El triunfal regreso de Mucha
M¨¢s de 200 piezas componen una retrospectiva del polifac¨¦tico artista checo, que visit¨® Espa?a en 1898
¡°El sol ten¨ªa un brillo estival, a las seis ya se o¨ªan los trinos y el ajetreo de la Rambla. Los gritos y el ruido de los carruajes llenaban el aire desde el amanecer¡±. Quien describi¨® as¨ª las primeras horas de un d¨ªa de abril de 1898 en Barcelona es el artista checo Alphonse Mucha, llegado entonces para ilustrar una Historia de Espa?a. Mucha fue uno de los art¨ªfices del art nouveau, el modernismo que tanto brill¨® precisamente en la ciudad catalana. Casi 120 a?os despu¨¦s de aquel viaje que le llev¨®, durante tres meses, tambi¨¦n por Tarragona, Valencia, Granada, C¨®rdoba, Toledo, San Sebasti¨¢n, Madrid... llega a la capital la exposici¨®n Alphonse Mucha, que resume su enorme variedad creativa, con m¨¢s de 200 piezas entre ¨®leos, carteles, fotograf¨ªas, esculturas y objetos decorativos.
Del periplo Mucha dej¨® escritas unas memorias in¨¦ditas, que ahora se han traducido del checo al ingl¨¦s, por primera vez, y a las que ha tenido acceso este diario. En ellas describe su euforia por la naturaleza que ve¨ªa y por una belleza ¡°presente por doquier¡±; su fascinaci¨®n por las corridas de toros (¡°org¨ªas de hero¨ªsmo¡±) y la diversidad de las gentes, ¡°espa?oles de tez oscura, unos descendientes de ?frica; otros, herederos de los celtas de cabello casta?o o de los visigodos rubios". Resfriado en el fresco interior de la Mezquita de C¨®rdoba, admirado del ¡°milagro ¨¢rabe de la Alhambra¡± o impresionado por ¡°la mortal tristeza¡± de El Escorial, quedaron tambi¨¦n un cuaderno de dibujos, y tres ¨®leos y una acuarela, uno de ellos representa a Fernando el Cat¨®lico aceptando las llaves de Granada.
Sin embargo, el motivo principal de su recorrido espa?ol se trunc¨® con la muerte, en 1900, del editor de Par¨ªs que le hab¨ªa encargado tan placentera tarea. Tampoco podemos deleitarnos con las fotograf¨ªas que tom¨® porque en la aduana, unos agentes con exceso de celo, le velaron los negativos. Mucha fue un apasionado del arte de la imagen, se divert¨ªa tom¨¢ndose como modelo o fotografiando a sus amigos, como a Gauguin, tocando el armonio, sin pantalones, en el estudio del checo.
Estas fotograf¨ªas s¨ª pueden verse en la exposici¨®n Alphonse Mucha, en el Palacio de Gaviria, un edificio de mediados del XIX que antes fue centro comercial de decomisos y discoteca. La retrospectiva, hasta el 25 de febrero de 2018, organizada por la empresa Arthemisia y la Fundaci¨®n Mucha, transmite la poli¨¦drica creatividad de este artista. En el paseo dominan sus carteles de mujeres sensuales y elegantes, retratadas desnudas con su c¨¢mara; coquetos autorretratos fotogr¨¢ficos, pero tambi¨¦n hay joyas, dise?os de vestuarios, etiquetas, botes, cajas de galletas, abanicos...
Nacido en 1860 en la regi¨®n de Moravia, entonces en el Imperio Austriaco, Mucha fue otro de los muchos aspirantes a artista que recal¨® en Par¨ªs. Lleg¨® en 1887 a una megal¨®polis que preparaba la Exposici¨®n Universal y constru¨ªa su Torre Eiffel. Sobrevivi¨® como ilustrador de libros y revistas en unos a?os en que las principales ciudades europeas herv¨ªan por los cambios pol¨ªticos y tecnol¨®gicos, que se iban a trasladar al art nouveau. Nombre que procede de una galer¨ªa de arte parisiense, pero una etiqueta que a Mucha no le gustaba, cuenta su hijo Jiri en el cat¨¢logo de la exposici¨®n.
