Bailar el museo
Las pr¨¢cticas esc¨¦nicas y 'performativas' son habituales en los centros de arte contempor¨¢neo
Hace unas semanas, tres bailarines ocupaban las salas del Centro de Arte Dos de Mayo de Madrid (CA2M) encadenando performances y piezas coreogr¨¢ficas. Interpretaban las partituras e instrucciones escritas por artistas como Fia Backstr?m y Roman Ond¨¢k, bajo la mirada del comisario Mathieu Copeland, un experto en tensar los l¨ªmites de lo que puede llegar a ser una exposici¨®n, si es que los hay. Esta dur¨® s¨®lo un mes y todo estaba coreografiado en el tiempo en el que el centro estaba abierto, hasta los descansos. Una cadena de movimientos se convert¨ªa en formas abstractas que vagaban por el espacio, y la proximidad a veces turbadora de los bailarines obligaba tambi¨¦n al espectador a cambiar constantemente de posici¨®n. Una exposici¨®n coreografiada, dice el t¨ªtulo, con la que el CA2M sigue indagando en la experimentaci¨®n del formato de exposici¨®n y en su vocaci¨®n performativa, su actual sello de identidad, donde lo esc¨¦nico tiene un lugar central. Los ejemplos se disparan, desde este revival de Une exposition choreographi¨¦e de Copeland, celebrada ya hace 10 a?os en Suiza y Francia, hasta la recreaci¨®n del Espacio P, fundamental en el arte de acci¨®n en el Madrid de los noventa, pasando por los d¨ªas de intensidad de Per/Form y la mirada a Los Torreznos y su diatriba entre arte y teatro. Una programaci¨®n que se retroalimenta y donde los pasos de baile no se agotan. Se han colado en La Escuelita y el pr¨®ximo 16 de noviembre aparecer¨¢n en Elements of Vogue, a ritmo de voguing.
Seguramente el CA2M sea la referencia en Espa?a de esa fruct¨ªfera relaci¨®n entre pr¨¢cticas esc¨¦nicas y performativas desde el arte contempor¨¢neo, al mostrar desde tan diferentes polos c¨®mo la historia no s¨®lo se compone de objetos, sino tambi¨¦n de gestos. Tambi¨¦n La Casa Encendida apuesta por ese lado m¨¢s promiscuo y heterog¨¦neo, como vimos hace unos meses en Una performance expositiva, con Eddie Peake entre los artistas, y Matadero al acoger Under de si, de Diego Bianchi y en residencia a Jacopo Miliani. El Macba se suma a lo subversivo de las artes en vivo con su reci¨¦n estrenado Cabaret, y el Palais de Tokyo, con La Manutention, el programa de residencia para performance que acaba de ?inaugurar con Paul Maheke.
En 2012, el Museo Reina Sof¨ªa llev¨® el tema a debate al tiempo que la Fundaci¨®n Antoni T¨¤pies dedicaba una retrospectiva a Xavier Le Roy, una exposici¨®n tambi¨¦n concebida como una coreograf¨ªa de acciones que fue el gran punto de inflexi¨®n en Espa?a y que enton¨® cierto eco internacional. Justo fue el a?o en que Tino Sehgal habitaba la Sala de Turbinas de la Tate y empez¨® a coger vuelo la lecture-performance, aqu¨ª traducida como conferencia performativa. A ella dedic¨® el Musac una amplia exposici¨®n en 2013 en la que Cristina Blanco ten¨ªa un papel destacado. Tambi¨¦n Aimar P¨¦rez Gal¨ª, uno de los nombres propios de esa rica relaci¨®n arte-danza, que el 1 de diciembre llevar¨¢ al Reina Sof¨ªa su ¨²ltimo proyecto, The Touching Community.
Los extremos se tocan en este di¨¢logo entre core¨®grafos y artistas, que viene de lejos: desde la vanguardia, los Ballets de la Bauhaus de Oskar Schlemmer, la Merce Cunningham Dance Company, Yvonne Rainer, la Judson Dance Theatre, Fluxus y las colaboraciones de Robert Rauschenberg con ?Trisha Brown, pasando por proyectos m¨¢s contempor¨¢neos como If I Can¡¯t Dance I Don¡¯t Want to be Part Of Your Revolution, la non danse de J¨¦r?me Bel, el cuerpo en crisis de Falke Pisano, la Modern Dance de la recientemente fallecida Chiara Fumai, las coreograf¨ªas de Alexandra Pirici o el chaos dancing de Rosana Antol¨ª. Un flirteo que va a m¨¢s, y a mejor.
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