Prescindible continuaci¨®n de un cl¨¢sico
El nuevo, existencialista, triste y desamparado perseguidor de replicantes, todos los personajes, me parecen desprovistos de nervio
BLADE RUNNER 2049
Direcci¨®n: Denis Villeneuve.
Int¨¦rpretes: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Sylvia Hoeks.
G¨¦nero: thriller. EE UU, 2017.
Duraci¨®n: 163 minutos.
Contemos obviedades incontestables sobre una antigua pel¨ªcula, obra de arte, experiencia maravillosa destinada a perdurar en la retina, el o¨ªdo y el coraz¨®n de m¨²ltiples receptores, titulada Blade Runner. Por ejemplo: que desde la primera secuencia, en la que hacen un test con resultado mort¨ªfero a un individuo torvo para comprobar su verdadera identidad, a la ¨²ltima, que ofrece variantes desenlaces en funci¨®n del que impuso la productora o el que pretend¨ªa el director Ridley Scott, el espectador va a gozar de las mejores esencias del cine negro, el suspense, la ciencia-ficci¨®n, el lirismo. Le impactar¨¢n todos sus personajes, protagonistas y secundarios(c¨®mo es ese t¨ªo con el rostro prematuramente envejecido y expresi¨®n desolada, conviviendo en su expresionista casa con los mu?ecos parlantes y andantes que ha creado para aliviar su terrible y resignada soledad), le envolver¨¢ el amenazante y angustioso clima que empapa a esa ciudad oscura, lluviosa, mestiza, contaminada, bulliciosa y siniestra, se conmover¨¢ con la tragedia de esos brutales y revolucionarios replicantes que se niegan a que les impongan plazo fijo de extinci¨®n y anhelan poseer algo tan humano como los recuerdos, es probable que se les humedezcan los ojos ante la po¨¦tica y legendaria despedida de ese enamorado y agonizante robot (¡°He visto cosas que jam¨¢s creer¨ªais¡¡±), se renovar¨¢ su emoci¨®n cada vez que escuchen la m¨²sica de Vangelis y el precioso sonido del saxo de Dick Morrissey ambientando la complicada historia de amor entre el cazador y la presa. Aunque la haya disfrutado infinitas veces la hipnosis y el sentimiento que me provoca no se alteran. Es una pel¨ªcula en estado de gracia.
Siempre me preocupa la continuaci¨®n de un cl¨¢sico, de algo presuntamente inmejorable, aunque Coppola demostr¨® en la prodigiosa segunda parte de El Padrino que se pod¨ªa conseguir el milagro de superar lo mod¨¦lico. Y consecuentemente, mi mosqueo es permanente ante la continuaci¨®n real o posible de pel¨ªculas hacia las que siento amor. Y no s¨¦ si responde a la fervorosa vocaci¨®n o exclusivamente a las posibilidades de gran negocio que el cine retorne al universo de Blade Runner 35 a?os despu¨¦s. Pero existe un aval poderoso, algo que inspira notable curiosidad y cierta confianza. Y es que la firma Denis Villeneuve, uno de los creadores con m¨¢s personalidad del cine actual, autor de pel¨ªculas tan inquietantes como Incendies, Prisioneros, Sicario y La llegada. El padre de la vieja e inolvidable criatura, Ridley Scott, figura como productor y esta coescrita por Hampton Fancher, que fue el guionista de la primera.
Con esos atractivos elementos, mantengo la razonable ilusi¨®n de que Blade Runner 2049 no agravie a su gloriosa antecesora, que incluso sea algo m¨¢s que digna. En el pase de prensa un aparatoso cartel que inunda la pantalla nos pide que no contemos absolutamente nada sobre la trama de lo que vamos a ver, que los futuros espectadores se mantengan ante ella en el mismo estado virginal que nosotros, adelantados y privilegiados testigos de su presuntamente enigm¨¢tica criatura. Se est¨¢ abusando hasta la demencia de esa estupidez tan moderna del spoiler. Y firma la misiva con desbordante familiaridad y colegueo el tal Denis. Y espero l¨®gicamente ante esa delirante petici¨®n que esa trama sea apasionante, llena de misterio, con giros que te dejan perturbado, la experiencia cin¨¦fila m¨¢s fascinante del a?o. Y espero y espero, pero en vano. Lo que observo y escucho es plano y mon¨®tono. El nuevo, existencialista, triste y desamparado perseguidor de replicantes, sus ya muy cansadas v¨ªctimas, el perverso continuador de la ingenier¨ªa gen¨¦tica y su implacable lacaya, todos los personajes, me parecen desprovistos de nervio y de aura, fabricados por computadora, cansinamente descritos, no me importa lo m¨¢s m¨ªnimo ni lo que hacen ni lo que dicen. Se supone que la soledad es c¨®smica en un mundo que parece haberse tornado des¨¦rtico, que la incomunicaci¨®n ya es absoluta y g¨¦lida la violencia, que el tono de lo que est¨¢ contando ser¨ªa bendecido por Kafka, pero solo percibo una sucesi¨®n tediosa de personajes y situaciones sin alma ni magnetismo, incapaces de engancharme, de crearme sentimiento, ni una pizca de identificaci¨®n emocional.
Con la aparici¨®n de Harrison Ford noto que el mediocre list¨®n se eleva un poco. Pero llega muy tarde en una pel¨ªcula cuyos 163 minutos de metraje se me hacen eternos. La decepci¨®n es notable. Qu¨¦ man¨ªa tan incansable y lamentable la de buscar negocio a costa de profanar a los cl¨¢sicos.
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