Escribir en la era Trump
En el aniversario de su elecci¨®n, repasamos lo m¨¢s destacado del alud de libros que analizan el ideario del presidente estadounidense. Muchos llaman a defender la democracia contra el racismo y la demagogia
Trump no usa met¨¢foras. Dispara. En Twitter, en sus m¨ªtines, en las entrevistas, en sus comparecencias en la Casa Blanca emplea el lenguaje como una metralleta. Otea, aprieta el gatillo y luego mira qui¨¦n ha ca¨ªdo. No es cierto, como piensan muchos, que viva ajeno al poder del lenguaje. Lo utiliza masivamente y le sirve a sus fines. Principalmente a uno: su propia gloria.
Y no se trata solo de hablar en p¨²blico. Desde hace 30 a?os, Trump es un prol¨ªfico productor de best sellers (escritos por otros) y nunca le ha sonrojado hacer p¨²blicas sus recomendaciones de lectura. Una lista que ofrece una radiograf¨ªa bastante exacta de su pensamiento. Aparte de los recurrentes El arte de la guerra, de Sun Tzu, y El Pr¨ªncipe, de Maquiavelo, abiertos a cualquier interpretaci¨®n, entre sus consejos figuran El amateur, una destructiva obra de Edward Klein contra Barack Obama; Iacocca, la autobiograf¨ªa del exitoso directivo automovil¨ªstico Lee Iacocca, y el suculento manual El talento est¨¢ sobrevalorado, de Geoff Colvin, y cuyo subt¨ªtulo en ingl¨¦s (Lo que realmente separa a los l¨ªderes de primera clase del resto del mundo) destila la esencia ideol¨®gica del presidente de Estados Unidos.
En la lista no hay literatura ni poes¨ªa. No es algo raro en quien ha medido durante a?os a sus rivales por su chequera. A fin de cuentas, la eficacia empresarial (y ahora la electoral) es el gran canon de Trump. El mundo de la cultura le resulta ajeno y, aunque evita exteriorizarlo, lo desprecia.
El sentimiento es rec¨ªproco. Enormes masas de escritores, pensadores, historiadores y poetas le rechazan. Esta polaridad ha tenido un efecto pr¨¢ctico. Ha desatado una reacci¨®n en cadena que, mucho antes de su victoria electoral el pasado 8 de noviembre, ya llen¨® las librer¨ªas de ensayos sobre su vida y pensamiento. En su mayor¨ªa estaban escritos bajo el signo de la advertencia y acababan casi irremediablemente tratando de avizorar el porvenir.
Ahora, a punto cumplirse un a?o de su triunfo, el futuro ya est¨¢ aqu¨ª. El fen¨®meno Trump ha superado la fase larvaria. La transformaci¨®n se ha completado. Tiene el bot¨®n nuclear a su alcance y su figura se mueve a velocidad constante. Viaja, habla y gobierna. No es una entelequia, sino un presidente que igual se despierta atacando a la prensa que se acuesta lanzando un aterrador pulso contra Corea del Norte.
La producci¨®n generada para explicar a este Trump real todav¨ªa es incipiente, aunque ya han surgido peque?as obras maestras del descontento. En la cresta figura Sobre la tiran¨ªa (Galaxia Gutenberg), del historiador y catedr¨¢tico de Yale Timothy Snyder (Ohio, 1969). Su op¨²sculo es r¨¢pido y directo. Toma el pasado como una lecci¨®n y alerta sobre Vlad¨ªmir Putin, el Brexit, el Frente Nacional y, por supuesto, Trump. Para el disc¨ªpulo de Tony Judt, todos ellos son ¡°demagogos que aprovechan la libertad de expresi¨®n para erigirse en tiranos¡±. Una experiencia bien conocida en el Viejo Continente. Y que nunca debe ser olvidada: ¡°La historia europea del siglo XX nos ense?a que las sociedades pueden quebrarse, las democracias pueden caer, la ¨¦tica puede venirse abajo, y un hombre cualquiera puede acabar plantado al borde de una fosa con una pistola en la mano¡±.
Es el terror de la fosa. Pero tambi¨¦n el del muro. La gran met¨¢fora de la era Trump. La obra que separa y compartimenta. El odio a la globalizaci¨®n y, por ende, a la diferencia. El nacionalismo en estado puro. ¡°Cuando Trump habla de musulmanes o inmigrantes, se acerca a la pol¨ªtica que se practic¨® en Alemania en 1933. La idea b¨¢sica es que no son tus vecinos, sino parte de una amenaza internacional. Para Trump la globalizaci¨®n no es un desaf¨ªo objetivo, sino un enemigo exterior, una conspiraci¨®n a la que ha puesto cara y que est¨¢ en casa¡±, ha se?alado Snyder a EL PA?S.
