David Hockney, autorretrato de familia sobre azul intenso
El Guggenheim de Bilbao crea una gigantesca instalaci¨®n con la ¨²ltima obra del artista, 82 retratos y un bodeg¨®n
Hace seis a?os desde que David Hockney expuso en el Guggenheim de Bilbao sus impactantes paisajes, un trabajo que pase¨® por todo el mundo y le dej¨® agotado. Era 2012 y el artista que el pasado mes de julio cumpli¨® 80 a?os, decidi¨® volver a su estudio y revisar sus or¨ªgenes. El retrato hab¨ªa sido el g¨¦nero m¨¢s tratado en sus comienzos y contemplando los cimientos de su fama decidi¨® pintar a todos los que ¨¦l considera que forman parte de su familia, hubiera lazos de sangre o no, fueran famosos o perfectos desconocidos. El primero en posar fue su ayudante Jean Pierre Gon?alves de Lima y a partir de ¨¦l desfilaron por su estudio 82 personajes esenciales en su historia personal. Solo le fall¨® uno ¡ªcuyo nombre se desconoce y excluido por llegar tarde¡ª, y le convirti¨® en un bodeg¨®n de frutas. La exposici¨®n, realizada en coproducci¨®n con la Royal Academy de Londres, se puede ver en el museo bilba¨ªno hasta el 25 de febrero.
Al entrar en el espacio que ocupan las obras, en la planta baja del edificio, los colores m¨¢s chillones atacan los ojos del espectador. Hay que pesta?ear para empezar a distinguir cada uno de las piezas, que por deseo del artista han sido colocadas de manera cronol¨®gica y sin barreras que interrumpan el discurso expositivo. Todas ellas comparten el mismo fondo azul intenso y los personajes aparecen vestidos siempre con la indumentaria m¨¢s llamativa de su armario.
Edith Daveney, comisaria de la exposici¨®n, amiga ¨ªntima del artista y, por ello, una de las personas retratadas, cuenta en medio de este festival de colores que cuando el artista decidi¨® comenzar la serie no pens¨® en un n¨²mero fijo de obras. Lo ¨²nico que ten¨ªa en su cabeza es que ten¨ªa que ser la gente que forma parte de su mundo, que los retratos se har¨ªan a lo largo de tres d¨ªas y que todos, del mismo tama?o, ser¨ªan iluminados con una luz brillante y el fondo ser¨ªa azul. ¡°Como viene haciendo desde hace muchos a?os, me empez¨® a enviar fotograf¨ªas de los retratos a trav¨¦s del iPhone¡±, cuenta Daveney. ¡°Casi de golpe, vi que ten¨ªa 20 y le convenc¨ª para que siguiera hasta tener suficientes para realizar una nueva exposici¨®n. Hab¨ªa una idea unificadora y un material excelente. As¨ª empez¨® todo¡±.
La comisaria fue retratada por Hockney en dos ocasiones, en septiembre de 2015 y en febrero de 2016. Este ¨²ltimo retrato est¨¢ incluido en la muestra. En la obra, Daveney viste pantal¨®n vaquero y camisa de rayas. Apoya la cabeza sobre una de sus manos en actitud reflexiva. Cuando se le pregunta como fueron esas sesiones posando para el artista, responde que, en su caso, al hacer de modelo se creaba una tensi¨®n. ¡°Era como estar a la defensiva y pendiente de que no descubriera tus preocupaciones. Pero ¨¦l sab¨ªa crear un ambiente en el que te ibas relajando y, a base de charlas y bromas, acababa capturando el estado de ¨¢nimo de la persona que ten¨ªa delante. En mi caso lo consigui¨® plenamente y estoy segura de que lo mismo les ocurri¨® a los dem¨¢s. ?l parec¨ªa un joven artista sin la menor se?al de cansancio pese a que trabajaba de pie frente a nosotros. En ning¨²n caso se ayud¨® de las fotograf¨ªas. De vez en cuando hac¨ªa una pausa para fumar un cigarrillo y despu¨¦s retomaba la faena lleno de energ¨ªa. Luego, al acabar la sesi¨®n, parec¨ªa recuperar la edad que exhib¨ªa en la sesi¨®n y reaparec¨ªan los muchos achaques que ya padece¡±.
El achaque que m¨¢s le molesta es la sordera, algo que en opini¨®n de la comisaria, le a¨ªsla y le impide disfrutar de las fiestas con amigos a las que siempre ha sido tan aficionado. ¡°Ya no puede estar en una sala en la que haya demasiadas voces diferentes. Por eso creo que ha disfrutado mucho de estas sesiones a dos en las que han participado todos los que de alguna manera le interesamos personalmente¡±, a?ade Edith Daveney.
El artista pionero en el uso de las herramientas digitales, opt¨® en esta ocasi¨®n por el uso del acr¨ªlico para dar una mayor intensidad y brillo a las pinturas. Hay hombres y mujeres j¨®venes y mayores, alg¨²n ni?o (Rufus, hijo de Tacita Dean), los gemelos August y Perry Baninger (uno con una elegante pajarita y el otro con ch¨¢ndal de deporte). Est¨¢ su galerista, Larry Gagosian con las manos entrelazadas en aparente actitud de nerviosismo. O su tambi¨¦n ¨ªntimo amigo el banquero Jacob Rothschild, cuyas largas piernas no acaban de encajar en la silla en la que todos han posado.
?Seguir¨¢ con los retratos? Edith Daveney responde que es un tema que el artista considera ya cerrado, pero que sigue revisando su obra del pasado. ¡°Me env¨ªa fotograf¨ªas de trabajos muy escenogr¨¢ficos con forma de lienzos rectangulares con filos recortados. Los temas son las vistan del ca?¨®n y de calles. No s¨¦ en qu¨¦ acabar¨¢, pero la nueva serie promete¡±.
Visita sorpresa
Aunque algunos se hac¨ªan ilusiones de que David Hockney viajara a Bilbao para la inauguraci¨®n de la exposici¨®n de sus retratos, lo cierto es que finalmente no apareci¨® ni estaba previsto que asistiera. Edith Daveney confes¨® que seguramente aparecer¨¢ un d¨ªa por sorpresa. ¡°Se que ahora est¨¢ muy entusiasmado con la retrospectiva que le preparan en el MoMa neoyorkino como homenaje de su 80 cumplea?os, una prolongaci¨®n de la que se le dedic¨® en la Tate londinense. ?l est¨¢ en plena forma creativa y repasando lo que ha hecho hasta ahora. Si viaja finalmente o no, lo descubriremos en el momento. No le gusta hacer planes¡±.
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