Las mujeres de Hollywood destapan las cloacas del negocio
Tras el hundimiento del productor Harvey Weinstein, la ola de acusaciones de abusos sexuales devora al jefe de Amazon Studios, Roy Price, y apunta a un cambio profundo
Nadie pareci¨® darle importancia en su momento, pero esta semana ha resurgido en Internet el v¨ªdeo del anuncio de las nominaciones de los Oscar de 2013. Lo presentaban el actor Seth MacFarlane y la actriz Emma Stone. MacFarlane dijo los nombres de las nominadas a mejor actriz y a?adi¨®: ¡°Enhorabuena a estas cinco damas que ya no tienen que seguir fingiendo que les gusta Harvey Weinstein¡±. El p¨²blico presente ri¨® el chiste.
El mismo chiste, esta semana, pone los pelos de punta. Weinstein ha sido acusado ya por 27 mujeres de abusos sexuales en distinto grado, incluyendo tres violaciones. Pero adem¨¢s el caso de Weinstein ha puesto en marcha un ventilador de acusaciones que vuelan en todas direcciones. El jueves por la noche, Amazon Studios anunci¨® la suspensi¨®n de empleo de su presidente, Roy Price. Isa Dick Hackett, hija del autor Phillip K. Dick y productora de la serie The Man in the High Castle, basada en un relato de su padre, acus¨® a Price en una entrevista en The Hollywood Reporter de haberse propasado con ella en una cena. Amazon reaccion¨® en pocas horas. La ca¨ªda de Harvey Weinstein apunta a una rebeli¨®n de las mujeres de Hollywood contra lo que parece una cultura del silencio en Hollywood ante el abuso sexual. Una rebeli¨®n para que estas cosas no acaben en un chiste para connoisseurs, sino en comisar¨ªa.
El mi¨¦rcoles, MacFarlane public¨® un comunicado en Twitter aclarando que la actriz Jessica Barth le hab¨ªa contado un encuentro con el todopoderoso productor Harvey Weinstein un a?o antes. Fue en el hotel Pen¨ªnsula, en Beverly Hills, una supuesta reuni¨®n de negocios en la que ¨¦l trat¨® de que le diera un masaje. ¡°No pude resistirme a la oportunidad de dar un buen golpe en ese sentido¡±, dice el c¨®mico. ¡°Que no se equivoquen, esto vino desde el asco y el enfado¡±.
Ese es el patr¨®n de casi todas las acusaciones. Citarlas en una habitaci¨®n de hotel y proponerles un masaje, o ducharse delante de ellas. La carrera de Weinstein, de 65 a?os, ha sido pulverizada en cuesti¨®n de horas. El domingo fue despedido de su propia empresa, que ahora queda en manos de su hermano Bob.
El mi¨¦rcoles, la polic¨ªa de Los ?ngeles acudi¨® a una llamada en casa de la hija de Weinstein, Remy, de 22 a?os. Se trataba de una pelea familiar, en la que el productor al parecer estaba muy agitado. Algunos medios afirman que el mismo mi¨¦rcoles se fue de la ciudad ara ingresar en una cl¨ªnica para tratarse de la adicci¨®n al sexo.
El mismo d¨ªa, la academia brit¨¢nica de cine, que entrega los premios Bafta, anunci¨® que suspend¨ªa ¡°de forma inmediata¡± al productor como miembro. El festival de Cannes public¨® un comunicado en el que condenaba al productor y se solidarizaba con las v¨ªctimas. Los gobernadores de la Academia de Cine de Hollywood se reunir¨¢n de urgencia el s¨¢bado para estudiar acciones por el ¡°repugnante y espantoso¡± comportamiento de Weinstein. La polic¨ªa de Nueva York, de Los ?ngeles y de Londres han abierto investigaciones por violaci¨®n.
Pero la pregunta de fondo no es qu¨¦ pasa con Weinstein. Con el paso de las horas, es cada vez m¨¢s evidente que el comportamiento de Weinstein era un secreto a voces en Hollywood. Por ejemplo, hubo chistes todav¨ªa m¨¢s expl¨ªcitos que el de MacFarlane. En un episodio de la serie 30 Rock, el personaje de Jenna, la actriz, dice: ¡°No tengo miedo a nadie en este negocio. He rechazado acostarme con Harvey Weinstein tres veces¡±.
4) @jeffbezos I am calling on you to stop funding rapists, alleged pedos and sexual harassers. I love @amazon but there is rot in Hollywood
— rose mcgowan (@rosemcgowan) October 12, 2017
La directora y actriz Asia Argento, que acusa a Weinstein de violarla en 1997, hizo una pel¨ªcula tres a?os despu¨¦s llamada Scarlet Diva. En ella, un productor acosa sexualmente a una aspirante a actriz en una habitaci¨®n de hotel, tal cual como han descrito m¨¢s de dos docenas de mujeres. Seg¨²n cont¨® Argento a The New Yorker, tras estrenarse la pel¨ªcula hubo mujeres que se le acercaron a decirle que eso mismo les hab¨ªa pasado a ellas.
