La compa?¨ªa DanceLab Berl¨ªn debuta en Espa?a en Danza Xix¨®n
El conjunto alem¨¢n abre la 17? edici¨®n de la Muestra de Danza Contempor¨¢nea y Artes del Movimiento en la ciudad asturiana
La 17? edici¨®n de la Muestra de Danza Contempor¨¢nea y Artes del Movimiento comenz¨® anteayer, mi¨¦rcoles, en el teatro Jovellanos de Gij¨®n con el debut en Espa?a de la compa?¨ªa alemana DanceLab Berl¨ªn, conjunto experimental que dirigen el espa?ol Jorge Morro y el alem¨¢n Norbert Servos. Dancelabd Berl¨ªn presento una de sus creaciones emblem¨¢ticas: H. K. Quintett, segunda parte del homenaje al hist¨®rico bailar¨ªn, maestro y core¨®grafo Harald Kreutzberg (Reichenberg, 1902¨CMuri, Suiza, 1968), con fondo sonoro de Max Richter y otros recursos electroac¨²sticos.
Kreutzberg, un artista a veces controvertido y muy influyente en su tiempo, est¨¢ considerado por la historiograf¨ªa de la danza moderna como la m¨¢s importante figura masculina de la danza expresionista alemana, junto a la que fue su maestra y formadora, Mary Wigman, aunque en ¨¦l fueron decisivas las influencias de Rudolf von Laban y Max Reinhardt. No es ocioso citar estos datos a la hora de analizar el trabajo de Morro y Servos, que se muestra depurado en su empaque esc¨¦nico, con solventes prestaciones de los muy entrenados bailarines.
El conjunto berlin¨¦s presume de un justificado cosmopolitismo. El elenco de H. K. Quintett est¨¢ compuesto por el madrile?o Jorge Morro, adem¨¢s de otros dos artistas espa?oles: el tinerfe?o Javier Alem¨¢n y la barcelonesa Lorena Justrib¨®, complet¨¢ndose con el holand¨¦s Martijn Joling y la italiana Silvia Ventura; la escenograf¨ªa es creaci¨®n de Jan Freese y el vestuario, de notable calidad y un esmerado cromatismo, surge de la invenci¨®n de Slavna Martinovic. La obra, de algo m¨¢s de una hora de duraci¨®n, no pretende ninguna literalidad con respecto a la herencia est¨¦tica de Kreutzberg, sino que explora otras posibilidades m¨¢s abiertas y en un tono contempor¨¢neo donde aparecen algunos elementos de la tradici¨®n alemana moderna, como las m¨¢scaras y el elemento geom¨¦trico llamado "kinesfera", objeto m¨ªtico y muy teorizado que ya el propio lavan construy¨® para sus experimentos y an¨¢lisis de movimiento. La "kinesfera", sintetizado en un icosaedro facturado con ligeras varillas de metal, aparece en escena como un reclamo pl¨¢stico, una cita culta con la que se juega al desplazamiento y a la interacci¨®n progresiva. Ya en el la primera parte de este homenaje la figura aparec¨ªa y era usada por Morro y Ventura de manera ingeniosa y sugerente.
El quinteto desarrolla una danza fragmentada que se localiza dentro de los m¨¢rgenes de la anti-danza, por algunos te¨®ricos llamada tambi¨¦n no-danza, una corriente que, sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos tiende a regresar a los rigores de la expresi¨®n bailada, como si ya hubi¨¦ramos pasado demasiado tiempo, d¨¦cadas, luchando contra la naturaleza propia de una primaria cor¨¦utica, la matriz de una identidad art¨ªstica, social y humana. Y es que H. K. Quintett representa b¨¢sicamente una lucha coral en busca de identidades y de caminos honestos, en lo individual y en lo colectivo, expresado en solos, d¨²os y acciones de grupales. Este principio concede a la pieza un cierto peso y trascendencia, la hace disponible a la recepci¨®n del p¨²blico a pesar de la atm¨®sfera cr¨ªptica que rodea todo el proyecto.
La compa?¨ªa DanceLab Berl¨ªn contin¨²a su gira espa?ola con actuaciones del H. K. Quintett el d¨ªa 22 en el Teatro Cervantes de M¨¢laga; el d¨ªa 28, en el Teatro Carlos III de San Lorenzo de El Escorial y el 3 de noviembre, en el Teatro Rojas de Toledo.
Babelia
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