Amigas para siempre

El cine del japon¨¦s Shunji Iwai reivindica su territorio en un limbo evanescente donde las inseguridades y epifan¨ªas de los primeros amores construyen delicad¨ªsimas cadenas de sentido. Pel¨ªculas como Carta de amor (1995), Historia de abril (1997) y Todo sobre Lily (2001) le elevaron a figura de culto, permiti¨¦ndole consolidar un tono y una forma que aportaban un barniz renovador al tratamiento de la sentimentalidad adolescente: sus claves se situaban en un punto equidistante entre el imaginario del J-Pop y los registros m¨¢s deliberadamente fr¨¢giles del manga y el anime de vocaci¨®n rom¨¢ntica. En 2004, Iwai convirti¨® una serie de cortos publicitarios -la campa?a celebraba los 50 a?os de Kit Kat en Jap¨®n- en un largometraje que llev¨® por t¨ªtulo Hana y Alice (2004), en el que, fiel a sus principios, centraba su mirada sobre el pintoresco tri¨¢ngulo sentimental que enfrentaba a dos amigas en su primer a?o de instituto. Once a?os despu¨¦s, Hana y Alice tuvo su precuela que, por una serie de decisiones en apariencia pintorescas, pero finalmente consecuentes, se ha convertido en la primera pel¨ªcula animada del cineasta.

Iwai quer¨ªa contar el origen de la amistad entre esos dos personajes tan emblem¨¢ticos de su po¨¦tica, pero se resist¨ªa a prescindir de su reparto original. La soluci¨®n pas¨®, as¨ª, por recurrir a la t¨¦cnica del rotoscopiado; es decir, ese uso de la imagen real como soporte de una pel¨ªcula animada que la ortodoxia de la especialidad suele considerar un atajo, pero que aqu¨ª sirve al imperativo de fidelidad a unas actrices a las que el paso del tiempo imped¨ªa encarnar versiones m¨¢s j¨®venes de los personajes que inmortalizaron una d¨¦cada atr¨¢s.

Con sus elegantes fondos de acuarela, sus puntuales encuadres exc¨¦ntricos y sus a ratos vehementes movimientos de c¨¢mara, El caso de Hana y Alice logra redimir la naturaleza algo mec¨¢nica de los movimientos de sus personajes. La historia ¨Cque incluye inesperadas inmersiones casi sobrenaturales en leyendas urbanas de centro docente- es puro Iwai en este fascinante simulacro de anime que encuentra en el detalle la medida de la belleza y en sus limitaciones expresivas una nueva espontaneidad.