am¨¦rica. Esa tarea dur¨® 10 a?os y cuaj¨® bajo el impulso de su hija Isabel, que convirti¨® en global ese grupo de editoriales.
P.?El que usted recibe es un premio a esa vocaci¨®n.
R.?Que alent¨® Polanco, con su pasi¨®n profesional por la edici¨®n y la visi¨®n americana; Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, Pancho, otro gran maestro, aport¨® la visi¨®n institucional de los editores espa?oles. ?l fue quien abri¨® Liber, y lo defini¨® como el lugar de encuentro con los colegas americanos en su paso por Madrid o Barcelona cuando iban a la Feria de Fr¨¢ncfort.
P.?En este periodo de su trabajo surgi¨® hace 30 a?os la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara (M¨¦xico). ?Siente envidia como editor espa?ol, impulsor de Liber, de este certamen tan consolidado?
R.??Naturalmente! Desde los inicios de la FIL, nuestro grupo, precisamente por su vocaci¨®n panhisp¨¢nica, colabor¨® mucho con ese certamen cuyo liderazgo es de Ra¨²l Padilla. ?l se quejaba de la falta de apoyo que en sus comienzos tuvo de la industria editorial de all¨ª, y nosotros les dec¨ªamos a nuestros colegas que aquella iba a ser una plataforma magn¨ªfica. Lo ha sido. La FIL es la prolongaci¨®n natural de la visi¨®n de un editor: ganar lectores, crear un ecosistema cultural rico. Para lograr eso hay que juntar complicidades, trabajar con otros, convencer a los poderes p¨²blicos de la trascendencia cultural y social de los libros. En ¨¦pocas de crisis, ese discurso se frena, es como un viento helado que se lleva por delante una cosecha entera o la reduce. Los editores m¨¢s comprometidos, con m¨¢s visi¨®n, deben aprovechar oportunidades como la que supone la FIL.
P.??C¨®mo tendr¨ªa que avanzar Liber para cumplir, al menos en parte, ese trayecto que ya ha hecho la FIL?
R.?Ha de mantener sus se?as de identidad y prolongar el trabajo hecho, al margen de que haya que reclamar otras acciones. Por ejemplo, con las actividades de comercio exterior de Espa?a, que ya ha hecho posible que aqu¨ª vengan bibliotecarios norteamericanos, iniciativa que tambi¨¦n ha seguido la FIL. Y habr¨ªa que hacer aqu¨ª algo que all¨ª es una maravilla: que vayan riadas de j¨®venes lectores a encontrarse con los autores, y que esos j¨®venes lectores puedan comprar libros de esos autores.
P.?En una edici¨®n de la Feria de Fr¨¢ncfort de mediados de los a?os noventa se declar¨® la inminente muerte del libro de papel. Y sigue vivo. ?Qu¨¦ lo mantiene vivo?
R.?Umberto Eco dijo que, igual que las tijeras o las bicicletas, como objeto el libro sali¨® perfecto desde su invenci¨®n. Es f¨¢cil de manejar y f¨ªsicamente es c¨®moda su lectura. El profesor Francisco Rico dice que en pantalla se produce ¡°una lectura a trancos¡±. En el libro de papel se sigue la lectura que el autor ha trazado. Por todo eso no se ha cumplido la profec¨ªa. Y el libro, sobre todo, se ha mantenido como sin¨®nimo de la calidad de la lectura.
P.?Fue consejero delegado de Santillana y junt¨® educativas y generales. ?C¨®mo combin¨® ambas zonas?
R.?Nac¨ª a la edici¨®n en contacto con las educativas, ah¨ª era pez en el agua. En la gesti¨®n de la edici¨®n cultural hab¨ªa que tener muy presente la autonom¨ªa de los editores, y que tuvieran presente la obligaci¨®n de fijarse en Am¨¦rica como objetivo de la compa?¨ªa. Respetar al editor era respetar a los autores que ¨¦ste eligiera.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.