Timothy Snyder trata de vacunar al lector contra la idea de que el legado democr¨¢tico basta para protegerle
Frente a esta amenaza, el historiador estadounidense intenta vacunar al lector contra la tentaci¨®n de pensar que el legado democr¨¢tico basta para protegerle. Por el contrario, la historia recuerda que hay que salir a defenderlo. ¡°No ser obediente, no permitir que lo excepcional se vuelva normal¡±. Pasar a la acci¨®n. ¡°No somos m¨¢s sabios que los europeos que vieron c¨®mo la democracia daba paso al fascismo, al nazismo o al comunismo durante el siglo XX. Nuestra ¨²nica ventaja es que nosotros podr¨ªamos aprender de su experiencia. Ahora es un buen momento para hacerlo¡±, concluye en su libro Snyder.
Y si el autoritarismo se ha vuelto en la era Trump un poderoso est¨ªmulo a la desobediencia, tambi¨¦n lo es el supremacismo. Cr¨ªmenes de odio como el de Charlottesville en agosto pasado y la ambivalente postura del mandatario republicano han abonado la tesis de la Presidencia Blanca. La denuncia con precisi¨®n Ta-Nehisi Coates (Baltimore, 1975). En Estuvimos ocho a?os en el poder. Una tragedia americana (editorial Large Print / Random House), este afamado escritor y periodista negro ofrece una recopilaci¨®n de ocho art¨ªculos que diseccionan desde el ¨¢ngulo racial el mandato de Barack Obama.
Coates ejerce escritura de tesis. La suya es di¨¢fana. Obama gan¨® las elecciones porque parec¨ªa el Buen Negro. Su aspecto, sus modales, su educaci¨®n eran ¡°un anuncio andante del modo en que los negros pueden integrarse sin amenazar la cultura, la pol¨ªtica y el mito americanos¡±. Y ese fue el problema. Si a algo teme el racista m¨¢s que a un mal gobierno negro es a un buen gobierno negro. La reacci¨®n fue la victoria de Donald Trump, ¡°un hombre blanco que no ser¨ªa presidente si no fuera por este hecho¡±.
¡°El poder simb¨®lico de la presidencia de Obama y su demostraci¨®n de que la blancura no era ya suficientemente fuerte como para evitar que los criados ocupasen el castillo atac¨® las m¨¢s enraizadas nociones del supremacismo blanco e instal¨® el miedo en sus defensores. Y fue este miedo el que dio a Donald Trump los s¨ªmbolos que le hicieron presidente¡±, escribe Coates.
Su obra, como la de Snyder, no se reduce a un posicionamiento intelectual. El an¨¢lisis busca la movilizaci¨®n. M¨¢s que un presidente, Trump es visto por estos pensadores como una aberraci¨®n del sistema. Un colapso democr¨¢tico al que hay que poner freno.
No es un fen¨®meno meramente libresco. Tras las elecciones, Estados Unidos ha comenzado a vivir un excepcional resurgir de los movimientos sociales. Dispersos durante d¨¦cadas, han formado un frente com¨²n llamado La Resistencia. Colectivos feministas, obreros y raciales se han unido contra la Casa Blanca y han surgido obras colectivas como ?Qu¨¦ hacemos ahora? (editado por Dennis Johnson y Valerie Merians), donde 27 pensadores y pol¨ªticos progresistas de primera fila dan su receta para ¡°defender los valores¡± en la Am¨¦rica de Trump. Incluso se ha vuelto un best seller una Gu¨ªa para sobrevivir a Trump (editorial Dey St.), obra de Gene Stone, que explica con calma pedag¨®gica qu¨¦ medidas tomar si alguien se ve afectado por las decisiones presidenciales en educaci¨®n, finanzas, migraci¨®n, seguridad¡
Es un universo en ebullici¨®n del que Coates, corresponsal nacional para The Atlantic, es consciente y al que no duda en apelar. ¡°La elecci¨®n de Trump no fue inevitable y, aunque ha hecho un gran da?o, no es el fin de la historia. Lo que se necesita ahora es una resistencia intolerante a la autoexculpaci¨®n y que no pierda de vista el mal¡±, clama al final de su libro.
Esa llamada contra la presidencia, aunque referida al universo americano, trasciende las fronteras. Populista y patriotero, Trump ha pisoteado no s¨®lo a los negros, sino a los inmigrantes. Lo for¨¢neo no tiene lugar en su mundo. Am¨¦rica es lo primero. Al resto hay que ponerle freno. Expulsar a los sin papeles, limitar los refugiados. En las tierras que durante siglos acogieron a los perseguidos y pobres del mundo, Trump se ha erigido en el amo de la plantaci¨®n y, seg¨²n estos autores, ha triunfado azuzando los miedos del blanco. ?l es el orden, ¨¦l construir¨¢ la gran muralla contra los b¨¢rbaros. El muro con M¨¦xico.
