El hermano llano y el esdr¨²julo

Estos se?ores de terno negro con sombrero pork pie, ?son Ca¨ªn y Abel o m¨¢s bien Tot¨° y Peppino de Filippo en un avanspettacolo napolitano de los a?os 30? Mauricio Kartun sit¨²a a los hijos de Ad¨¢n y Eva esperando a Godot en el escenario de un teatrillo de variedades dialectal, rodeados de soledad metaf¨ªsica.

Contemplar al ocioso segund¨®n, le amarga el d¨ªa al desvelado primog¨¦nito. Este aparenta, envidia y nunca tiene lo bastante. Aquel comparte cuanto posee, duerme despreocupado y respeta la linde que su hermano no para de cruzar: filosofa mientras el otro invoca las Sagradas Escrituras y la fuerza bruta.

Kartun tiene algo que contarnos, sabe c¨®mo y se rodea bien. En Terrenal, peque?o misterio ¨¢crata, texto incisivo, ingenioso, excelentemente vehiculado, la forma est¨¢ al servicio de una idea inspirada: presentar el episodio b¨ªblico fratricida como acto fundacional de la Historia. La funci¨®n tiene grosor, fluidez, musicalidad y un tempo ligero, propio de los espect¨¢culos de variedades. Parece una farsa, pero es un tr¨¢gico misterio medieval.

Sin llevar m¨¢scara los int¨¦rpretes (extraordinarios los tres), sus personajes son m¨¢scaras del guitto, g¨¦nero heredero de la vieja comedia del arte.

Vestido con chaqueta corta de mangas y zapatos sin calcetines, el Abel de Claudio da Passano transmite ternura y desvalimiento, cual Tot¨° en Uccellacci e uccellini. Claudio Mart¨ªnez Bel es un Ca¨ªn energ¨²meno, rebosante de s¨ª: su empat¨ªa la vendi¨® al mejor postor. El divino Tatita de Rafael Bruza, carablanca uno y trino, cruce azaroso entre los geniales payasos Auriol, Grimaldi y John Price, es fiel de una balanza mal calibrada.

La escenograf¨ªa de telones de Gabriela Aurora Fern¨¢ndez, sus figurines en blanco y negro; la luz seca, sangrante, de Leandra Rodr¨ªguez; la certera caracterizaci¨®n y la elecci¨®n como leitmotiv de Signora maestra, canzone de Nicola Paone, redondean un espect¨¢culo memorable.