Bolcheviques de sombrero ancho y huaraches
El nieto de Trotski y Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas inauguran en la capital mexicana una exposici¨®n sobre los 100 a?os de la Revoluci¨®n rusa y su influencia en M¨¦xico
Tras los gruesos muros de la casa de Le¨®n Trotski en Ciudad de M¨¦xico volvi¨® a escucharse ruso.
Esteban Volkov, el nieto del hombre m¨¢s perseguido del mundo, Le¨®n Trotski, y Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, hijo del hist¨®rico general mexicano que lo acogi¨®, se reunieron en una misma mesa para escuchar de nuevo la lengua que un d¨ªa herman¨® dos revoluciones.
La excusa de tal momento fue la inauguraci¨®n, ayer martes, de la exposici¨®n Rojos: A cien a?os de la Revoluci¨®n Rusa, y el culpable el embajador que quiso ¡°que se volviera a escuchar ruso en esa casa tantos a?os despu¨¦s¡±.
El evento marca el inicio de una serie de mesas redondas, exposiciones, proyecciones y conferencias en el Museo Casa Le¨®n Trotski.? Estas servir¨¢n para reflexionar sobre la influencia en M¨¦xico de la Revoluci¨®n de octubre a cien a?os de la toma del palacio de invierno y de la Constituci¨®n de 1917, que consagr¨® algunas de las conquistas sociales por las que los campesinos llevaban varios a?os alzados en armas.
As¨ª como es imposible entender el muralismo mexicano sin la presencia de las culturas prehisp¨¢nicas, tampoco es posible entenderlo sin la influencia del pensamiento comunista en artistas como Siquerios, quien particip¨® en un atetando contra la vida de Trotski o Diego Rivera, quien le abri¨® las puertas de M¨¦xico, aunque al final le dio la espalda. Hay muchos vasos comunicantes entre las revoluciones de M¨¦xico y Rusia y el siglo XX no se puede entender sin ninguna de las dos.
Su influencia pol¨ªtica, la educaci¨®n socialista de C¨¢rdenas (1934-1940) o el arte ruso y sus aportaciones a la cultura son los hilos conductores de esta exposici¨®n que durar¨¢ hasta el mes de febrero. Paralelamente Rojos, re¨²ne documentos, fotograf¨ªas, peri¨®dicos, revistas y panfletos que muestran a profundidad la influencia del movimiento en M¨¦xico y en el mundo como agente transformador social y pol¨ªtico.
Una exposici¨®n permite una mirada reflexiva tanto en los logros como las aberraciones.
?Sab¨ªan que se celebraban bautizos socialistas en Campeche? o que, ?abducido por el comunismo, el gobernador de Tabasco, Tom¨¢s Garrido Canabal, quien gobern¨® entre 1919 y 1934, ejerci¨® el poder de forma dogm¨¢tica marcado por una pol¨ªtica moralista y anticlerical?
Pol¨ªticamente suele decirse Partido Comunista Mexicano, a diferencia de otros, no hizo la Revoluci¨®n, sino que naci¨® de ella. Sin embargo, fue el embri¨®n del futuro Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) y lugar de formaci¨®n pol¨ªtica para una generaci¨®n de pol¨ªticos amamantados al margen del PRI. Desde el punto de vista cultural y educativo la revoluci¨®n rusa dot¨® de una narrativa adaptada luego ¡®a la mexicana¡¯.
La Revoluci¨®n mexicana introdujo en la Constituci¨®n del 17 la formaci¨®n educativa a cargo del Estado, como una dinamo capaz de transformar la realidad. En algunas de estas propuestas es notoria la participaci¨®n activa de artistas, intelectuales y educadores que enriquecen el impulso educativo. Publicaciones literarias, libros de texto, cartillas alfabetizadoras y una gama notable de revistas son algunas de las iniciativas para combatir ¨ªndices de analfabetismo que superaban la mitad de la poblaci¨®n. En este proceso fue profundo el impacto del dise?o editorial tal y como sucedi¨® en la rusa sovi¨¦tica: portadas, carteles y una nueva graf¨ªa se enfocan en la educaci¨®n y la construcci¨®n de un hombre nuevo, tal y como podr¨¢ apreciar el visitante.
¡°Este ejercicio de memoria, de resistencia frente al olvido, tiene que ver con una necesidad de entendernos en este momento de nuestras vidas y de pensar qu¨¦ tanto tiene que ver con nosotros un hecho hist¨®rico de hace 100 a?os. Quiz¨¢, como dicen los espejos de los coches, la Revoluci¨®n de octubre est¨¢ m¨¢s cerca de nosotros de lo que pensamos¡±, ironiz¨® el secretario de cultura de la Ciudad de M¨¦xico, Eduardo V¨¢zquez durante la inauguraci¨®n.
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