¡°No creo que Trump tenga ¨¦xito. El multiculturalismo es m¨¢s fuerte que el aislacionismo¡±, dice Jorge Volpi
La humillaci¨®n se ha hecho sentir al sur del r¨ªo Bravo. El vendaval ha unido fuerzas dispares. En el caleidoscopio mexicano se ha creado un enorme frente de rechazo e ira. ¡°Ha provocado una resistencia cultural. En una sociedad tan dividida como la mexicana, al menos artistas y escritores compartimos la misma lucha¡±, explica a este peri¨®dico Jorge Volpi (Ciudad de M¨¦xico, 1968), autor de Contra Trump (editorial Debate), un ¡°panfleto urgente¡± que recoge 30 art¨ªculos escritos desde la victoria del republicano y que culmina, como Sny?der y Coates, llamando a la acci¨®n.
¡°En tanto siga en la Casa Blanca, el Rey Zanahoria continuar¨¢ siendo quien es: un animador televisivo cuyo principal objetivo es conservar a toda costa los reflectores. Habr¨¢, de seguro, m¨¢s salidas de tono, m¨¢s tuits insultantes, m¨¢s descalabros, m¨¢s burlas y m¨¢s contradicciones de su parte. Tambi¨¦n, para nuestra desgracia, m¨¢s violaciones a los derechos humanos, m¨¢s racismo, m¨¢s autoritarismo, m¨¢s sexismo y m¨¢s demagogia. M¨¢s posibilidades de guerra¡±, escribe el autor de En busca de Klingsor.
La batalla, coinciden estos pensadores progresistas, ser¨¢ larga. De momento, el mandato del republicano no ha hecho m¨¢s que empezar. Los elementos en su contra a¨²n se est¨¢n agrupando y el resultado es incierto. ¡°No creo que Trump vaya a tener ¨¦xito, la fuerza del multiculturalismo es muy superior al aislacionismo. Eso no quiere decir que no obtenga logros importantes; entre ellos, marginar la cultura mexicana y latinoamericana, y el espa?ol como lengua¡±, explica Volpi.
Pero gane o pierda, Trump ya ha dado un vuelco a la historia americana. Su victoria ha catalizado fuerzas que muchos cre¨ªan enterradas. La derecha radical es m¨¢s fuerte que nunca y hasta las antorchas del Ku Klux Klan marchan otra vez orgullosas. En este escenario oscuro, el fantasma de la desconfianza se ha despertado. Una mayor¨ªa ha comenzado a temer el futuro. Para ellos, la Tierra ha vuelto a ser plana con Trump. Y al final del recorrido, nadie sabe lo que aguarda.
El proceso no ha sido inmediato. Empez¨® parad¨®jicamente hace casi 10 a?os, cuando el pa¨ªs experiment¨® con Obama la esperanza de un cambio profundo. Pero pasado el tiempo, la ilusi¨®n se ha desvanecido y la tierra del Yes, we can, ha acabado votando a un showman cat¨®dico, populista y xen¨®fobo. Ese viaje a lo largo de un decenio vertiginoso tiene en Oto?o americano (editorial Elba), de Marc Bassets (Barcelona, 1974), una cr¨®nica de excepci¨®n. Profundo conocedor de EE UU, como corresponsal entre 2007 y 2017 de La Vanguardia y posteriormente de EL PA?S, su obra recorre la m¨¦dula de una naci¨®n perpleja. Sus historias, ejercitadas desde el periodismo de calidad, sit¨²an al lector ante granjeros cristianos, yonquis y carceleros, ante Obama y Trump; lo llevan desde el suelo oscuro de Ciudad Ju¨¢rez hasta las luces de Nueva York; desentra?an el ruido y la furia de una campa?a electoral que pasar¨¢ a los anales. El resultado es una magn¨ªfica mirada al interior de Estados Unidos. Una ¡°cr¨®nica ¨ªntima¡± en la que afloran los signos de declive, pero tambi¨¦n de vitalidad.
Quiz¨¢ sea esa la mejor forma de responder a las preguntas que suscita la era Trump. Ir y mirar. Darse cuenta de que Estados Unidos es mucho m¨¢s que su presidente. Inagotable, vital, desgarradora y visionaria, la naci¨®n que lider¨® el siglo XX a¨²n mantiene su capacidad para reconstruirse y escapar de sus propias trampas. Los contrapoderes funcionan, los medios denuncian, los intelectuales critican. Al igual que le ocurriera con la guerra de Vietnam, Am¨¦rica ha entrado en un formidable debate consigo misma. Nadie sabe c¨®mo terminar¨¢ ese pulso interior. Pero no hay duda de que marcar¨¢ el siglo XXI.
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