El arte que se escond¨ªa en Auschwitz, la mayor f¨¢brica de la muerte de la historia
Una exposici¨®n recoge algunas de las 2.000 obras producidas en el campo nazi de exterminio, que lleg¨® a tener un museo con dibujos encargados por los guardianes
Con Auschwitz se acab¨® la poes¨ªa, escribi¨® el fil¨®sofo alem¨¢n Theodor Adorno, pero no el arte. Los presos de este campo de concentraci¨®n y exterminio nazi construido por Alemania en Polonia produjeron al menos 2.000 obras de arte, en algunos casos dibujos a carboncillo con materiales robados a sus guardianes que describ¨ªan el horror de su vida cotidiana; en otros, encargos de los SS, que llegaron a mantener un museo en las instalaciones donde fueron asesinadas 1,1 millones de personas, el llamado Lagermuseum. Una exposici¨®n en Cracovia, ciudad polaca situada a unos 70 kil¨®metros del campo nazi, Face to face. Art in Auschwitz, re¨²ne por primera vez la pintura y los dibujos creados por los presos de la mayor f¨¢brica de la muerte de la historia.
La exposici¨®n, abierta en el Museo Nacional hasta el 19 de noviembre y organizada con motivo del setenta aniversario de la conversi¨®n de Auschwitz en un museo, recoge tambi¨¦n los originales de uno de los documentos m¨¢s importantes del Holocausto, el llamado Cuaderno de bocetos de Auschwitz. Se trata de dibujos a l¨¢piz en 22 peque?as cuartillas que un preso an¨®nimo escondi¨® y que fueron encontrados en 1947 por un antiguo recluso, Jozef Odi, que ejerc¨ªa como guardi¨¢n del reci¨¦n inaugurado museo. El autor muestra la llegada de un transporte con deportados jud¨ªos, la separaci¨®n de familias y el encaminamiento de las v¨ªctimas hacia las c¨¢maras de gas. Era alguien que conoc¨ªa todo el proceso del asesinato en Auschwitz.
Un puente de Par¨ªs en el campo de concentraci¨®n
Una de las salas de la exposici¨®n de Cracovia se llama Sue?os y anhelos y recoge las obras de arte que los presos realizaron para escapar mentalmente del horror del campo de concentraci¨®n, al menos durante unas pinceladas. Parece incre¨ªble que esas obras hubiesen sido realizadas por presos rodeados de muerte y dolor. Es especialmente emocionante una sencilla acuarela titulada Pont Marie, Par¨ªs, en la que Francis Reisz plasm¨® sus recuerdos de la libertad simbolizados en un puente de la urbe que le acogi¨® cuando huy¨® perseguido por los nazis. Jud¨ªo austriaco, fue detenido en Par¨ªs en julio de 1941 y deportado a Auschwitz. En gran medida, le salv¨® su talento porque los SS le encargaban retratos y dibujos y as¨ª lograba un poco m¨¢s de comida o cigarrillos, que eran la moneda del campo. Emigr¨® a Estados Unidos despu¨¦s de la guerra.
"Los objetos creados ilegalmente por los presos eran muy importantes", explica la conservadora del Museo de Auschwitz, Agnieszka Sieradzka, comisaria de la muestra, autora de un libro titulado precisamente Lagermuseum. "No ten¨ªan nada: solo su uniforme, unos zapatos de madera, un gorro, una cuchara y un bol para la sopa, del que depend¨ªa su vida. El arte era algo que les convert¨ªa en humanos. No hay que olvidar que son dibujos realizados con materiales robados a los SS, con gran peligro". Cualquier forma de arte o creaci¨®n ¡ªse conservan tambi¨¦n rosarios hechos con migas de pan, peque?as tallas de madera¡ª era una forma de resistencia, pero tambi¨¦n de vida, de lucha contra el terror que pretend¨ªa anularles como seres humanos. "Todo imagen estaba prohibida", insiste Sieradzka. "Al dibujar se jugaban la vida".
Pero las pinturas que se conservan del campo nazi no reflejan solo el sufrimiento de los presos, sino tambi¨¦n su explotaci¨®n. Como escribe la conservadora en el cat¨¢logo de la muestra, "el arte, como la m¨²sica que interpretaba la orquesta del campo, fue incorporada a la propaganda nazi y explotada por los SS con diferentes objetivos. Estaba totalmente subordinada a una pol¨ªtica determinada, pero tambi¨¦n a los deseos individuales de los SS".
Los presos fueron obligados a pintar murales propagand¨ªsticos para el comedor de sus asesinos, reflejando la m¨¢s pura est¨¦tica nazi, pero tambi¨¦n cuadros de paisajes teut¨®nicos o retratos que reflejaban la misma ideolog¨ªa racista y fan¨¢tica en la que se basaba un lugar como Auschwitz. Tambi¨¦n se conserva un documento especialmente espeluznante, seguramente dibujado por un Kapo ¡ªun preso que ayudaba a los SS, a cambio de privilegios, que normalmente eran conocidos por su crueldad¡ª. Se trata de un manual de comportamiento para los guardianes en forma de dibujos. Muestra lo que hacen bien y lo que hacen mal: en un dibujo se ve a los guardias despistados, fumando, mientras un preso escapa (mal) y otro disparando contra todos los presos cuando alguien trata de escapar (bien). Parece una broma de mal gusto, pero es uno de tantos ejemplos de la "banalidad del mal": el manual circul¨® por la mayor¨ªa de los campos de concentraci¨®n del Estado nazi.
La muestra recoge tambi¨¦n retratos de los presos ¡ª"Las caras cambiaban tan r¨¢pido que no las reconoc¨ªas", escribi¨® sobre ellos uno de sus autores, Wlodzimierz Siwierski, preso 4629, resistente polaco que pas¨® dos a?os en Auschwitz y sobrevivi¨® a la guerra¡ª, escenas de torturas y palizas, de las marchas bajo el fr¨ªo a trabajar como esclavos, del barro que se multiplicaba por todas partes o de presos clasificando zapatos en Canad¨¢, el nombre que recib¨ªa el lugar del campo donde llegaban todas las pertenencias de jud¨ªos enviados a las c¨¢maras de gas (unas 870.000 personas fueron asesinadas a las pocas horas de llegar al campo de Auschwitz II, Birkenau).
Sus autores son en algunos casos an¨®nimos, pero en muchos otros est¨¢n identificados y algunos sobrevivieron al nazismo para convertirse en artistas importantes, como Xawery Dunikowski (preso n¨²mero 774) o Jan Komski (preso n¨²mero 564 y 152.884, porque fue detenido dos veces, aunque sus captores nunca lo supieron). Komski emigr¨® a Estados Unidos despu¨¦s de la guerra y trabaj¨® como ilustrador para The Washington Post. Algunos dibujos, como los bocetos, se encontraron despu¨¦s de la guerra, otros fueron sacados ilegalmente por la resistencia del campo. Todos ellos, los que sobrevivieron y los que no, los que conocemos y los an¨®nimos, fueron capaces de crear algo m¨¢s que arte, vida, en medio de la muerte.
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