La descripci¨®n m¨¢s elocuente de la cuesti¨®n la dej¨® la actriz Emma Thompson en una entrevista en BBC el jueves. Llam¨® a Weinstein ¡°depredador¡±, pero adem¨¢s dijo que ¡°est¨¢ en lo alto de la escalera de un sistema de acoso, desprecio y chantaje¡±. ¡°Esto ha sido parte de nuestro mundo (las mujeres en Hollywood) desde tiempos inmemoriales¡±, dijo Thompson. Ese es el fondo de este esc¨¢ndalo. Si Hollywood es una industria machista donde las mujeres tienen que hacer lo que les dicen hombres como Weinstein para abrirse paso.
Que estas mujeres no se atrevieran a decir nada p¨²blicamente en su d¨ªa se explica en parte por el poder del personaje. Es dif¨ªcil exagerar la posici¨®n de Harvey Weinstein en Hollywood con adjetivos. Si a alguien no le suena el nombre, puede fijarse a partir de ahora en cu¨¢ntas de sus pel¨ªculas favoritas llevan por delante una cabecera de Miramax o de The Weinstein Company, con una reconocible W en el logo. A lo largo de 30 a?os en el negocio, ha demostrado un gusto impecable para el cine y un olfato inigualable para el marketing, hasta el punto de que se le atribuye haber inventado la forma en la que se hacen las campa?as de lobby de los Oscar. Gwyneth Paltrow, Kate Winslet, Judi Dench, Ben Affleck o Matt Damon le deben, literalmente, el despegue de sus carreras en Hollywood. Judi Dench lleg¨® a escribirse en las nalgas las iniciales del productor. Todos, junto con decenas de artistas, han renegado de ¨¦l en horas.
Pero que estas mujeres no se atrevieran a decirlo en su momento, intimidadas por el productor, no significa que no se supiera, que no hubiera otros con poder suficiente para haber investigado los rumores. Con este tipo de antecedentes, Hollywood parece estos d¨ªas el bar de Rick, en Casablanca, puesto patas arriba despu¨¦s de que los alemanes ordenen al capit¨¢n franc¨¦s Louis Renault que cierre el garito con cualquier excusa. Cuando Rick le pide explicaciones, Renault suelta: ¡°?Qu¨¦ esc¨¢ndalo! ?Qu¨¦ esc¨¢ndalo! ?Aqu¨ª se juega!¡±. Entonces un camarero se le acerca, le da un sobre y dice: ¡°Sus ganancias, se?or¡±. ¡°Gracias. ?Todo el mundo fuera!¡±.
La historia es ahora un ventilador que amenaza a todo el que parezca c¨®mplice. Ben Affleck, por ejemplo, a quien la actriz Rose McGowan acus¨® en Twitter de ser perfectamente consciente de la situaci¨®n, porque se lo coment¨® a ella. McGowan es una de las acusadoras de Weinstein, con el que supuestamente lleg¨® a un acuerdo judicial para cerrar su caso.
Qu¨¦ parte de todo esto es hipocres¨ªa, qui¨¦n sab¨ªa qu¨¦, cu¨¢ndo lo supo y por qu¨¦ no dijo nada, son preguntas que se ir¨¢n contestando en los pr¨®ximos d¨ªas. El hecho, por el momento, es que hab¨ªa un depredador sexual en la c¨²spide del poder de Hollywood, que era un secreto a voces, y que no lo ha desenmascarado Hollywood, sino un pu?ado de mujeres valientes que han contado su historia a la prensa a?os despu¨¦s de los hechos. M¨¢s a¨²n, hasta que actrices verdaderamente famosas como Ashley Judd no se han sumado, Weinstein parec¨ªa tener una oportunidad de salir de esta.
En el momento de mayor intensidad del esc¨¢ndalo de Bill Cosby, cuando el torrente de acusaciones de violaciones y abusos ya era imparable, Hollywood se hac¨ªa las mismas preguntas: c¨®mo pudo mirar hacia otro lado durante d¨¦cadas e ignorar a las pocas mujeres que se atrevieron a denunciarlo. Entonces, el c¨®mico Jay Leno hizo un fant¨¢stico an¨¢lisis de la situaci¨®n con un chiste: ¡°No s¨¦ por qu¨¦ es tan dif¨ªcil creer a las mujeres. En Arabia Saud¨ª hacen falta dos mujeres para acusar a un hombre. Aqu¨ª hacen falta 25¡±. En el caso de Weinstein, el jueves se alcanz¨® esa cifra. Ya les creen. Resulta que en Hollywood se juega.
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