Cosas que no existir¨ªan sin 'Blade Runner'
T¨ªtulos cl¨¢sicos del anime, videojuegos y edificios de oficinas que forman parte del legado de la pel¨ªcula de Ridley Scott, que triunfa 35 a?os despu¨¦s con su secuela en cines
Al?igual que la religi¨®n masoquista del Mercerismo, el ¨®rgano de ¨¢nimos ¡ªaparatito capaz de gestionar vol¨²menes de entusiasmo y depresi¨®n a voluntad del usuario¡ª fue uno de los muchos detalles de la novela ?Sue?an los androides con ovejas el¨¦ctricas? de Philip K. Dick que, cuando esta se convirti¨® en el rotundo Blade runner (1982) de Ridley Scott, se perdieron de camino a la pantalla. Quiz¨¢ el cineasta ten¨ªa un prototipo del artilugio bajo la mesa para inducir en el p¨²blico el entusiasmo generalizado por esa pel¨ªcula que, en plena edad de oro del blockbuster adolescente, demostr¨® que hab¨ªa espacio para un ambicioso ejercicio de ciencia-ficci¨®n adulta capaz de lanzar interrogantes existenciales en torno a los l¨ªmites entre lo humano y lo artificial. Su s¨ªntesis de cine negro y distop¨ªa, su deslumbrante dise?o de producci¨®n, su atm¨®sfera opi¨¢cea y la coincidencia de Harrison Ford, Sean Young y Rutger Hauer en la c¨²spide de sus contrastados poderes de seducci¨®n crearon una alquimia irrepetible.
"Afect¨® al modo en que la gente se vest¨ªa, al modo en que se decoraron los locales nocturnos. Los arquitectos empezaron a dise?ar edificios de oficinas como los de la pel¨ªcula"
La muerte pill¨® a Dick antes de que Blade runner se estrenara. La pel¨ªcula era m¨¢s grave y trascendente que la novela ¡ªrecorrida por un exc¨¦ntrico humor¡ª y beb¨ªa de referentes diversos ¡ªla historieta The long tomorrow de Moebius y Dan O¡¯Bannon¡ª, pero su influencia en el imaginario de toda la ciencia-ficci¨®n posterior fue realmente inconmensurable. La pel¨ªcula de Scott alent¨® un nuevo movimiento literario, el cyberpunk, cuyo ide¨®logo William Gibson estaba abordando su fundacional Neuromante poco antes del estreno de esta producci¨®n que, en un primer momento, se sald¨® en fracaso de taquilla para acabar adquiriendo estatus de culto. "Afect¨® al modo en que la gente se vest¨ªa, al modo en que se decoraron los locales nocturnos. Los arquitectos empezaron a dise?ar edificios de oficinas como los de la pel¨ªcula", dir¨ªa Gibson a?os m¨¢s tarde, hechizado por el sentido de la arqueolog¨ªa urbana ¡ªun abigarrado futuro hecho de la yuxtaposici¨®n de capas de pasado¡ª que propon¨ªa Scott.
Blade Runner transform¨® la concepci¨®n del espacio urbano en el anime ¡ªAkira, Ghost in the shell¡ª, los videojuegos ¡ªDeus ex, Perfect dark¡ª y el cine fant¨¢stico ¡ªDark city, D¨ªas extra?os, Minority report¡ª, rompiendo con una tradici¨®n de futuros inmaculados regidos por la simplicidad de l¨ªneas. La relevancia de la pel¨ªcula trascendi¨® lo est¨¦tico para abrir un debate ideol¨®gico que cada vez nos parece menos de ciencia-ficci¨®n: ?c¨®mo gestionar la obsolescencia de lo humano cuando lo artificial conquiste su conciencia? Pel¨ªculas como Ex machina, Transcendence o Her recogieron el guante de prolongar la discusi¨®n.
Blade Runner alcanz¨® tal dimensi¨®n de texto sagrado que Denis Villeneuve no lo tiene f¨¢cil con Blade Runner 2049 si no quiere soliviantar a unos fundamentalistas que quiz¨¢ ignoren que la novela original ya tuvo tres secuelas firmadas por Kevin Wayne Jeter, amigo de Philip K. Dick. Lo que ha podido verse hasta ahora promete escrupuloso respeto al universo original ¡ªde hecho, el guionista Hampton Fancher y Ridley Scott siguen ah¨ª como avales¡ª, y cabe confiar en que, si se trata de elegir entre b¨¢lsamo nost¨¢lgico y la capacidad de innovaci¨®n, se opte, como preferir¨ªa el gran Dick, por esto ¨²ltimo.
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