Reminiscencias bizantinas
Su estilo se caracteriza por las reminiscencias bizantinas, con flores, arabescos y una aureola m¨ªstica que impactaron en el Par¨ªs finisecular, todo ello favorecido por una novedosa t¨¦cnica de impresi¨®n: la litograf¨ªa en color, un proceso que supervisaba en todos sus pasos. Sin embargo, lo que cambi¨® la vida de Mucha fue su cruce con la popular¨ªsima actriz francesa Sarah Bernhardt, tras el encargo del cartel para la obra Gismonda, en 1894. Cuando la int¨¦rprete lo vio, le dijo: "?Qu¨¦ bonito! Desde ahora vas a trabajar para m¨ª, no te vas a separar de m¨ª".
El afiche tapiz¨® las paredes de Par¨ªs y le convirti¨® en un artista popular. Los parisinos se enamoraron de ese anuncio alargado y de tonos pastel con el que logr¨® un contrato de seis a?os con Bernhardt. Las grandes marcas quer¨ªan al fen¨®meno que hab¨ªa convertido los carteles en obras de arte: Mo?t and Chandon, etiquetas para perfumes, calendarios, paneles decorativos, jarras... ¡°Mi arte, si se puede llamar as¨ª, se puso de moda. Se difundi¨® por f¨¢bricas y talleres¡±, declar¨®. En 1904, visit¨® Estados Unidos, donde trabajo en murales y decorados de obras de teatro. La prensa lo agasaj¨® como ¡°el mejor artista decorativo del mundo¡±.
Eslavo defensor de la independencia de su tierra del yugo Habsburgo, imprimi¨® su patriotismo a lo que produc¨ªa porque ¡°el artista tiene que ser fiel a sus ra¨ªces nacionales¡±, sosten¨ªa. Fue quien dise?¨® los primeros sellos y billetes de la reci¨¦n nacida Checoslovaquia, en 1918, por la desintegraci¨®n del Imperio Austro-H¨²ngaro. Su nacionalismo fervoroso rebrot¨® al final de su vida creativa, con los 20 grandes cuadros de un proyecto que llam¨® Epopeya eslava. Para un hombre que de palabra y obra hab¨ªa mostrado tanto amor por su patria, no es dif¨ªcil imaginar lo que supuso la invasi¨®n nazi de Bohemia y Moravia, el 15 de marzo de 1939. Mucha fue arrestado e interrogado por la Gestapo. Cuando lo liberaron se encontraba en un estado tan lamentable que muri¨® poco despu¨¦s, el 14 de julio. Sin embargo, su arte sobrevivi¨® y los cuadros de la Epopeya eslava, escondidos durante la Segunda Guerra Mundial, reaparecieron en los a?os sesenta en Checoslovaqu¨ªa.
M¨ªstico y mas¨®n
Junto al amor por su patria, Alphonse Mucha mostr¨® un elevado inter¨¦s por lo espiritual. Si conocer a Sarah Bernhardt le llen¨® el bolsillo de dinero, contactar con el dramaturgo sueco August Strindberg le sumergi¨® en la masoner¨ªa. En enero de 1898, Mucha se uni¨® a la logia parisiense del Gran Oriente de Francia, la m¨¢s antigua de la Europa Continental, explica el cat¨¢logo de la exposici¨®n. Su credo fue desde entonces difundir con su arte el amor y la belleza, para contribuir a la evoluci¨®n del ser humano. Mucha expres¨® esa espiritualidad en ¨®leos como Visi¨®n (estudio en azul) y la experiment¨® en autorretratos con doble exposici¨®n que le daban un aspecto espectral.
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